Capítulo 2

1273 Words
Isabela* Miro por la ventanilla del auto de mi tío mientras él conduce, hace poco llegó a recogerme para llevarme al hospital en el que trabajaré. - Espero que te agrade trabajar ahí. - Dijo haciendo que salga de mis pensamientos. Me giré a mirarlo y le regale una sonrisa sincera ya que obviamente me gusta trabajar allí. - Ya veras que sí, haré lo posible por acostumbrarme. - Dije con emoción y cierta emoción. Volteó a mirarme y me sonrió, le respondí de igual forma y cada uno volvió a lo que hizo desde el principio.  Se dedica a conducir y yo solo miro por la ventana y pienso en mis padres, deben estar preguntándose el porqué no los llamados. - ¿Isabella? - Me llamó haciendo que logre captar toda mi atención. Le observé de inmediato con cierto interés de saber que es lo que dirá. - ¿Sí ?, ¿pasa algo? - Pregunté con curiosidad. - En el hospital cada paciente tiene su propia enfermera o enfermero que lo atiende - Informó notandose algo nervioso. - Sí, lo entiendo, ¿Pasa algo con eso? - Dije sin entender mucho a donde desea llegar. - Tu paciente es: Jackson Miller. - Reveló apretando el volante. - ¿El psicópata que asesinó a su familia ya los vecinos ?. - Pregunté con sopresa. - Sí - precisó. - Si no quieres quedarte, te entenderé. - Dijo suspirando. Le mire con una pequeña sonrisa, sé que se preocupa pero de verdad deseo el empleo. - No hay problema, yo puedo manejar-lo. - Dije con seguridad. - ¿Estás segura? - Pregunté no muy convencido. Asentí y le sonreí, claro que podría manejar-lo, solo necesito ser amable, si le hablo bien y el trato como se debe será más cómodo para ambos ... Jackson * Sentía como todo me daba vueltas, poco a poco mis ojos se fueron abriendo haciendo lo primero que mire sea el techo blanco de la habitación.  Al lograr recuperarme, giré mi cabeza a todos lados notando que estoy atado a la cama y tengo colocada la camisa de fuerza, lo más seguro es que me dejen sin medicamentos para que la locura me consuma por completo hasta que se les de la maldita gana de darme mi dosis. Salí de mis pensamientos al escuchar la puerta abrirse, me giré a un lado para observar de quién se trata y es el idiota de Nick, el psicólogo estúpido, ese tipo me tiene harto, daría lo que fuera por un momento a solas con él, fácilmente lo despellejaría. - ¿Jackson, estas consiente? - Pregunté mientras chocaba mis ojos. - ¿Acaso crees que ese estúpido medicamento me hará algo? - Contesté con burla y solté una carcajada. Suspiró y luego me miró con seriedad y algo decepcionado porque según él había "mejorado un poco". - Has matado a tu enfermera. - Recordó desviando su mirada. - ¿Sabes lo que significa? - Murmuró con obviedad. Sonreí un poco sin poder evitarlo, de todos modos me importa un demonio lo que tenga que decir o lo que vaya a suceder. - ¿Qué ahora estaré aquí ochenta años? - Respondí con cinismo. - ¿Qué gracioso no crees? - Dije soltando un carcajada. - No, significa que ya no puedo hacer nada para las salgas, mataste a alguien, aún eres peligroso para la sociedad, no saldrás nunca de aquí. - Informó algo desesperado. Me estaré seriamente analizando que realmente no me importa cuánto tiempo tengamos que estar aquí, cuando me canse de este lugar simplemente me escaparé y seré libre. Si estoy aquí es por que yo así lo quiero. - No me interesa. - Susurré neutro. - Debería. - Suspiró cansado. - Pero ya no puedo hacer nada, solo decirte que te deseo suerte. - Dijo mientras caminaba hacia la salida para marcharse. Me quedaré mirando hacia enfrente hasta que escuche que la puerta se cerró. Ya no me importa nada, solo quiero morir y la mejor opción es hacerlo aquí poco a poco ... Isabela* Miro el hospital con asombro es realmente increíble y grande no puedo creer que vaya a trabajar en este lugar - ¿Qué piensas ?, ¿te gusta? - Pregunté mi tío mientras sacaba mis maletas de la cajuela. - Es increíblemente grande, seguro hay muchos pacientes. - Dije llena de curiosidad por conocer los interiores. Lo miré y le sonreí. - Y no lo has visto por dentro, vamos. - Indicó mientras caminaba a la entrada. Lo seguí y caminé a su lado para que me indique todo, al entrar miramos al guardia el cual es un hombre mayor, no creo que sea algo prudente que él este de guardia que tal si alguien intenta escapar o intente entrar, no es por ser grosera pero no creo que logre hacerlo solo. - Buenas señor Jeremy, ¿quién es la linda joven? - Pregunté mientras me sonreía de manera amable. - Buenas don Miguel, ella es mi sobrina y hoy empezará a trabajar aquí - Le informó dándole una sonrisa amigable. - Mucho gusto, soy Isabella. - Yo presente. - El gusto es mío, soy Miguel, bella ¿no te molesta que te diga así o hay algún inconveniente? - Pregunté en tono agradable. - Claro que no hay problema - Conteste dándole una sonrisa. - Bueno, nos vemos iremos a dar un recorrido. - Avisó mi tío caminando hacia un pasillo. - Hasta luego. - Dije despidiéndome estrechando su mano. - Fue un placer, mucha suerte. - Dijo sonriendo y soltando mi mano. Caminé rápido hasta llegar a un lado de mi tío quien empezaba a darme indicaciones. - En el edificio 1 están los pacientes, en el primer piso esta la cocina y el comedor, en el segundo piso esta la sala de descanso, y en el tercer piso están las habitaciones. - Explicado señalando el edificio de enfrente, ya que nosotros estamos en el edificio dos, que es donde están las enfermeras y están las oficinas de los psicólogos. Caminábamos y él hablaba de cada uno de los pacientes aquí.  Mi tío es psicólogo lo que se le hace más fácil conocer a los pacientes, aunque no pasa de decirme sus nombres y sus trastornos mentales. Luego de haber llegado al tercer piso, me llegó una de las habitaciones del rincón. - Estoy seguro de que te sentirás más cómodo algo alejada de los demás - Dijo mientras abría la puerta entrando, lo seguí haciendo lo mismo. Colocó las maletas aun lado de la cama y me miró con una sonrisa. - Bienvenida, espero que tengas mucha suerte mañana en tu primer día, tu uniforme está en el guardarropa y la alarma ya está colocada. - Informó de manera agradable. - Muchas gracias tío, no sé qué hubiéramos hecho si tú no me ofreces y ayudas a conseguir este trabajo. - Dije agradecida acercándome para abrazarlo, respondió y duramos así por unos segundos hasta que ambos decidimos separarnos. Salió de la habitación dejándome sola, me senté en la cama y mire toda la habitación con curiosidad, todo aquí o al menos la mayoría es blanco, para mi es algo muy frustrante que todo mar de este color, pero creo que lograré acostumbrarme poco a poco Aun es temprano a lo que me decido por acomodar la ropa, cuando termine fui al baño que tiene la habitación lo cual es bueno no tendré que salir e ir a los baños que todos usamos. El baño no es muy grande pero sí lo suficiente para una persona. Me basta la ropa y me adentre a la ducha, solo tarde unos minutos cuando salí envuelta en una toalla, me coloque la pijama, cepille mi cabello así mismo lave mis dientes para poder ir a un repositorio y descansar.  En lo que podría ser de quedarme dormida pensaba en lo que pasaría el día de mañana, me llena de curiosidad todo esto lo cual es increíble.  Poco a poco logré quedar profundamente dormida ... Gracias por leer . Voten y comenten
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