Al darme vuelta y verlos de las mano no puedo evitar que mis ojos se llenen de lágrimas y sienta que mí pobre corazón se vuelva a estrujar, se supone que la idea era no verlo y olvidarlo pero la vida me juega una mala pasada. Respiro hondo evitando que salgan una lágrima traicionera. Miro para todos lados, para evitar que Brenda me vea. Ellos todavía no se dan cuenta de mí presencia y me parece lo mejor. Me giro mirando a Brenda que sigue hablando.
—Esa tipa es una roba-hombres —espeta molesta sin darse cuenta de mis lágrimas —, una buscona —espeta irritada.
Siempre lo supe. Pero me alegro saber que no soy la única en pensarlo. De pronto siento que alguien se sienta a mí lado. Y es Ian con un vaso de agua que me ofrece. Agarro el vaso y bebo el contenido.
—Espero que no prestes atenció
