Dos

1691 Words
''Hola'' decía el mensaje sin responder de Sebastián. Melodie lo pensó profundamente antes de responder, sabía todo lo que llevaba este tipo de historias y cómo comenzaban. Ella no buscaba ser del tipo de chicas ingenuas que intentaban ser la excepción de un chico malo, pero tampoco podía juzgar a un libro por su portada, después de todo, ella era lo mismo que él. Así que se dispuso a responder el mensaje, corto y conciso. ''Hola'' ''¿Te divertiste anoche?'' contestó al rato él. ''No tanto. La chica que me invitó terminó vomitando'' texteó ella. Él agregó unos emojis de risa. ''Bueno, esas cosas pasan en las fiestas'' ''No voy a tantas fiestas'' admitió ella. ''Yo solo las hago. Aunque nunca me siento lo suficientemente parte de la fiesta'' ''¿Y como es eso?'' inquirió ella, aunque luego se arrepintió del mensaje, pero de borrarlo quedaría como una tonta indecisa. Él para su sorpresa, respondió genuinamente. ''Aunque suene raro porque soy yo quien las hace, siento que las fiestas están llenas de corazones y conversaciones vacías'' ''Quizás deberías dejar de hacer fiestas'' sugirió ella. ''Pero las fiestas te dan un beneficio'' admitió él. ''¿Ah si? ¿Cual es ese beneficio?'' inquirió Melodie. ''El poder'' dijo él. Ella solo contestó unos signos de interrogación. Él prosiguió con su explicación. ''Las fiestas demuestran que uno tiene el poder de hacerlas, está meramente relacionado con el dinero y la poca consciencia de éste, hacer prácticamente una fiesta despilfarrando dinero significa que no te importa o que te sobra, y la riqueza siempre estuvo relacionada con el poder, históricamente hablando'' Ella se sorprendió que Sebastián, el joven al que todos consideraban un caso perdido, estuviera hablando a través de i********: sobre su teoría de como se relacionaba las posiciones de dinero con la historia y quizás lo que más ruido le hacía, es que tuviera verdad en sus palabras. ''¿Quieres ser poderoso?'' preguntó entonces ella. ''Mi papá quiere que sea alguien poderoso, como él'' respondió Sebastián. ''Pero no quiero ser como mi papá'' ''Yo tampoco quiero ser como el mío'' secundó Melodie ingenua. La realidad de Sebastián y Melodie era muy distinta una de la otra, porque aunque ambos tuvieran padres que no estuvieran en casa porque trabajaban todo el tiempo, el padre de Sebastián lo odiaba. Sin embargo, el padre de Melodie la amaba. Y solamente esa línea delgada era la que los distinguía. ''¿No están tus padres en tu casa, no?'' escribió él. ''No, ¿porqué?'' ''Porque podría visitarte'' texteó él. A Melodie le pareció raro, pero de todas maneras eran casi vecinos. Y la oportunidad de sociabilizar con alguien en su verano se había reducido en un ciento por ciento, si tan solo se hiciera amiga de Sebastián, y el argumento que él le comentó funcionara en realidad, entonces significaría que ser amiga de Sebastián le abriría las puertas a tener control y más acceso a los demás chicos de su escuela. Pensó que entonces, al volver al instituto y cuando comenzaran las clases, podría hacerse de más amigos luego. ''Está bien, ven'' le respondió ella. ''Estaré allí dentro de diez minutos aproximadamente'' le escribió Sebastián. A lo que ella mientras que le responde va directo a su armario a buscar la ropa más casual que tuviera y que menos gritara en realidad la producción que tenía. Lo cierto es que, a Melodie le parecía algo lindo Sebastián, después de todo, no era un chico que no atrajera su atención, siempre le había parecido en realidad que era un chico bonito, era por lo menos de su gusto, rubio, de ojos celestes y tenía un cuerpo delgado y no muy desarrollado, algo similar al suyo, pero en masculino. Lo que le llamaba la atención desde que compartieron por primera vez en clase, pero él siempre lucía apartado de las multitudes o ajeno a lo que sucedía en el instituto o con sus compañeros inclusive. Todo lo contrario a ella, por supuesto, que solo se concentraba en sus libros y en sus materias para que su padre no le plantara un sermón. Él, sin embargo, era un chico lejano, parecía siempre estar más allá de los intereses del resto de sus compañeros, pero no era un chico tímido ni tampoco era introvertido. Cuando le interesaba un tema, solía hablar fluidamente, pero casi nunca sucedía y rara vez estaba en clases. Por alguna razón, el interés que mantuvo en él se fue disipando. Y mientras que ella comenzó a faltar a clases, Sebastián tampoco era una de las personas más presentes de la clase. Parecía un fantasma o poco menos. Aunque sabía que él vivía a unas casas de la suya, lo sabía perfectamente porque en las r************* nada es privado y todos publicaban cuando estaban en una de sus fiestas, aunque él en el instituto fuera un fantasma. Y de algún modo, cuando ella comenzó a dejar de asistir, tampoco podía comprobar si Sebastián seguía asistiendo, así que podía ser que cualquiera de los dos hubiera quedado libre o que sus padres presentaran certificados para que pudieran seguir sus estudios desde sus casas. La diferencia en realidad yacía en que ella faltaba a clases por hacer una rabieta a su padre, mientras que Sebastián hacía fiestas y no iba a la escuela. Desconocía sus motivos para faltar a clases y por tanto, desconocía también sus justificaciones. Se vistió para la ocasión y como le permitió el tiempo, le prestó más atención a su cabello y a que su rostro tuviera color y no tanto a lo que tenía puesto, ya que una camiseta y unos pantalones sueltos parecían darle un look adecuado de que estaba en casa y relajada, que tampoco le importaba prepararse para él, pero la verdad es que le favorecía también a su cuerpo y a su forma. Así que dejó que Sebastián la saludara y entrara. ''Bienvenido, Sebastián'' dijo Alone. ''Cool. ¿Tienes un sistema operativo instalado en tu casa, cierto?'' ''Sabes mucho para ser la primera vez que te invito'' comentó ella riendo. ''Lo leí en las noticias. Lo del robo, digo. Mi padre contactó al tuyo para instalar algo de eso'' ''No jodas, no lo sabía. Entonces no me has stalkeado o algo así'' Sebastián rió mientras tomaba asiento en la sala de estar. ''Mel, sé que vamos a clases juntos. ¿Porque iba a stalkearte?'' Melodie intentó no sorprenderse, pero en su clase eran cincuenta y tres alumnos, podía no haberla notado. Se alegró para sus adentros de que sí lo hubiera hecho. ''Pues deberías stalkear a las personas a las que visitas, sino, sería peligroso'' dijo ella en gracia. Él se llevó la mano a la nuca con gesto dubitativo. ''En realidad si lo piensas, es peligroso stalkear'' ''¿Porque lo sería?'' ''Porque te enteras de lo que hace todo el mundo sin siquiera estar allí. No soy paranoico ni estoy en contra de internet y todas esas cosas, pero ya sabes, intento mantener un perfil bajo'' ''Yo tengo un perfil bajo'' respondió ella al instante. ''Sí, pero es diferente. Tu tienes un perfil bajo porque lo eres, digo, no es que no fueras a llamar la atención si quisieras, solo digo que quizás eres del tipo de chica que es perfil bajo'' ''¿Y como es el tipo de chica que no lo es?'' inquirió un poco molesta. ''Las chicas que van a grabarse a mis fiestas emborrachándose y demás. De todas maneras, yo hago todas esas cosas, pero no me grabo haciéndolo. No sé si entiendes la diferencia, no es necesario contarle a todo mundo lo que haces, a eso me refiero con ser perfil bajo'' ''¿No te interesan esas chicas?'' instó Melodie. ''Me interesa cualquier chica que sea bonita, como tú. Solo dije que algunas son perfil bajo y otras no y que yo intentaba serlo. De todas maneras, no es porque lo desee yo, sino porque mi padre no me permite ser de otra manera'' ''¿Tu padre no te permite publicar en tus r************* lo que haces?'' Melodie pensó para sus adentros que quizás por eso es que no sabía nada de Sebastián. Todo lo que era su mundo era prácticamente un misterio y quizás en gran parte eso se debía a que su padre lo obligaba. Pero era muy pronto para sacar conclusiones precipitadas. ''No se muy bien cual es su problema, pero suele decir que las personas importantes deben tener cuidado con lo que suben en internet. Estoy de acuerdo con él solo en la parte de mantener la privacidad, pero el resto creo que es un montón de mierda'' ''¿Porque lo dices?'' ''Porque si no tienes nada que ocultar no deberías ocultarte en ninguna parte. Digo, no es necesario publicar todo lo que hagas pero tampoco ocultarte del mundo como si no existieras'' ''Supongo que tu padre y el mío se parecen un poco. El mío también dice que hay que tener cuidado con lo que subes a internet'' ''No creo que tu padre y el mío se parezcan. Mi padre dice esas cosas para ocultar sus secretos, tu padre diseñó un sistema de seguridad para protegerte'' ''¿Acaso el tuyo no lo hace? Digo, protegerte'' Él no lo dijo con palabras, pero negó con la cabeza y el silencio abundó en la habitación. Es difícil enfrentarse a problemas familiares y Melodie pensó que quizás a Sebastián no le gustaría hablar de eso como a ella no le gustaba hablar sobre sus cosas personales, así que solo cambió de tema, pero de que siguiera haciéndolo, Sebastián se abalanza sobre ella y la besa, pero luego se aparta repentinamente. ''Disculpa, no he pensado mucho, no sé realmente si quieres esto...'' Ella lo tomó de la mano instantáneamente. ''Tranquilo, está bien'' dijo mirándolo a los ojos. Así que Sebastián siguió besándola y Melodie estaba complacida, después de todo, era su compañero de clase y alguien que le gustaba. Sin embargo, alguien o algo observaba a través de las cámaras y comenzó a apagarse por dentro, más tarde, Melodie descubriría que era.
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