Por fin llegó. Pero no empezó directamente. Primero besó sus ingles. Su vello le hizo cosquillas en la nariz. Por ultimo, besó su rajita. Sacó la lengua y lamió, lentamente, desde la entrada de su v****a, siguiendo hacia arriba, hasta llegar al clítoris. Describió círculos alrededor de éste, para luego atraparlo entre sus labios y chuparlo. Aquel coñito olía bien, pero sabía aun mejor. -Aggggggggggggg papiiiiiiiii que... ri.. cooooo ahhhhhh Lucía gemía, gritaba, frotaba su coñito por la cara de su padre, mientras él se la comía toda. Subía el ritmo y lamía con movimientos rápidos, para luego hacerlo con suaves lametones. Cuando tenía su clítoris entre sus labios y con la punta de su lengua le daba lametones, la espalda de Lucía se arqueaba y gemía más fuerte. Un nuevo orgasmo fue formán

