Verónica: —¿Pero estás bien, te hizo algo? —Pregunto Zack, comprobándome y a la vez tenía el móvil pegado a su oreja. Asentí, aun sin poder decir palabra. No podía creer que lo había enfrentado. Aunque por supuesto Owen no eran un gran luchador y con mi técnica en boxeo podría neutralizarlo fácilmente. Por el contrario, en el pasado, eso hubiera sido imposible, él siempre hacía que me paralizara sin poder moverme. Zack no dejó de observarme, mientras notificaba a la policía lo sucedido, para luego llamar a papá Adam. —Quiere hablar contigo —dijo Zack dándome el móvil y un vaso de té. —¡Gracias! —Le dije y él asintió dándome una sonrisa tensa. Estaba enojado, podía verlo. —Iré a abrigar estas cosas, apuesto a que saben mejor calientes —dijo él señalando las hamburguesas frías y olvida

