Nada se compara al descanso profundo y reparador que uno tiene después de un buen orgasmo. Poco se habla de los beneficios que una buena paja conllevan en el día a día. Desperté con una sonrisa en el rostro y el cuerpo lleno de vida.
Me miré al espejo y lo que vi fue una mujer guapa, sexi y feliz que se despertaba con una melena que irradiaba ánimo y brillo. La luz del sol se filtraba a través de las cortinas, creando un juego de sombras que danzaban sobre mi piel desnuda. Me estiré, dejando que el calor del día acariciara cada centímetro de mi cuerpo. Era uno de esos días en los que todo se sentía posible, como si el mundo estuviera esperando a que yo diera el primer paso.
Me vestí con una blusa ligera que dejaba entrever mis curvas y unos pantalones cortos que resaltaban mis piernas br
