Capitulo; 5 Salida de chicos.

2183 Words
Ya es viernes a la noche, después de la escuela y ver lo loca que se puso Laura cuando Mateo le pidió el número a Katy no pude parar de reírme al recordar, la loca sabe que mi amiga es hermosa, solo si ella tendría un poquito de autoestima y actitud, tendría a todos a sus pies. Hoy pude anotarme en la facultad para poder rendir el examen de ingreso, lo hice por internet, aunque tengo que ir personalmente a llevar los documentos, no lo puedo creer, ya está, solo queda en mi, poder estudiar y aprobar. Mientras estudio veo en el grupo de w******p de las chicas, que se quieren juntar para ir una fiesta, Katy puso que trabaja que no podía, como no iban todas no me sentí mal al decir que no podía, que tenía que estudiar, ir de fiesta no es lo que más me gusta, pero cuando vamos todas la pasamos bien. Aprovecho para contarles que me anoté en la facultad, y a pesar que tuve que aguantar las bromas sarcásticas de Mica y Katy, de que soy una come libro, etc, me felicitaron y estaban feliz por mi. Después de un rato de estudio, tengo muchas ganas de ver a Dylan, pero no sé qué excusa poner, desde que empezó la facultad casi no lo veo, y cuando lo hacía siempre está con su grupo haciendo trabajos o estudiando. La última vez que hablamos fue cuando me pidió disculpas. Sigo estudiando reprimiendo las ganas de verlo. Pero necesito un pequeño descanso. Entonces se me ocurre la idea de mandarle un mensaje de w******p, son las ocho de la noche, seguro que saldra con sus amigos, pero aún es temprano, si sale lo hace hasta después de las once. Yo: Hola amigo vecino ¿qué estás haciendo? Tarda en contestar y eso me parece raro. Aunque el taller está cerrado, su moto está estacionada afuera, eso quiere decir que está en su casa, porque sino la hubiera guardado. Me estoy convirtiendo en una maldita acosadora tóxica, pienso, estoy controlando todo lo que hace. No puedo ser así. Me pongo a estudiar de nuevo y media hora después recibo un mensaje. Dylan: Hola vecina, me estaba bañado por eso tardé en contestar. Eso me hizo pensar en cómo me gustaría verlo bañarse. Retiro esos pensamientos sucios de mi mente, maldita pervertida. Me estoy volviendo cada vez peor. Él me gusta, me gusta cuando está bañado con aroma a esa colonia que usa, me gusta cuando está trabajando y tiene ese olor a grasa de moto, me gusta como sea. Todo de él me gusta. Solo pensar en él hace que me hiperventile. Soy adicta a él y eso que jamás tuvimos nada. Le vuelvo a escribir. Yo: ¿Hoy no salís? Dylan: Más tarde con los chicos. ¿Vos?. Yo: No, quiero estudiar algo. Dylan: Querés tomarte un descanso un ratito venís a casa y hablamos. Esa pregunta es música para mis oídos, es justo el efecto que quería causar. Con vos me tomo todo el tiempo del mundo y me quedo a vivir, pienso, pero no sé lo voy a decir obviamente. Yo: Sí dale un ratito, voy. Estaba esperando obviamente esa invitación. Me arreglo un poco y voy a su casa, me abre la puerta, está vestido con un jeans azules y una camisa negra pegada al cuerpo que le queda genial, hermoso, tengo que controlar mi babas para que no caigan, y yo hecha una piltrafa. Porque le queda tan lindo, y se puso la colonia que me gusta, esa fragancia que te transporta al infinito y más allá. Baja, baja a tierra controla tus hormonas mujer. Yo no sé cómo no se da cuenta que me tiene loquita. Muestro una sonrisa, me saluda con un beso en la mejilla y entro a su casa, me acomodo en el sofá. —¿Con quién vas a salir? —Con unos compañeros de la facultad —se siento en el sillón al lado mío. —¿Con los que nos conocimos el otro día en el cine? —quería saber si la rubia que conocí el otro día iba a ir también. Me mira fijo. —¿Por qué preguntas? —maldición, me descubrió, se dió cuenta que estoy celosa y quiero saber si va esa que no me acuerdo ni su nombre. —Por nada, pregunto nada más —encojo los hombros — es para entablar una conversación —río nerviosa. —Si, ese idiota se Ian va también —rueda los ojos. Así que piensa que pregunté por él. —Ya se me dijo que iban a salir, y me invitó pero le dije que no podía, además van todos hombres. ¿No? —me mira serio entrecerrando los ojos. No le había contado a él que con Ian habíamos empezado a hablar el día que nos conocimos, que le aclare que sólo le podía ofrecer mí amistad. Somos amigos apesar de las indirectas más bien directas que me tira. —¿Te hablas con él? —cuestiona, parece que no le agrado nada. —Sí, nos escribimos por w******p —respondo restándole importancia —somos amigos —aclaro. —¿Amigos? —pregunta y levanta una ceja —, ¿seguro? —articula sarcástico. —Por ahora sí —suelto quiero molestarlo. Escucho como larga un suspiro, y se pasa la mano contra la cara. El semblante le cambia por completo. —Sólo te voy a decir que te cuides —controla la respiración para no gritar. —No te preocupes —aseguro. —Eso es imposible, no quiero que te lastimen, ese chico es un mujeriego —advierte levantando un dedo. ¿No es lindo como me cuida?, me lo comería a besos. —Qué estabas escuchando —señalo el parlante, para cambiar la conversación. —Estaba escuchando Queen —ama esa banda y por él también empecé a escucharla. —Escuché que viene Paulo Londra a cantar —le digo emocionada, a él también le gusta ese cantante —podemos ir. ¿No? —Estaría bien, podemos decirle a Marcelo y a Silvia —asiento con la cabeza, quería ir solo los dos. Mientras hablamos pusimos música que nos gusta a los dos, mis gustos musicales en su mayoría se los debo a él. Pero últimamente escucho otro tipo de música con mis amigas, más del tipo romántico, si las mujeres solemos ser masoquistas y cuando estamos mal nos torturamos. Pasa volando las horas cuando estoy con él, me pierdo en esos ojos color almendra, cuando pasa la mano por el pelo y se lo despeina, por dios desde cuándo soy tan cursi, esto me está matando. Suena el timbre sacándome de mis pensamientos. Es Andrés y el otro chico que conocimos en el cine. —Hola Andrés y … —lo miro entrecerrando los ojos tratando de recordar el nombre del otro chico —Symón —me acuerdo justo. Ellos me saludan, y saludan a Dylan también con un beso. —No me dijiste que íbamos a salir con tus amigas —le dice Symón a Dylan. —No, yo no voy a salir con ustedes solo vine un rato a hablar con él —interrumpo. —Ha bueno. Y ¿cómo está tu amiga? —Si vos tenés su número porque no le preguntas vos —suelto encogiéndome los hombros. —No ella no, la que tiene ojitos claros, la petisita, la que es muy graciosa —describe a unas de mis amigas, y la única que tiene ojos claros es. —Katy? —le pregunto extrañada y confundida, no es raro que le haya llamado la atención Katy es muy linda. —Sí ella, me parece muy linda, lastima que tengo novia —hace un gesto con la boca. —Y si tenés novia, que haces mirando, y pidiendo números a chicas, porque yo tengo entendido que a mí amiga, Mica, le pediste el número y te mensajeas con ella —estoy enojada con este idiota, que ni se le ocurra jugar con mis amigas y Dylan dice que Ian es un mujeriego, que hay de su otro amigo. —Tranquila morocha, te voy a dar dos razones por las cuales no tenés que preocuparte primero los ojos se hicieron para mirar y segundo no estoy casado todavía. —Tus razones me parecen —me hago la pensativa —, una porquería. —declaro indignada. Larga una carcajada. ¡Qué le pasa al muy imbécil! —Quédate tranquila, no soy de esa clase de chico, que juega con la personas, tu amiga, Mica, sabe que tengo novia y que solo somos amigos, y tú amiga Katy a ella nunca le pedí su número, porque me parece atractiva, y como te dije tengo novia, y no la engañaría, solo pregunte cómo está. No te pedí que me hagas una cita. Solo fue un comentario. Igual me parece bien que cuides a tus amigas —todo me lo dijo calmado como si me estuviera explicando un problema de matemáticas. —Más te vale amigo, que respete a mis amigas —le advierto y lo señalo con un dedo. —No hago lo que no me gusta que me hagan, mi novia puede mirar a quien quiera, y tener amigos. Esas son nuestras reglas —suelta despreocupado. —¡Ha Pero que sos todo un santo! —le digo un poco más relajada y en tono de broma. —Es lo justo —me dice levantando la mano en son de paz. Suena el timbre de nuevo, Dylan abre la puerta y es Marcelo con la rubia modelo. ¿Está también es amigo? No era salida de chicos. ¿Qué hace esta acá? —Hola —saluda levantando la mano haciéndose la diva, se creé que se está postulando para Miss Universo —Hola Rebeca —me saluda. —Hola Vanina —le respondo. —Vanessa —corrige molesta, no me interesa su nombre, mira y dice —. No sabía que íbamos a salir con la chiquita —mira al resto de los presentes. Entendí su ninguneo. ¿Qué le pasa? ¿Por qué me menosprecia? ¿Por no saber su nombre? ¿O por qué le molesta mi presencia? O. ¿Por qué le atrae mí amigo? —Bueno chicos yo me voy —les digo saludándolos con la mano —, tengo que seguir estudiando —me excuso, no aguanto a esta rubia, me cae como una patada en los ovarios. —Pero, debes muchas materias chiquita, si la secundaria es fácil. ¿Se está burlando? Me está hartando está rubia, no le contesto porque no me interesa. Se acerca a Dylan y lo abraza. Lo miro fijo y no entiendo nada. Acaso ¿están saliendo? Veo a Dylan que está incómodo con el abrazo, está rubia es una arrastrada le tiene ganas a Dylan. Que ganas de separarla y arrastrarla de los pelos, pero yo solo soy su amiga. Mientras lo sigue abrazando y le acaricia la mano me vuelve a preguntar. —¿No me contestaste si salías con nosotros chiquita? Yo no quiero ser niñera de nadie —que mujer tan insoportable. ¿Qué le pasa? ¿Me está haciendo bullying? Si lo está haciendo ahora entiendo a Katy, lo molesto que es esto, lo que tiene que soportar mi amiga de esas chiflada, y lo ha hecho con altura, pobre mí amiga. Pero yo no soy mi amiga, no tengo porqué soportarlo. Cuando estoy por contestarle alguien me interrumpe. —¿Qué te pasa? —cuestiona Marcelo molesto, y le hago una sonrisa cómplice agradeciéndole por defenderme. —Nada , solo le pregunté —se hace la inocente. —No la molestia entonces —suelta Dylan meneando la cabeza, la rubia se va con los otros chicos y nos deja hablando solos. —¿Estás bien? —pregunta Marcelo. —Sí, gracias. Y ¿vos cómo estás? —Todo bien, es re (muy) pesada la rubia se enganchó sola para salir con nosotros, supuestamente es salida de chicos —explica mirándolo a Dylan indignado. —Es que quiere cuidar a su novio —señalo a Dylan bromeando. —Agh, le tiene ganas, muchas ganas, eso se nota a leguas, y este no sabe como sacársela de encima parece garrapata —nos reímos ante su comentario. —Es una pesado parece chicle —rueda los ojos. —Queremos ir a ver a Paulo Londra. ¿Te prendes? —le digo Marcelo. —Estaría bueno, ¿quienes van?. —Nosotros tres y Silvia. —Dale saco las entradas y después arreglamos —dice Dylan. —Bueno chicos los dejo solos, que la pasen lindo con su amiga —les guiño un ojo y les doy un beso en la mejilla a los dos, y a los demás los saludos moviendo la mano. Está rubia me da mala espina, es muy mandada, siento que se lo va a ganar a Dylan por cansancio. Y él es hombre no piensa con la cabeza. No quiero ni pensar eso. ****
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