Jeremy:
Cinco minutos después llevaba a Cora de la mano dirigiéndonos hasta el cuarto donde estaban las mujeres. Mientras esto, la pequeña se comía una galleta con mucho gusto.
La miré de reojo, las mujeres o las niñas, en este caso, sí que me daban miedo, era su pensamiento tan maquiavélico, ni siquiera había propuesto eso, pero la niña pensó que sería bueno fingir que estaba sin aire y así Verónica se acercaría, ni a mí se me hubiera ocurrido.
Fruncí mi ceño, ¿desde qué edad empezaban a hacer tan maquinadoras las mujeres?
Bueno, daba igual, llegamos al cuarto. —Bien, ya está lista —dijo Allie sentada en la cama. Amanda estaba en sus brazos y le está dando de comer discretamente.
—Bien, ¿necesitas algo más? —Preguntó Verónica y se sentó en la cama. Parecía que no se iría hasta que te
