Y venga, así comenzó el sábado que pronosticaba un fin de semana sin igual para ambos. Ambos recibieron el día con energía, estaban asumiendo la situación de una manera mucho más natural de lo esperado. Por lo cual, a pesar de que se encontraron en el pasillo rumbo a la cocina, ninguno de los dos actuó con más gentileza que de costumbre, para sorpresa de ambos. —Buenos días, mami —Buenos días, campeón. ¿Vas a salir hoy? — tiró con ironía Isabel, a sabiendas de que la cuarentena hacía imposible dejar el departamento para algo más que las compras básicas del supermercado. Carlos soltó una risita mientras se servía un tazón de cereal. —Claro, mami. Tengo planes de quizá ir a escalar. Isabel sonrió, apreciando el humor de su hijo mientras preparaba café. Tuvieron un desayuno ligero y senc

