Capítulo 3

2039 Words
Mire mi rostro en el baño de damas de la empresa y me retoque para ocultar las ojeras que tenía, hacia dos semanas que trabajaba con Demetrious y me cargaba de trabajo hasta el máximo y muchas veces me tenía que quedar tiempo extra en la oficina mientras el muy hijo de puta se iba y me restregaba a una tal Diane, una morena de infarto que ha venido varias veces en su búsqueda. Su trato se ha vuelto aún más frio después del beso solo me habla si es necesario pero la mayoría del tiempo me ignora, pero la situación se tornó peor un día que vino Bruno a recoger a Dylan y Demetrio vio a mi hermano, no vio a Dylan ya que mi hermano estaba llegando y él lo retiraría de la guardería directamente, desde ese día empezó a ignorarme. Salí del servicio y me dirigí a la sala de juntas donde había una reunión con un nuevo socio, entre en la sala y dejé todo listo; desde las carpetas pasando por las bebidas hasta el proyector de video para la presentación de la agencia. Acomode mi falda lápiz blanca y acomode mi cabello detrás de la oreja, me puse de pie en la entrada para que pudieran entrar, el primero fue Demetrious que paso y ni me dijo buenos días seguido de Stefan —Buenos días Brianna querida — me guiño y me comió con la mirada —Buenos días — dije cortante, luego entro una señora de unos cuarenta años y de muy buena presencial. La señora Ross Friedman, una cliente en potencia —Buenos días—dijo al entrar y todos respondimos, durante toda la reunión Demetrious se dedicó a ladrarme órdenes y entre el genio de él y las miradas lascivas del cerdo de Stefan me iban a volver loca, pero de desesperación —Me gustaría hacer el trato como ya he dicho — comenzó hablar la señora Friedman — solo si hacemos los cambios que me parecen justo —Y estamos de acuerdo— refuto mi jefe — mañana a primera hora firmaremos ¿te parece? —Es perfecto — dijo poniéndose de pie — Ya que salgo a las once para Italia y no quiero dejar ningún cabo suelto —Mi secretaria lo tendrá listo para mañana—¡hijo de puta! Acaso no veía lo cansada que estaba, pero él quería mi renuncia y no se lo iba a poner fácil, como el a ti me recordé. Una vez terminada la reunión todos se fueron hasta sus respectivas oficinas y entre detrás de Demetrio para tomar nota —Para mañana a primera hora necesito ese contrato listo para firmar con las nuevas modificaciones — dijo mientras miraba su móvil —Demetrious. No creo que sea posible — trate de hablar con calma — para esta tarde me pediste los informes del estudio financiero de los últimos cuatro años y aún estoy revisándolos para entregártelos —¿Acaso te pregunte? — dijo levantando la mirada de su móvil, me miro y por un minuto pude ver remordimiento, él sabía que me estaba explotando, pero se recuperó y se puso de pie me voy a almorzar y tu deberías comenzar desde ahora lo que te pedí para que te rinda —No me voy a quedar horas extras mientras tú te vas por ahí con la tal Diane y me dejas con todo — reclame —¿Celosa? — arqueo su ceja sentí que me ruboricé desde la punta del dedo de mi pie hasta la raíz de mi cabello ya rojo —Eso es estúpido, solo que estoy descuidando mis obligaciones — mi pobre hijo no estaba recibiendo el tiempo de calidad que debía darle como madres —Entonces renuncia — se encogió de hombros — por cierto, si quieres saberlo esta noche salgo para una gala con Diane ¿por si te interesa? — me guiño —Estas poniendo a tope mi paciencia — le dije enojada ¿celosa? ¡mierda sí! No debía, pero lo estaba —Dile a ese hombre que te libere del estrés querida — dijo en forma de burla —Yo no tengo… —No me interesa — dijo, tenía una fijación de que tenía otro hombre y que ese era el padre de mi hijo, y no sabía de donde había sacado semejante idiotez lo vi salir a su almuerzo mientras yo me quedé trabajando Pase el resto de la tarde redactando los malditos informes y sobreviví gracias a una barra de proteínas, a las cuatro de la tarde apareció el gilipollas de mi jefe y se metió en su oficina ignorándome o eso creía yo, ya que media hora después llego alguien de la cafetería con un emparedado y un jugo de naranja y me dijo que presidencia lo había mandado a pedir, lo devore, fui al baño para lavarme las manos al regresar fui hasta su oficina para darle las gracias y entre sin tocar, pero me arrepentí de no hacerlo, Demetrious estaba sentado en su silla y encima de él estaba una morena con la blusa abierta. Diane. Me sentí estúpida, que le iba a preocupar solo estaba dándole de comer a su burro de carga para darle más trabajo pensé con amargura. Demetrious noto mi presencia porque me mira sorprendido y comenzó a quitarse a la morena de encima —Lo siento- to— tartamudeé— Lamento interrumpir — dije con la mirada ahora clavada en la alfombra —Brie — escuche que me llamo y me dolió más que me llamara de esa manera corrí hasta el servicio de nuevo y me limpie las lagrimas No debo llorar me recordé a mí misma, pero seguían cayendo lagrimas por mi rostro, escuche unos toques y luego cesaron me limpie el rostro y cuando estuve segura de que me veía presentables Salí y camine hasta mi asiento y me concentre en mi computadora, a las cinco mi hermano me llamo para informarme que había recogido a Dylan. A las seis termine los malditos informes y me dirigí a la oficina de Demetrious de nuevo, no lo había visto en toda la tarde después del incidente, toque esta vez y espere que me diera autorización de entrar, cuando lo hice entre y estaba con su camisa doblada hasta los codos y un vaso de whisky —Acabo de terminar los informes y enseguida me pongo en lo del contrato — dije poniendo las carpetas en su escritorio —Brianna lo de esta tarde — comenzó, pero esta vez lo corte yo —No es de mi incumbencia — comencé — solo debo aprender a tocar antes de entrar a su oficina — termine, el pareció herido, pero se recompuso —Eso me parece perfecto solo te iba a decir que tocaras antes de entrar pudiste habernos encontrado en una situación más íntima — dijo con malicia y maldije —No se repetirá — dije saliendo de su oficina, a las siete salió de la oficina y como de costumbre no dijo nada, se montó en el elevador y salió de la oficina. Me concentre en el vendito contrato y solo fui incluyendo las anotaciones de cada carpeta y fue cuando me di cuenta que me faltaba la más importante, la de Demetrious mire la hora en el ordenador y me sorprendí al darme cuenta que eran las nueve de la noche, siempre que trabajaba hasta tarde era hasta las siete a más tardar, luego llegaba a cuidar a mi hijo y caía rendida. Me levante y camine hasta la sala de juntas y pude notar que no había nadie más en la oficina, solo queda el vigilante del vestíbulo pensé con amargura, bien jueves en la noche y tu metida en la oficina; entre en la sala y me acerque a la maldita carpeta, de pronto sentí unas manos taparme la boca para que no gritara y sentí un olor a burbon —Pero si es mi secretaria favorita —¡Stefan! me removí, pero no me soltó — vamos a pasarla de lujo muñeca — dijo antes de voltearme y cubrirme la boca con su asquerosa boca lo mordí y le saqué sangre sentí un golpe en mi cara me sentí mareada y aprovecho eso para tirarme encima de la mesa y montarse sobre mi así que lo quieres rudo —¡Auxilio ¡—grité y sentí otro golpe que me hizo sentir la sangre en mi boca —Grita zorra — dijo riendo — no hay nadie — me saco la camisa de la falda y me la abrió de un tirón haciendo que los botones volaran en la sala forcejee con él, pero él era más pesado y me restringía los movimientos — sabes por cuanto tiempo he esperado esto — dijo pasando sus manos por mi cuerpo —¡Déjame maldito cerdo! — le di un puñetazo, pero él me lo devolvió y mi cabeza sonó contra la mesa —No muñeca. Pronto solo dirás que no pare — dijo moviéndose hasta mis rodilla y subiendo mi falda hasta mi cintura—lindo—dijo al ver mi ropa interior y volví a pelear con él y a gritar sabía que era inútil gritar, me rompió el brasier y se inclinó para besarme pero logre darle un golpe pero como estaba muy grogui por los golpes no le di fuerte— ¡desgraciada! —me agarro y me caímos de nuevo en la mesa donde esta ve me inmovilizo y escuche el sonido de su pantalón abriéndose — ¡Suéltame¡ no lo hagas —rogué sintiendo ganas de vomitar, metió su rodilla entre mis piernas para que no las cerrara y vi como buscaba en su bolsillo un condón y se lo ponía. Pensé en Dylan y también me vino a la mente Demetrious y sentí que esto era gracias a la soberbia de ambos, pero por mi hijo no me iba a dejar vencer tan fácil, estire mi mano en la mesa y comencé a mover las carpetas hasta encontrar algo con que defenderme y pude alcanzar un abrecartas que tenía Demetrious esta mañana, en el momento que lo tome sentí como Stefan tiraba de mis bragas y con la desesperación tome el abrecartas y se lo clave profundamente en la pierna hasta donde mis fuerza me permitieron, sentí que me liberaba de un peso e intente ponerme de pie —¡Eres una desgraciada ¡te voy a matar! — gritaba Stefan mientras yo tosía y me intentaba cubrir, Él estaba tendido en el suelo agarrándose la pierna y pude ver que brotaba mucha sangre ya que se la había enterrado muy profundo. —Te mereces eso y más—dije con voz ahogada me baje de la mesa tambaleando, me baje la falda y vi que estaba rota al igual que mi brasier y mi blusa, me la cerré con mis manos, mire mis pies y estaba descalza había perdido todo en el forcejeo, menos mi dignidad — eres un cerdo — dije antes de salir de la sala de juntas dejando a un Stefan desangrándose, tome mi bolso subí al ascensor y puse la planta baja, hay pediría ayuda dije para mí misma, sentía la sangre correr por mi cabeza y las lágrimas por mi rostro y la visión se me estaba nublando, cuando Salí del elevador mire a todos lados en busca de ayuda y sentí que me iba al mundo de los sueños caí pero unos brazos me tomaron intente pelear pero el olor era inconfundible —Brie, Brie — era la voz de Demetrious y me acariciaba el rostro — ¡Llama a una maldita ambulancia! — gritaba — ¿Qué sucedió? — se escuchaba desesperado —Stefan — susurre haciendo que más sangre saliera por mi boca —¡Hijo de puta! — maldijo y luego se escuchó otro grito—Llama a la policía—decía, me imagino que al vigilante y a sus guardaespaldas. Me sentía en paz y hacia mucho que no me sentía así—Brie. Vamos cariño abre los ojos— escuche decirle, pero estaba muy cansada y solo quería dormir.
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