Lucía empezó una lenta cabalgada. Subía y bajaba a lo largo de aquella polla que en unos momentos estaría en su culito. Tembló de emoción. Miguel seguía lubrificando y dilatando el cerrado esfínter. Cuando dos dedos entraban y salían con facilidad, el momento había llegado. -¿Estás lista? -No..Sí, sí. Hazlo. Se subió un poco para que la polla saliese de su coñito. Miguel la agarró y apoyó la punta en la entrada trasera. -Ummmm -Ahora baja, poco a poco, despacito. Si notas dolor, para, y si es mucho, lo dejamos, eh? -Sí papi. Con los ojos cerrados, Lucía hizo presión. Su esfínter cedió y la punta de la polla entro. Sintió un poco de dolor. Se paró. -Agggggg. -¿Paramos? -No, no...Casi no duele...ummmmm y ... me gusta.. Un poco más de presión y sintió como la polla se abría paso de

