El brillo desapareció de su mirada. Kilian tardó en reaccionar, terminó frunciendo el ceño y negó varias veces seguidas con la cabeza. La verdad, es que no parecía entender la situación. Se acercó a mi, mirándome fijamente a los ojos, analizándome, hasta estar a solo unos centímetros de mi.
—¿Se puede saber por qué piensas eso? —Terminó preguntando, creando algo más de distancia, dándome la espalda.
—¡Conoces a Erick! —Levanté la voz histérica, quizás demasiado. Volvió a darse la vuelta hacia mi, con una ceja levantada.
—¿A Erick? ¿Qué Erick? —Se rascó la mejilla derecha confuso. Supuse que conocía a más de uno, así que decidí concretar.
—Erick Vondrák.
—Sigo sin entender que tiene que ver él en esto—. Se encogió de hombros quitándole importancia a todo el asunto.
—Él... —La verd
