Verónica:
No podía de la risa, ya hasta me iba a hacer en mis pantalones. —Cuéntame de nuevo, que hizo... —Me puse una mano en mi estómago adolorido.
Mi mejor terapia para apartar los problemas era reír.
Henry soltó una pequeña carcajada. —Pues ya sabes, no lo planeamos así, pero es que se puso muy dominante a preguntarme que si tú me gustabas. —dijo como toda una diva o un divo, quién sabe.
Había notado las actitudes de Henry, no era por ser chismosa, era más curiosidad. Además, mi trabajo consistía en identificar a las personas.
Henry tenía una forma de hablar y de moverse, incluso de vestir, aunque hubiese pasado perfectamente por un hombre heterosexual, pero no, yo lo descifre bien.
En esta última semana, vi que él trataba de forzar sus maneras, hablar más grueso, comportarse de
