Miguel se despertó. A su lado dormía Natalia, su mujer. Pero.. no podía ser. Natalia ...Natalia ya no estaba. Entonces recordó. Era Lucía, su niña. Era tan parecida a su madre. Por un momento la tristeza lo envolvió. Pero se dio cuenta de que no había motivos. Cuando perdió a su mujer creyó que la vida no tendría ya sentido para él. Pero estaba su hija, y por ella siguió adelante. Y ahora otra mujer aparecía en su vida. Quizás, después de todo, podrían, quien sabe, formar una nueva familia. Contemplo el cuerpo de Lucía, tumbada boca abajo. Su respiración era tranquila. Acarició la espalda suavemente, para no despertarla. La sábana tapaba su culito y las piernas. Con cuidado, la destapó. "Dios mío, qué bonita es", pensó. Su cabello revuelto. Sus delicados hombros. Su espalda. Su estrecha

