caminando bajo la luna

caminando a la par

entre el. roce que hubo en sus manos se detienen en la senda y Octavio sin dudar un segundo la toma de las manos y le acaricia con sus labios.ella pensaba entre sí -que me esta haciendo este hombre guapo que al acariciar mis manos con sus labios me desata miles de sensaciones sobre mi cuerpo d***o fervientemente besar sus labios, d***o ser de él sentir su piel. Octavio la mira y le dice - disculpa Rita pero no puedo evitar acariciar tus manos con mis labios me atraes demasiado y no dejo de pensar en tí ni un segundo tengo muchas ganas de conocerte de conocer cada uno de tus misterios. ella se sonroja y tomando lss manos Octavio las acaricia con sus labios. ambos se miran y bajo la luz de la luna sus miradas chocan entre sus labios y Octavio sin duda alguna la toma de la cabeza y la impulsa hacía el haciendo que sus labios choquen brutalmente entre sí. Rita comienza a tener sensaciones por todo su cuerpo, mientras que Octavio acaricia el cabello de ella y empieza a sentir sensaciones que jamás sintió con ninguna otra mujer. de repente Rita se aparta de él y en silencio se miran y agachan sus rostros. sin decirse ni una palabra siguen caminando, de pronto Octavio la toma de la mano y salen corriendo hacia la playa. Rita se ilumina con una gran sonrisa y entre los dos riendo a carcajadas llegan a la orilla del mar y se sientan mirándose devorandose con las miradas. Rita en un frenesí pensamiento se decía una y otra vez. -me siento suya y d***o sentir su cuerpo sobre el mío. Octavio en sus pensamientos también deseaba estar con ella y de tener un encuentro íntimo con ella.

Octavio y Rita comenzaron a tener encuentros más a menudo y se iban conociendo cada vez más y sus miradas se iban haciendo más cómplices. Octavio todos los días iba a esperarla a la salida de su trabajo, ella una gran secretaria de turismo y hotelería rogaba que él siempre este en la puerta de su trabajo esperandola...

Octavio siempre estaba una hora antes pero la observaba desde abajo con una sonrisa. ella jamás le pregunto a que se dedicaba y el sentía vergüenza de decirle a que se dedicaba. Rita al llegar la hora de finalizar su trabajo bajaba corriendo las escaleras para correr a su encuentro y abrazarle con un fuerte abrazo a ambos les brillaban los ojos al verse Octavio la tomaba de la mano y sonreía al ver sus ojos llenos de amor y que le transmitía paz. Octavio la lleva a un parque en donde compra dos helados y comienza a contarle sobre su fatídica vida.