Isaías se subió a su automóvil y llamó a su padre. —Papá, no vas a poder creer lo que acabo de hacer. —¿Qué? —Demolí la casa de Merlin McGrath. Su padre se quedó en silencio y luego soltó una fuerte carcajada. —Legalmente, espero. —Sí. Su ex esposa se me acercó y me dijo que tenía información para mí, y en nuestras conversaciones posteriores, descubrí cómo Merlín la engañó con su hermana y la dejó embarazada. Ella consiguió la casa como parte de su acuerdo prenupcial, pero él la quería de vuelta. Se la compré y luego la destrocé mientras él observaba. Su nueva esposa sollozó como un bebé. —Suena muy alegre para un hombre que hizo llorar a una mujer. —Ella no es una mujer. Es una serpiente. Hace que mi pobre Liesl se sienta triste, acosándola constantemente. —¿Tu Liesl? Se rio. —

