Somos diferentes

3480 Words
El sonido de la regadera era todo cuanto se escuchaba en el apartamento del piel canela, el agua caía sobre su bien formado cuerpo y con sus ojos cerrados sonreía complacido, lo que momentos antes acababa de leer le había sorprendido, pero le daba las herramientas que le hacían falta para tener en sus manos a la orgullosa azabache, que, no había notado, ocupaba su mente gran parte del día, el agua resbalando por su moreno cuerpo le reconfortaba, definitivamente se vengaría, pues nadie se burlaba de el, nadie. - Así que una madre muerta, un pequeño hermano, un trabajo de medio tiempo en la tienda del hombre que te protege, huérfana, padre desconocido, un incidente en la secundaria con un chico y ningún tutor legal para el pequeño, Jhonson, será divertido tenerte entre mis manos - Seth se relamía los labios, sus pensamientos lo entretenían, iba a disfrutar de aquello, sin duda alguna. En su cama ya lo esperaba su atuendo del día, unos jeans de apariencia desgastada, una playera negra de corte v que se le ceñía al cuerpo, tenis deportivos del mismo color, y sus lentes oscuros, lucia muy sexy, el joven se encaminó hacia la universidad, tenía una noticia muy grata (para el) que darle a la insolente azabache.   En Brunel, Sasha armaba planes para el fin de semana, a pesar del incidente sufrido con Seth Meuric, las cosas marchaban bien y sentía que todos se merecían un día especial para sacarse de encima aquel trago amargo. - Hoy no puedo Sango, tengo que trabajar por la tarde, Alexander es muy bueno conmigo pero siento que le estoy fallando al faltar al trabajo, es gracias a él que mi hermano, mi tía y yo tenemos un techo, así que disculpa, el próximo fin de semana te prometo ir contigo - se excusaba la bella joven con su mejor amiga que la había invitado a ver la película de super héroes de moda. - en fin Jeanne, tienes razón, supongo que no moriré de aquí al próximo sábado jajaja, Arthur también tiene asuntos que atender y me siento un poco sola, y Caleb odia ese tipo de películas - dejaba caer sus hombros en resignación la castaña que caminaba junto a su querida amiga hacia la cafetería del edificio donde recién terminaban sus clases. - Jeanne, Sasha! Esperen- Edward corría hacia las jóvenes que al escucharlo detuvieron su marcha para esperarlo. - que sucede Eddy?- pregunto la castaña. - solo quería comer con ustedes, muero de hambre, además Jeanne quería preguntarte algo- el sofocado peliplata enrojeció severamente al ver a la chica que lo traía loco. - soy todo oídos Edward - respondió animada la bella azabache. - verás, hay una duda que tengo con la teoría de la profesora Karla y quería saber si mañana después de clases me podrías ayudar- el joven peliplata era muy inteligente, pero quería pasar más tiempo con la bella joven sin Sasha en medio, y la castaña al comprender el plan del joven río por lo bajo. - Mañana tengo que trabajar, pero si gustas el domingo podríamos ir a mi casa a repasar el tema, te parece bien? - contesto la azabache a su enrojecido amigo causándole ternura. - claro, cuando tú puedas!- los tres jóvenes se sentaron juntos con emparedados y jugos y se dispusieron a comer animosamente, se llevaban muy bien. Una apenada chica de cabello corto y gafas se acercó a donde se encontraba el trio de amigos. - Disculpa...- tímidamente la temblorosa chica acercó una carta hacia ellos, su rostro severamente enrojecido, daba a entender que era una carta de amor. - Lo siento mucho, pero hay una chica que me interesa- dijo a secas el peliplata pensando que aquella carta era para el. - lo siento, pero esto es para la señorita Jhonson...- dijo más apenada aún la jovencita, sorprendiendo a Edward y provocando las risas de Sasha al ver a su amigo tan confundido. - Gracias pequeña- tomaba la carta de las temblorosas manos de la chica la azabache con postura principesca, provocando temblores en la jovencita. Edward miraba un poco incómodo aquella singular escena preguntándose el que era lo que estaba pasando. - Me halagan tus sentimientos- la azabache tomo la barbilla de la apenada joven mirándola a los ojos, provocando que la chica saliera corriendo con una sonrisa apenada, corriendo fuera del lugar. Unos días atrás, Jeanne la había salvado de un par de chicos que le levantaban la falda, y por supuesto, les había dado su merecido, Sasha le relataba el hecho al peliplata cuyos celestes ojos miraban sorprendido a la hermosa azabache, quien a pesar de tener una actitud algo masculina, no perdía su feminidad, aquel acto la hizo lucir como un gallardo príncipe sin dejar de lucir brutalmente hermosa. - Es la tercera vez en la semana que le dan una carta, jajaja eres bastante popular "príncipe"- reía Sasha haciendo que la piel nívea riera también. -príncipe?- preguntaba algo abochornado el peliplata. - si, así la llaman desde la preparatoria, porque siempre se mete donde no la llaman y defiende a todos de los abusadores, aunque claro, en su mayoría son chicas- decía despreocupada la castaña que ya estaba acostumbrada a ese tipo de situaciones con su amiga. - entonces aquel golpe que le diste al bruto de Meuric no fue casualidad- soltó el peliplata haciendo palidecer a la castaña. - No, desde niña entreno artes marciales, mi mamá siempre me decía que tenía que aprender a defenderme y así lo hice- dijo en tono triste la azabache. - Perdón por hacerte recordar algo doloroso- dijo arrepentido el joven de cabellos plateados. - No te preocupes Edward - contesto más animada la bella joven y recuperaron el agradable ambiente entre ellos sin notar que dos personas los miraban atentos. - que buen ambiente hay entre esos dos no lo crees Sethie?- decía con tonalidad ponzoñoza Amelie. - No por mucho- diciendo esto el piel canela se dirigió hacia el escandaloso trio de amigos. - Buenas tardes Jhonson - el inesperado saludo de Seth rompió el agradable momento de los amigos, quienes voltearon a verlo con desprecio. - que miradas jajaja, Jhonson, tenemos que hablar- dijo serio el ojos zafiro. - Lo lamento Meuric, pero ella no tiene nada que hablar contigo- se levantó un visiblemente molesto Edward encarando al piel canela desafiante. - No tengo nada que tratar contigo Billinghurst, además sabes también como yo que la princesa ya es su propio príncipe y se sabe defender muy bien sola- contesto con desdén e indiferencia al peliplata mientras se tocaba la nariz. - Demonios, de todos modos vuelve por dónde viniste, lo necesite o no yo estoy con ella- sentencio el peliplata. - que es lo que quieres Meuric?- pregunto Jeanne mirando fríamente al piel canela haciendo que este sonriera de lado. - Vengo a entregarte esto - dijo dejando un folder con el logo de la universidad sobre la mesa, haciendo que los amigos lo miraran confundido. - Esto qué es?- pregunto pálida la azabache. - Es el calendario de los proyectos que debes cumplir para mantener tu beca, supongo que ya lo debes saber, debes cumplir con ellos para que no te sea retirada- dijo el moreno de zafiros ojos. Jeanne lo miro confundida, ella sabía bien que tenía que cumplir con ellos, pero no entendía porque no se los entrego el rector mismo, el peliplata y la castaña se miraron entre sí, asegurándose con la mirada que Meuric seguro había movido sus influencias para hacer algo torcido a su amiga. - Seré tu tutor en esto, así que todos los días durante unas horas tendrás que venir conmigo Jhonson - dijo con una sonrisa de satisfacción y mirando fijamente a la azabache que ahora lo miraba horrorizada. - Un momento Meuric, porque el rector no se lo notifico el mismo, además tu no estas estudiando medicina! Como es que tu la vas a asesorar? - pregunto la castaña que de un salto se había puesto de pie furiosa. - Las firmas del rector y de Joseph Billinghurst están allí, pueden comprobarlo, el rector está de viaje, me pidió que le entregará esto a la señorita pues comienza mañana con los proyectos de la beca, y si no quieren perjudicar a su amiga será mejor que guarden silencio, tu padre fue quien me recomendó como su tutor ya que tu hermano está ocupado con su tesis- dijo el piel canela a los amigos que sabían bien nada podía hacerse. - Está bien, cuento contigo Meuric- respondió con serenidad y altivez la azabache mirando de manera fría al ojos zafiro mientras ambos se sostenían la mirada, no sabía lo que planeaba el piel canela, pero no se dejaría intimidar por este. - Muy bien, mañana te buscaré a medio día - y así se retiraba Seth sonriendo maliciosamente y dejando a los amigos sumidos en dudas. - Ya te tengo Jhonson – se dijo el piel canela imaginando lo que tenía bien planeado para la rebelde azabache. - Lo siento chicos, debo irme- se despidió rápidamente la joven nívea, pasando al lado de Seth para dirigirse a la salida del lugar, Alexander la estaba esperando ya, siendo seguida sin notarlo, por el piel canela. - Alex!- gritó la chica corriendo hacia donde se encontraba el peliblanco al que se abrazo con fuerza ocultando su humedecido rostro en el pecho del joven. - Sucede algo mi niña?- pregunto el preocupado peliblanco al notar que su amada temblaba entre sus brazos. La escena era observada por el piel canela que endureció su rostro al ver como la misma joven que le rompió la nariz, que defendía niñas tontas en la universidad y que siempre se mostraba fuerte y decidida, se arrojaba débil en los brazos de aquel hombre mucho mayor que ella, y sin entender muy bien porque, odiaba ver eso. La pareja se retiró del lugar sin saber que el joven ojos zafiro ya planeaba destruirles la vida prometiéndose a sí mismo que se vengaría, ignorando la obsesión que crecía dentro de él por aquella azabache que ya le había robado la calma.   Las horas pasaban una tras otra sin detenerse, los barullos de las personas que recorrían los pasillos de la tienda departamental no lograban sacarla de sus muchos pensamientos, Jeanne tenía demasiado que meditar, sentía que debía reunir fuerza mental sobre lo que le esperaba con el repentino nombramiento de Seth Meuric como su asesor de proyectos. - Jeanne, estás bien?- preguntaba un joven de apariencia normal y cabello café a la azabache que desde que llegó a su trabajo se encontraba distraída. - Oh lo siento Robert, estaba pensado tonterías - respondió avergonzada la joven a su supervisor.  - Bien , como te decía, el inventario que hiciste cuadro perfecto, ahora solo falta que se acomoden los nuevos productos en los estantes, necesito que supervises que se haga correctamente - decía el preocupado joven a la bella azabache, la había visto llegar algo alterada junto al dueño del local. - No te preocupes, veré qué se haga bien – dicho esto la joven se retiró a sus deberes. - No quiero pasar tiempo con Meuric, me recuerda tanto a...el…- La joven se sumergía de nuevo en sus pensamientos, no tenia opciones, debía aceptar a su detestable asesor, de ello dependía su beca y por ende su futuro y el de su hermano, resignada, decidió concentrarse en su trabajo, tampoco podía descuidarlo por pensar demasiado en sus problemas, su hermano y su tía dependían de ella.   En el departamento de Seth, Arthur intentaba de nuevo razonar con su mejor amigo. - No estoy de acuerdo con tus métodos y lo sabes, la señorita Jhonson no te hubiera golpeado si no la hubieras insultado tu primero, me parece absurdamente infantil de tu parte todo esto, estás por cumplir 24 años, ya no eres un mocoso, además ella no tiene la culpa de tus traumas para que te desquites con ella - le decía un moreno de ojos azules al piel canela que ya se sentía fastidiado de escuchar lo mismo una y otra vez. - Deja de estar jodiendo Arthur, ya decidí lo que haré y no me importa si la aprecias o es la “casi hermana” de tu prometida, tu bien sabes que conmigo nadie se mete y sale ileso- Seth estaba decidido y nadie lo haría cambiar de parecer. - Lo que sigo sin entender es como demonios conseguiste la firma de Billinghurst, ese hombre no es alguien que ceda fácilmente y menos si se trata de sus becarios y dudo mucho que confíe en ti, siempre es William el que se ocupa de que se cumplan los proyectos de la beca - el moreno realmente se preguntaba qué sucia artimaña había usado su mejor amigo para lograr la firma del poderoso hombre.  - Digamos que me debía un favor - dijo el joven arrojando su larga coleta hacia el respaldo del sofá en el que se dejaba caer. - Un favor!?, Por dios, que demonios podría deberte ese hombre, es igual o más importante que tu- replicó el moreno sin poder creer lo dicho por su terco amigo. - shh, es un secreto, solo te diré mi estimado Arthur…es mejor conocer bien a tu enemigo y asegurarte cartas a tu favor…- el ojos azules miraba incrédulo al piel canela y se preguntaba que demonios planeaba su hermano del alma.   Un día nuevo comenzaba y la bella azabache se despedía de su tía y hermano. - Estudia mucho Jenson, de noche veremos una película juntos como te lo prometí, te amo - se despidió la piel nívea con un beso de su adorado hermano menor, y se repetía una y otra vez que cualquier sacrificio valía la pena si con eso el no tendría más carencias y le aseguraba un futuro menos problemático que el presente de ella. Las clases transcurrieron con normalidad y una castaña platicaba amenamente con su mejor amiga sobre un asunto que la tenía preocupada, sin saber que un piel canela escuchaba su muy privada charla escondido a un costado del solitario pasillo donde se encontraban las dos. - Entonces me acompañas? - pregunto suplicante una nerviosa Sango - Debiste tener más cuidado, si da positivo estás más que jodida, al menos Arthur es tu prometido y no creo que haya mucho mayor problema - decía arrastrando la voz la azabache regañando a su mejor amiga. - shh, ya lo sé, solo adelantarían la boda, pero mis padres me matarían si se enteran que el y yo ya tenemos relaciones, se supone que eso debe ser hasta casarse - reía la castaña haciendo que su azabache amiga se llevará los dedos al puente de su nariz. - Está bien, iré contigo- contestó Jeanne - gracias Jenn… por cierto…tu ya lo has hecho con Alexander?- aquella pregunta enrojeció severamente a la azabache y captó la atención del piel canela que escuchaba oculto tras los estantes de la biblioteca. - Por supuesto que no!- gritó la avergonzada piel nívea.  - Yo no he hecho eso con nadie!- acomodando el cuello de la camisa rosa que llevaba puesta, Jeanne se sentía algo apenada por la pregunta de su amiga. - Quieres decir, que sigues siendo…virgen?- pregunto con asombro la castaña. - Así es, además Alex no es mi novio…eso ya lo sabes…mi mayor ilusión es casarme con el y tener mi primera vez con el… aunque el quizás no vea de esa manera..- el brillo en sus ojos se apago por un instante al saber que quizás sus sentimientos no serían correspondidos. - Entonces te estás reservando para el…puedo entenderte, fue una suerte para mí que me comprometieran con Arthur, yo me enamore de él desde niños y me sentí aliviada cuando dieron a conocer nuestro compromiso, aunque suenas como una niña cursi jajaja - la castaña estaba feliz al saber que su amiga guardaba celosamente sus ilusiones y aún así se las contaba. - Será mejor irnos, dentro de una hora tendré que ir con el pesado de Meuric- las jóvenes se retiraban del lugar hacia su aula sin haberse percatado de que su privada conversación había sido escuchada por el piel canela que igual que ellas caminaba fuera del lugar. -  Así que virgen…no te dejare Jhonson, robaré todo aquello que te hace sentir orgullosa de ti misma, yo seré el primero en ti, no dejaré nada para el buen Alexander…- los ojos de Seth brillaban excitados, su entrepierna se había levantado al escuchar la acalorada conversación, se preguntaba si la azabache había dado al menos su primer beso, esa venganza le daría más placer del que había creído y vaya que lo disfrutaría.   La hora paso con rapidez y la azabache esperaba al piel canela para comenzar con el primero de los proyectos de su beca, el ojos zafiro llegó hasta donde la joven se encontraba admirando a la misma pues lucia francamente hermosa, ese short de lona n***o, la camisa rosada que la joven desabrochó por el calor y sus estilizadas piernas lograban robar la atención del apuesto Seth. - Así que si viniste Jhonson, pensé que habías decidido huir - le dijo en tono burla a la joven. - No soy de las que huyen, además sería de esa manera solo si lograrás provocarme miedo- respondía desafiante la azabache sosteniendo la mirada zafiro del joven que tenía frente a ella. El piel canela la miró furioso, la joven no tenía reparos en seguir desafiándolo, le haría pagar cada insulto de la manera más placentera para el. - Bien, vámonos, haremos esto en mi departamento - las palabras del joven desconcertaron a la piel nívea. - Tu… departamento? No pienso ir contigo allí, aquí está la biblioteca, de ninguna manera me encerrare a solas contigo - reprocho Jeanne de inmediato. El piel canela se llevó los dedos al puente de su nariz mostrando fastidio. - No tienes otra opción, si quieres que te ayude en esto harás lo que yo te diga, no es una estúpida regla estar aquí o allá, solo debes cumplir con eso, no creo tener que recordarte que yo no soy el que pierde en esto, no puedes pedir cambio de tutor y si yo decido no ayudarte estás acababa, necesitas mi firma en cada proyecto de lo contrario no tendrá validez y perderás tu adorada beca, así que te recomiendo no sacarme de mis casillas y obedecer - le sentenciaba el ojos zafiro a la resignada azabache que apretaba con furia sus puños y miraba con odio al piel canela. - Bien, vayamos - camino junto al joven la bella jovencita, y Seth sonreía triunfante, aquella escena era observada con atención por un peliplata de celestes ojos y porte elegante, William se retiraba en silencio reflexionando sobre lo que acababa de ver y escuchar. - Que es lo que planeas William, te he visto varias veces ya mirando a Jeanne - preguntaba el menor de los Billinghurst a su hermano mayor, el joven peliplata recién llegaba al lugar pensando en ser un apoyo para la bella joven, y sentía desagrado cada vez que atrapaba a su orgulloso hermano mayor observando a la chica que lo había enamorado. - Ese no es tu asunto Edward, será mejor que te metas en tus propios asuntos, nuestro padre no va a tolerarte más errores, ni yo tampoco - sentenció el mayor de los hermanos.  El joven peliplata apretó sus puños y miro a los ojos a su hermano que lo miraba con frialdad. - Te demostraré que yo soy más digno que tú maldito engreído, tu y yo somos diferentes, y te aviso de una vez, no te atrevas a poner tus sucias intenciones sobre Jeanne, ella será mía al igual que el título del patriarca de los Billinghurst - el joven de ojos celestes se alejó del lugar dejando atrás a su hermano y rival. - Tienes razón Edward, somos diferentes y por esa razón vas a perder ante este William - el elegante y apuesto peliplata sonreía cruelmente, se había propuesto no dejar a la hermosa piel nívea en manos de ninguno de los jóvenes que sabía muy bien, gustaban de la joven, había quedado cautivado de ella al ver su fuerza y belleza y ni su hermano menor o el unigénito de los Meuric eran rivales para el altivo, elegante, cruel y orgulloso, primogénito de los Billinghurst, se retiró del sitio no sin antes prometerse ser el ganador de todo lo que sabía bien, estaba pasando. Somos diferentes, se decía a sí mismo Edward, aquella insana rivalidad fraternal llevaría a un más lejos la ola de tragedias que se avecinaba.      
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