capítulo 3

2148 Words
Gertrudis Suena el timbre para salir al descanso, Sofía se acerca a mi lugar y me invita a comer, quiere que le expliqué algo de las clases o algo así pero no logro ponerle atención, solo me fijo en Santiago, tengo que encontrar la forma de hablar con el, a solas, ya me decidí y voy a poner en marcha mi plan, espero que todo salga bien. -Sofi, Sofi, perdón no te estoy entendiendo nada - la interrumpo - tengo un dolor de cabeza muy fuerte, me voy a quedar aquí para descansar, a ver si mejoro un poco - lo digo lo suficientemente alto para que Santiago me escuche y se acerque a mi, al fin de cuentas el es quien tiene que buscarme, no?. - ay, de verdad? lo siento, no quería incomodarte - dice Sofi- no te preocupes yo te traigo algo de comer, tu descansa. - gracias, me podrías traer un jugo pequeño por favor - le digo pasándole dinero -solo eso? - me pregunta extrañada - vas a quedar con hambre - si solo eso, en realidad no quiero comer nada, no tengo apetito - mmmmm está bien ... ya nos vemos, descansa. - gracias - le digo y me quedo sola en el aula, estar sola me va a dar más tiempo para pensar mejor lo que voy a hacer. - hola Gertrudis - escucho la voz de Santiago y volteo a ver la puerta y ahí lo veo, con su sonrisa idiota que intenta imitar a un galán de la televisión o algo así - escuché que no te sentías bien, por eso te traje un sándwich, espero no te moleste - me lo entrega mientras mantiene la estúpida sonrisa en su fastidiosa cara. - gracias - le digo mientras recibo el sándwich - y como te sientes, quieres algo más? - pregunta con fingida preocupación. - así está bien, no debes molestarte - digo con amabilidad pero no puedo esconder el fastidio que me provoca, nunca he sido buena para fingir y ya no aguanto mas este patético intento de escena, a ninguno de los dos se nos da la actuación, por lo menos yo soy consciente de eso, Santiaguito no. - no es ninguna molestia, tus deseos son órdenes para mí - patético. - escuché la conversación con tus amigos ayer, en el almacén de deportes, se muy bien lo que quieres, y de una vez te informo que no lo vas a conseguir - le suelto de una y sin anestesia. Santiago solo abre los ojos como platos y me queda viendo por unos minutos, obviamente no sabe que decir, mientras el sale de su asombro yo reviso el sándwich no quiero arriesgarme a caer en una broma de mal gusto, los primeros días que pase en este colegio me enseñaron a ser precavida y desconfiada. - Ey - muevo las manos en frente de Santiago - estás ahí ? - si - pega un brinco en su puesto - yo no... no, sé a qué te refieres - dice con fingida inocencia. - por favor- le digo volteando los ojos- te digo que escuche bien que TU - levanto mi voz, para enfatizar el tu - le aseguraste a Pablo, Danilo, y Germán que en 15 días yo voy a caer en tus encantos y me voy a ir a la cama contigo sin chistar, porque tú eres un galán irresistible - lo último lo digo con burla y me río en su cara. ahora es Santiago quien me mira con fastidio, obviamente no sabe que hacer, entonces continuo: - también escuché clarito que si NO conseguias tu objetivo debías pagarle a cada uno $ 100.000, $300.000 más todas las burlas de tus amiguitos que no son poca cosa, si así, no más son insoportables, no me los imagino, molestando todo el año o lo que queda de vida, porque no pudiste con la rarita, toda tu imagen de galán de cuarta se va a ir al piso y ellos se van a encargar de que todo el colegio y toda la ciudad se entere, vas a hacer el hazmerreír de todos, todo el mundo se va a dar cuenta de lo patético, mentiroso y poco hombre que eres. - le digo con seguridad, creo que me pase con todo lo que dije pero necesito generar una reacción en el, cruzó los dedos, espero que esto funcione. Santiago me mira con odio y desprecio, no es para menos, pero no me importa, lo veo de la misma manera mientras se levanta de la silla y se dirige a la puerta. - si quieres evitar todo ese drama, yo te puedo ayudar Santiaguito - le digo con voz pausada pero burlona - todo depende de ti. Santiago voltea a verme, noto duda y odio en sus ojos, si las miradas mataran, yo, ya no existiría en este mundo. - a que te refieres? - pregunta Santiago sin moverse de su lugar - que yo puedo evitar que te conviertas en el hazmerreír de toda la escuela, si me ayudas, sería un ojo por ojo, que dices ? - le digo levantando las cejas. - a que te refi...- es interrumpido por el sonido del timbre y por todos mis compañeros que entran al salón, obviamente no podemos seguir hablando, yo le sonrió de manera sarcástica, pero por dentro me siento más aliviada por que esa última frase que no alcanzo a completar significa que está interesado en mi propuesta, hasta ahora todo va saliendo bien, creo. - hola Gertrudis, aquí está tu jugo, me dice Sofí - me puedo tomar el jugo con confianza, ella es una persona amable y de fiar, no como el resto de mis compañeros. - gracias Sofí - me estaba muriendo de sed - le digo cuando termine el jugo - regalándole una de mis sonrisas más sinceras, ella me la devuelve y vamos a nuestros lugares. - como está tu dolor de cabeza - me pregunta. - un poco mejor, pero todavía me duele - le digo mientras tocó mi cabeza. - deberías tomar algo - dice preocupada. - tienes razón, si el dolor empeora voy a la enfermería, si sigue así me espero hasta llegar a mi casa, aunque creo que lo que necesitaba era ese jugo - le sonrió, ella niega con la cabeza, y con sorpresa señala el sándwich en mi escritorio: - y eso? - pregunta - me lo dio Santiago - le digo con naturalidad - pero tengo miedo de comérmelo, no quiero caer en una broma. - tienes que dejar de ser tan desconfiada, Santiago es un buen muchacho, un poco perro, pero es muy agradable, el no te haría una broma fea, - dice, mientras yo la compadezco por su ingenuidad, es como si viviera en una burbuja llena de algodón de azúcar y unicornios en donde todos son amigos, la mayoría del tiempo me causa ternura, pero hay otros momentos en que me desespera su forma de ser y quiero que ponga los pies en la tierra, como ahora. - lo dudó - le digo, volteando los ojos. - mira - dice tomando el sándwich y pegándole un mordisco - mmmmm está bueno y no tiene nada raro - dice con la boca llena, yo la miró con ternura, por su gesto de probar la comida antes que lo haga yo - ahora puedes comer, tranquila. - dice poniendo el sándwich en mi boca. ambas comemos del sándwich hasta que se acaba, justo a tiempo, cuando tomo el último trozo llega la maestra: - buenos días chicos, todos a sus lugares - dice autoritaria pero tranquila- espero que tengan listas las lecturas que deje la última clase, porque hoy vamos a desarrollar un taller con ellas, necesito que se organicen en binas y me entreguen el taller al final de la clase, está claro? - varios quieren protestar, pero ella con un sutil movimiento de su mano los hace callar. Se nota que varios no leyeron, por ese lado yo estoy tranquila, a pesar de estar enferma Caro me obliga a estar al día con mis estudios, por lo tanto tengo listas las lecturas y estoy confiada en que puedo hacer el taller. Sofi y yo nos miramos con complicidad, no hace falta decir nada para entender que vamos a formar equipo, Sofi toma su silla e intenta acercarse a mi escritorio pero es interrumpida por Germán su hermano, que le pide que por favor haga equipo con el, Germán es un vago es la segunda vez que repite año, no es tonto, solo que no le gusta estudiar ni hacer tareas y ahora se aprovecha de Sofía para pasar de año sin hacer nada, eso me desagrada, quiero intervenir pero en ese momento Santiago me toma del brazo y me lleva a un rincón: - tenemos que hablar - susurra - aquí? - le digo imitando su tono de voz, el asiente con la cabeza y yo le sonrió de manera burlona - entonces necesito mi silla y mi escritorio, de pie no hago nada. - el me mira con fastidio y va por todo lo que le pedí, todo el curso lo mira con asombro, es raro que el esté cerca de mí y más raro todavía que me haga un favor. Cuando todo está en su lugar, ambos tomamos asiento y yo tomo la hoja del taller y empiezo a revisarlo. - leíste? - le pregunto sin mirarlo - que importa? - dice con rabia - en este momento tenemos que hablar de cosas más importantes - afirma. sonrió al ver su interés, esto era lo que quería, pero puedo desesperarlo más solo por diversión. - claro que importa - le digo indignada - yo no voy a sacar una mala nota por tu culpa - es en serio? - pregunta con desespero- después de lo que hablamos en el descanso, ahora te preocupas por un taller. - me preocupa mi educación - le digo con burla. - por favor Gertrudis, podemos hablar en serio? jajaja me río y todos voltean a vernos, pongo mi mano en mi boca intentando controlar mi risa, miro a Santiago y le digo: - habla, te escucho el solo me mira, se nota que no tiene idea de nada, empiezo a resolver el taller sola, mientras él se agarra el pelo y se soba la cara, se nota que está desesperado. - ya pensaste en lo que puede pasar si les incumples a tus amigos? - le digo sin levantar la cabeza. - si - me responde - y quieres pasar por eso? - continuo. - no - se aclara la garganta - no me gustaría. sonrió mientras mantengo la misma posición, lo tengo. - si te pregunto algo me puedes responder con la verdad? abre los ojos y asiente, asustado. - tu y tus amigos en realidad tienen esa plata, en sus manos? - Santiago me mira sorprendido - si tú ganas ellos te entregan la plata de una? - si, no creo que haya problema, igual no es mucho - tartamudea un poco - por qué la pregunta? - yyyyy podrían conseguir el doble? - continuo preguntando, ignorandolo. - aaaaa? no entiendo - dice con cara de confundido. yo suspiro e intento tener paciencia, le pido que se acerque y le digo al oído, no quiero que nadie escuché lo que tengo que decir. - tus amigos te iban a dar $ 100.000 si tú y yo nos íbamos a la cama, cierto? - explicó despacio. - si - responde con fastidio - ellos podrían pagarte $ 200.000 por lo mismo? - y por qué lo harían? - por que yo no soy tan fácil y porque vas a lograr tu cometido antes de tiempo. -QUE? - grita realmente sorprendido. - trabajen en silencio, por favor, dice la profesora. yo agachó la cabeza y sigo trabajando. Santiago también agacha la cabeza y se queda en silencio por un momento. - me puedes explicar?, no entiendo nada. - faltan diez minutos para terminar el taller antes de que toque el timbre quiero todos sus trabajos sobre el escritorio. - terminemos el taller y después hablamos - le digo a Santiago, el suspira resignado y pregunta: - te ayudo en algo? - leíste? - le pregunto - no - responde - entonces no - le digo- igual ya voy a terminar, tranquilo - continuo desarrollando el taller hasta que terminó . Continuamos con la siguiente clase y debemos volver a nuestros lugares, cuando voy por mis cosas, Santiago me vuelve a tomar del brazo y susurra: - todavía no terminamos de hablar - ya se, ... hablamos a la salida, - pero - por favor Santiago, hablamos a la salida, ahora no podemos, tenemos que entrar a clases. - está bien - dice nada convencido.
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