Aquellos dos hermanastros se quedaron a solas ese día en la mansión. Para Mely eso era un gran fastidio ya que odiaba a Derek con toda su alma pero para el pelinegro era la gloria porque aquel viaje que hizo desde Europa hasta Norteamérica no fue para nada en vano y ahora sin muros en la costa iba a tratar de hacer lo imposible de conquistar a esa pequeña rubia que lo tenía tan loco. Entonces, Mely aquel día mirándolo con cara de desinterés le comentó:
—¡Deja de decirme así estúpido! Ah, iré a mi habitación para no verte tu cara.
En aquel momento, el hombre la tomó del brazo deteniéndola y le respondió:
—Oye, tenemos que hablar cuales serán los roles en esta casa.
—¿Qué roles? Si cada quien vivirá por su lado.
Derek tratando de hacer cualquier tipo de conversación para estar cerca d
