capítulo 1

3287 Words
Gertrudis estoy en la clase de deportes, tengo que dar 10 vueltas a la cancha mínimo, para poder obtener una nota medio aceptable, pero mi cuerpo no puede más, necesito descansar, he estado cuidando a mi hermana todos estos días, no me quejo la amo sé que ella haría lo mismo por mí o hasta más pero necesito dormir solo un momento. Doy un pequeño traspiés y casi caigo al suelo. - Gertru estás bien? - mi maestra me pregunta - si - contesto con un bostezo - uy lo siento - cubro mi boca con mi mano, avergonzada - tranquila - me sonríe - cómo sigue tu hermana - pregunta de manera dulce, siento que quiero llorar pero debo ser fuerte - no lo sé, yo la cuido todos los días pero no sé si está mejorando, hay días en los que la veo más animada pero hay otros que... - no puedo continuar hablando siento que voy a quebrarme. - Ey tranquila todo va a salir bien, esa enfermedad es así, lo importante es que ella no se sienta sola, que sienta tu amor y apoyo, dicen que el amor es la mejor medicina - me vuelve a regalar una de sus dulces sonrisas - eso trato - le respondo tratando de sonreír pero no puedo - y tú, cómo has estado? te estás cuidando? parece que no has dormido nada - si, no, bueno la verdad es que en este momento yo no importo, solo Caro - no digas eso, claro que importas eres muy importante, aparte de que eres el apoyo de tu hermana, si tú estás bien, vas a poder cuidar mejor de Carolina. Hagamos algo, ve al almacén de deportes y usa las colchonetas para dormir un momento, toma mi chaqueta para que te cubras, antes de que empiece tu próxima clase voy a buscarte. - en serio? no hay problema? - pregunto sintiendo un poco de calor en mi corazón - ve tranquila, descansa - me lo dice acariciando mis manos, si pudiera sonreír lo haría. Tomo la chaqueta de Sandra mi profesora y me dirijo al almacén de deportes, apenas encuentro las colchonetas me acuesto sobre ellas y caigo en un profundo sueño; bueno no tan profundo, no se cuánto tiempo pasó, pero empiezo a escuchar voces y descubro que son mis compañeros deben estar buscando un balón para jugar en el descanso o perdiendo clases no sé, ni me importa, intento mantenerme quieta para que no se den cuenta que estoy ahí, ayuda que en el almacén no hay luz, pero de todas formas no quiero que se den cuenta de mi presencia. - a ver Santiago en serio piensas que te vamos a creer - pregunta uno de ellos - por qué les mentiría?, es en serio - pero Daniela ni te mira, ella no se acostaria contigo. - ja pero lo hizo, ella es como todas las mujeres un par de palabritas dulces, dichas en el momento preciso y listo - responde Santiago orgulloso, como si fuera un experto - cálmate galán - le dice Pablo burlándose - el tumba locas - dice Germán sacudiendolo de los hombros todos se ríen, yo solo quiero que se vayan para seguir durmiendo - yo no te creo - dice Danilo muy serio- ninguna mujer se iría a la cama, después de escuchar esas tonterías uuuuuuu dicen Germán y Pablo - que a ti no te funcione, no quiere decir que al resto de nosotros tampoco, a mi nunca me falla - afirma Santiago con soberbia - me gustaría verte en acción, para comprobar que es cierto - dice Pablo - yo también dice Germán - que dices Santiago, eres capaz de levantarte a una de las niñas del colegio y llevártela a la cama? - pregunta Danilo - cuando quieras, es más escojan a la víctima ustedes y yo hago el trabajo - responde confiado y soberbio. - Victoria - dice Pablo todos se ríen y yo los odio por la forma en que hablan - no - dice Danilo - esa gordita le tiene ganas sería muy fácil - Camila - dice Germán - Ana - vuelve a intervenir Pablo - Sofía - dice Danilo - Ey, con mi hermana no se metan - dice Germán enojado todos se ríen menos Germán - ya se - dice Pablo - y les aseguro que está no va a estar fácil - no me digas que es la misma que estoy pensando, - dice Danilo - de quien hablan - pregunta Germán - de Gertrudis dicen los dos al tiempo - que? - dice Germán riendo - en serio le van a hacer eso al pobre Santiago?, ella odia a todo el mundo. - esa es la idea, que sea un reto - dice Danilo - entonces te le mides, Santiaguito? - pregunta - o miedo? - pregunta Pablo - para mí no hay retos - dice Santiago - van a ver qué en unas semanas la tengo lista - les responde de una manera que me provoca levantarme y golpearlo en la cara, no se porque no lo hago. - pero si voy a invertir mi tiempo y esfuerzo por darles gusto, yo también quiero ganar algo - continúa Santiago - tampoco es que sea un sacrificio - dice Germán - fea no es - uuuuuuu le gusta la rarita - dice Pablo - jajaja que paso con esos gustos amigo - se burla Danilo - no quiero problemas, yo nunca me metería con la mujer de un amigo - se burla Santiago - idiotas les dice Germán todos se ríen - ya hablando en serio - retoma Santiago- si me quieren ver en acción les va costar - de que hablas? - pregunta Danilo - si quieren que me levanté a la rarita, cada uno va a tener que pagarme $ 100.000 - que ? estás loco - grita Germán - por qué te vamos a dar esa plata? - puede que a ti, te guste la rara, pero a mí no, para mí si será un sacrificio meterme con ella, así que algo tengo que ganar no creen? - tiene razón - dice Danilo y yo quiero matarlos me ofende que hablen así de mi, quien se creen, los odio, no puedo creer lo mucho que los odio - pero hay que darle un plazo, si en 15 días no ha podido llevársela a la cama, el nos tiene que pagar a nosotros - interviene Pablo - me parece justo - dice Germán - a mi también - afirma Danilo Santiago se ríe - trato hecho, entonces - les dice Santiago - como me gusta el dinero fácil eeeeee dicen todos y se ríen mientras salen del almacén, por fin. Que idiotas pero que idiotas, no puedo dejar de repetirlo, me dan ganas de sacarles los ojos y exhibirlos a todos como lo que son unos pocos hombres, tengo tanto irá que no lo aguanto, quiero quebrar todo lo que encuentre contra el piso o mejor contra la cabeza del cuarteto de imbéciles. Es increíble que piensen que yo o cualquier chica se va a acostar con Santiago o con cualquiera de ellos solo por un par de palabritas malditos pubertos estoy segura que nisiquiera se han desarrollado bien y andan presumiendo lo que no han hecho, en especial Santiago, el es el peor de todos, encima pide plata por algo que nunca va a pasar, espero que cuando el resto se de cuenta que es un mentiroso le hagan la vida imposible y yo les voy a ayudar, por supuesto que les voy a ayudar. Después de un momento llega la profesora Sandra a buscarme al almacén y me trae algo de comer, me dice que el descanso ya va a terminar y debo volver a mi aula para mí siguiente clase, como lo que me trajo con muchas ganas, ya que no he podido comer muy bien tampoco, le doy las gracias y me dirijo a mi aula antes de que toque el timbre, no quiero llegar tarde. Apenas entro al aula observó al cuarteto de imbéciles cerca al escritorio del profesor, Santiago me sonríe, pero creo que mi mirada dice te odio con letras mayúsculas porque la sonrisa se le borra de una, ahora la que sonríe soy yo, espero que haya entendido el mensaje y no se me acerque ni por error. *********** voy en el bus de camino a mi casa, por fortuna voy sentada y junto a la ventana así puedo ver lo que pasa en la calle y me distraigo un rato, intento no pensar en mí hermana, no quiero ponerme triste, tampoco quiero pensar en los idiotas de mis compañeros porque no quiero volverme una asesina en serie me río por mi último pensamiento, espero que la gente del bus no sé de cuenta de mi sonrisa, no quiero que pienses que estoy loca. Si lo pienso bien, tal vez los imbéciles si tienen razón y soy rara, no solo por el hecho de reírme sola, es que la verdad no tengo amigos, nadie se me acerca solo Sofía que es un amor de niña, pero creo que lo hace por lastima, por eso no puedo considerarla mi amiga y el resto de mis compañeros pues creo que no les gusta que sea becada, piensan que les voy a pegar la pobreza o algo parecido, por eso los ignoro y trato de concentrarme solo en las clases. Llegó a mi parada del bus y bajo, todavía faltan unas cinco cuadras para llegar a mi casa, intento caminar lo más rápido posible, observando que nadie me siga, no quiero que me vuelvan a robar, ya lo han hecho y como no tenía nada de valor encima se llevaron mis zapatos, mis papás se enojaron y me regañaron por descuidada, dijeron que era mi culpa, como siempre, la única que me consoló y trato de calmar mi miedo fue Carolina mi hermana, no sé como hizo pero pudo obtener un préstamo para comprar unos zapatos nuevos, la pobre se sentía tan culpable por que no había podido ir por mi a la parada del bus, pero no era su culpa los ladrones están en todas partes y de seguro nos hubieran robada a las dos, ya que ella está tan débil por el tratamiento que no me hubiera podido defender, prometió que iría al colegio por mí como hacía antes, pero le hice jurar que se quedaría en la casa y le asegure que tendría cuidado, no quiero que se esfuerce o se preocupe por mi, no lo vale, más cuando está en juego su salud. Por fin llegó a mi casa y abro con mis llaves. - hola mamá, hola papá - saludo los dos solo me responden con un leve movimiento de cabeza. Me dirijo a la cocina para ver si hay algo de comer, pero mi mamá se para en frente y me dice: - estuve toda la mañana cuidando de Carolina, necesito descansar, prepara la comida para todos y recuerda que tú hermana lleva una dieta especial, no quiero que por tu culpa se enferme así que ten cuidado. - está bien - le respondo - pero rápido niña, que me estoy muriendo de hambre - grita mi papá Busco en la cocina que hay para cocinar, a pesar de las quejas de mi papá, preparo primero la comida de Carolina ella necesita estar bien alimentada y a pesar de lo que dice mi mamá, dudo que la haya cuidado toda la mañana, la verdad ella no es una persona cariñosa o atenta y le tiene pavor a la cocina, desde que ya no nos podemos dar el lujo de pagarle a una empleada, mi hermana se ha hecho cargo de la cocina y de la limpieza pero como está enferma ahora esas tareas están a mi cargo, nuevamente no me quejo pero si quedo muy cansada. La comida de Caro ya está lista, a mis papás les preparo algo rápido y simple, tampoco es que haya mucho de donde escoger, la situación en mi casa no es la mejor, no hay dinero y mis papás no se preocupan en conseguirlo, la única que trabajaba era Caro, pero a ellos como que les molestaba que lo hiciera, no los entiendo. les sirvo la comida a ellos y subo a la habitación de mi hermana con su comida y la mia. - hooolaaaa - digo asomando mi cabeza - hola mi preciosa, como estás linda? - dice mi hermana con una sonrisa y estirando los brazos, dejo nuestra comida en una mesa y me acerco a ella, en seguida nos abrazamos y puedo sentir sus huesos, intento no llorar, deshago el abrazo y quedó frente a ella me acaricia la cara, y rosa su nariz con la mía - te extrañe - dice con una sonrisa - yo también - le respondo y es cierto, siempre la extraño cuando no está conmigo. - quieres comer? - le pregunto- hice una crema de verduras que me quedo de rechupete. - jajaja, ella se ríe, - eso tengo que comprobarlo - dice y yo le pasó su plato, comienza a comer de una, se nota que ni mi mamá o mi papá le han dado de comer durante todo el día, eso me molesta pero a la vez me agrada verla comer con tanto apetito - está muy rico linda - dice - se nota que tienes aptitudes para la cocina - aprendí de la mejor - le digo - a entonces felicitaciones a tu maestra - dice sacando pecho - deja de hecharte flores tú sola, - digo en tono de burla las dos nos reímos pero la felicidad solo nos durá un momento ya que a los minutos ya está en el baño, botando todo lo que comió, con esfuerzo la ayudo a volver a la cama ya que aunque está muy delgada sigue siendo muy alta para mí y es difícil sostenerla. - que dijo el doctor ?- pregunto - que es normal que esto pase, no te preocupes, es el efecto de las medicinas - dice tratando de tranquilizarme pero no lo logra - pero estás vomitando mucho casi no puedes retener nada en el estómago, si sigues así te vas a enfermar más, necesitas comer bien - para eso son los suplementos que me mandó, papá dijo que los iba a comprar, tranquila todo va a estar bien; trato de sonreír pero me preocupa que el bienestar de mi hermana este en manos de mi papá menos si se trata de comprar algo para nosotros, nunca.lo ha hecho o no de buena gana, todo lo que tenemos lo ha conseguido mi hermana, mi papá solo se ocupa de sus gastos y con peleas y discusiones también de los gastos de mi mamá, pero más lo hace para que ella deje de molestarlo no porque él quiera hacerlo. Caro se queda dormida y yo aprovecho para buscar en los papeles del hospital cuales son los suplementos que necesito, rápido encuentro las fórmulas médicas y las comparó con el montón de pastillas que tiene en una caja, lastimosamente compruebo que le faltan algunos vuelvo a buscar y el resultado es el mismo, no me queda de otra que hablar con mi papá, para que consiga los medicamentos que hacen falta. Con algo de temor bajo a la sala en donde el se encuentra y con temor hablo: -pa.. papá - que pasa niña? - dice mientras mira unos recibos - yoooo ... - dudo mucho al hablar, es difícil para mí, le tengo miedo, es mi padre pero la verdad lo siento como un extraño. - si no tienes nada que decir es mejor que me dejes tranquilo - dice con firmeza y una vez más compruebo que mi sola presencia le molesta, pero tengo que hablar, Caro lo necesita. - papá estuve revisando los medicamentos de Caro y veo que algunos medicinas le hacen falta, tenemos que conseguirlas - me sorprende que puedo hablar sin titubear, me siento orgullosa de mi, lastimosamente mi papá no reacciona a mis palabras, entonces insisto: - papá ... ella lo necesita - quieres cerrar la boca y dejar de meterte donde no te importa - me grita. - claro que me importa es mi hermana, su vida y su salud están en juego - le respondo casi llorando; en ese momento aparece mi mamá: - que está pasando aquí - pregunta - está mocosa que no hace más que molestar, ya me tiene arto - grita mi papá - yo solo le dije que Caro no tiene medicamentos y que hay que conseguirlos - grito también intentando que me escuchen y ayuden a mi hermana. - jaaaa - dice mi madre- acaso te escuchas niña, piensas que es fácil conseguir eso que pides bájate de esa nube - dice en tono burlón, como si lo que yo digo fuera la peor estupidez que ha escuchado - pero ella lo necesita -insisto - es que acaso no les importa - tomo una pausa - es que acaso ustedes quieren que ella se muera - les grito llorando. Por respuesta lo que recibo es un golpe en la cara por parte de mi papá, fue tan fuerte que caigo al piso con fuerza. - a mi no me levantas la voz - dice aquel hombre. - grosera, insolente - me dice mi mamá. yo en el suelo no puedo dejar de llorar - que está pasando aquí? - grita mi hermana desde las gradas - rápido limpio mis lágrimas y me levanto del suelo intentando que ella no se de cuenta, en su estado no es bueno que tenga emociones fuertes. Me dirijo rápido a las escaleras y ahí nos vemos frente a frente: - linda - dice en voz baja tocando mi cara - vamos a la habitación, por favor - le ruego. - está bien - me dice. con esfuerzo llegamos a la habitación y de inmediato empieza a interrogarme, lo malo es que no puedo mentirle. - que paso? - pregunta - le dije a papá que teníamos que conseguir tus medicamentos y ... - trago grueso porque me cuesta hablar - me dijo que ese no era mi problema y me enoje, le dije cosas feas y el me golpeó por grosera. ella me toma de las manos e intenta que la mire, pero no quiero. - linda, linda mirame - ordena. no quiero hacerlo pero lo hago. - escúchame bien linda: no quiero que vuelvas a pelear con ellos, más ahora que no estoy para defenderte, me escuchaste?. - y quien te defiende a ti? - le contesto molesta - como vamos a conseguir los medicamentos que te hacen falta? - pregunto- y no me digas que no es mi problema, porque yo te amo y quiero que estés bien. - yo sé que tú me amas - me dice más calmada- y yo también te amo, a mi también me preocupa lo de los medicamentos, pero no te preocupes, ya me estoy ocupando de eso, tenemos un angelito de la guarda que siempre nos ayuda, recuerdas? - dice sonriendo. - mi padrino ? - pregunto - tu padrino - responde con cara de felicidad - ven - dice mientras me abraza- todo tiene solución - ya verás no tienes de que preocuparte - me besa la cabeza - mi linda, mi tierna dulce y hermosa niña, dueña de mi corazón - intenta cantar. - eres una cursi - le digo - Ey respeta, estamos teniendo un momento tierno aquí, no lo arruines. las dos reímos.
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