-¿ Y dónde coño encuentro yo un n***o? - pensó Juan - No sé, quizás poniendo un anuncio:"Se busca n***o con polla grande para follarse a mi madre el día de su cumpleaños". Desechó la idea. Bueno, quizás después de todo al final le regalaría flores y... una buena comida de coño!, eso sí Pero he aquí, casualidades de la vida, que pocos días después entró un n***o a la cafetería que Juan frecuentaba por las tardes. Era un chico joven, no mal parecido y se le veía atlético. Juan lo estudió. ¿Sería el destino?. Él no creía en el destino... Al día siguiente, sobre la misma hora el chico volvió a aparecer, y al otro también. Juan pensó que sería un cliente habitual, como él mismo. Le preguntó a una de las camareras, amiga suya, y le dijo que era un estudiante de intercambio. Que creía que era

