Gertrudis Estoy de regreso en el cuarto, pero ahora mirando al techo, no pienso en nada, no siento nada, cuando escucho que la puerta se abre y entra la señora Azucena. - tómese está agüita de Valeriana, que le va a hacer bien - me ofrece y de mala gana me siento y la recibo - usted no es la única que sufre, sabe? - comienza a hablar - el padre Sergio ha pasado años haciendose cargo de ustedes, las quiere mucho, se siente su papá, y ahora sufre y sufre mucho, una de sus hijas murió y la otra lo desprecia - continua - usted cree que es justo que pase eso? - me pregunta - a el ? un hombre tan bueno, alguien que literal se quita el pan de la boca por otro - yo solo lloro y niego, mientras tengo mi cabeza abajo. - no, por supuesto que no es justo, yo todavía no entiendo, por qué es que uste