Capitulo: 3 Diferencias.

3963 Words
Me despierta el sonido de la alarma, casi no pude dormir anoche, me retumban las palabras de Dylan en mí cabeza. Me confunde, sus palabras lo hacen, a veces me hace sentir, con su manera sobreprotectora, que le importo de manera romántica. A quien quiero engañar, ayer lo dejó bien en claro, soy su hermanita. Odio esas palabras viniendo de él, refiriéndose a mí. Porque esos detalles, como protegerme, cuidarme, hacen que esté corazón que promete arrancarlo de el, se confunda y se aferre cada día más. Creo que es hora de ponerle fin a esto. De darme a nuevas oportunidades. Que fácil es pensarlo, pero del dicho al hecho hay un gran trecho, o algo así. Terminó de desayunar y salgo de casa, ya los días están empezando a ser más fríos, y sí el otoño es así, no está totalmente oscuro, pero amanece más tarde. Cierro el portón de cada y flor de susto me llevo al encontrarme a Dylan esperando subido a la moto, en la acera de mí casa. —Te asusté? —ríe divertido ante el brinco que pegue al verlo. —Sí tonto —me aproximo a él —, pensé que eras un ladrón —niego con la cabeza —. ¿Qué haces acá? —pregunto mirando para todos lados. —Quería acompañarte a la escuela —se encoge de hombros —, ¿qué no puedo? —No dije eso Dylan. Sólo me extraña. Me da el casco y me subí a la moto, agradecía que el uniforme de la escuela fuese una remera con el logo de esta, y pantalón de jeans. Es más práctico subir a una moto así que en falda. Y esta es mí oportunidad de abrazarlo sin pudor, apegarme a él y sentir su perfume, tocar sus abdominales, y abrazarlo fuerte. ¿Dónde quedó todo eso de poner fin a mis sentimientos? ¿Por qué soy tan débil? ¿Por qué Dylan me tenés así? Salgo de mis pensamientos cuando me comunica que estamos en el colegio. Así que bajo de la moto y le entrego el casco, él queda subido a esta, y coloca el casco en el manubrio, había pocos alumnos, era bastante temprano en realidad. —Parece que llegamos temprano —opina mirando para todos lados. —Sí, si sabía que me ibas a traer dormía un poco más. —Tenés ojeras —me mira frunciendo el ceño —. ¿No dormiste bien anoche? Y quisiera decirle que estuve en la disyuntiva, si dejar de amarlo o no, que sus palabras me confunden y hacen que mí tonto corazón se confunda, pero en vez de eso. —No, me desvelé estudiando —mentí, no me juzguen cualquiera haría eso. Iba a replicar pero justo llegan Silvia y Mica, y nos saludan con un beso. Ahora toda su atención está en ella, en Silvia, y ese acto me hace recapacitar en que tengo que dejar de amarlo. Silvia como siempre toma distancia, y sé que lo hace por mí, porque estoy totalmente convencida de que a ella le gusta Dylan, pero nunca me lo confirmo, aunque le dije muchas veces que si le da una oportunidad no me molestaría, me dolería como el demonio, pero mejor que esté con ella que con cualquiera otra que le rompan el corazón. Además no demostraría nada delante de ellos. Llega Katy, agitada por venir en bicicleta, utiliza este transporte porque, según ella, odio tomar el colectivo (bus) en horario pico, o sea, cuando las personas llevan sus hijos a la escuela o van a trabajar, porque los colectivos están abarrotados y a veces no se puede ni subir. Katy odia muchas cosas, entre ellas la escuela y levantarse temprano, por eso me sorprende que esté diez minutos antes del horario de entrada, siempre llega sobre la hora. —Hola horribles, hola cortito —saluda bajando de la bicicleta mencionando su apodo característico —. Extrañas a tu vieja escuela que viniste —molesta a Dylan, ay ya empezamos. Estos dos no pueden estar sin pelear ni un momento. —No, te extrañaba a vos por eso vine —articula sarcástico. —Pero no te hubieses molestado en venir, porque yo a vos no —responde con la misma ironía. —Qué, te caíste de la cama que estás madrugadora. Tengo miedo que te dé un paro cardíaco, por semejante sacrificio —me río de su chiste, pero soy la única, las demás lo miran sería, es un buen chiste, sólo que para ellas me río porque estoy enamorada y me critican por eso, dicen que sus bromas no tienen gracia. —Jajaja —ríe Katy sin gracia —. Olía que algo iba a pasar y no podía perderme la acción —él la mira confundido, pero Mica y Silvia largan una carcajada, no entiendo de qué se ríen, de algo me perdí o no me quieren contar, lo sé por sus miradas cómplices — ¿Qué hacés acá? —pregunta sin ganas —Es que yo me quedé dormida, salí corriendo él me vio y me trajo —miento para protegerlo. —Pero qué amor de vecino que tenés —expresa sarcástica, ella mira sobre nuestros hombros, y estoy segura que algo va hacer, solo para molestarlo —. Hola Mateo —saluda levantando la mano, Mateo se acerca y saluda con beso a cada una Mateo hace una sonrisa mirándome yo esbozo una sonrisa nerviosa, y miro a Dylan, él no saca los ojos de Mateo, y muestra su cara de molestia, y en ese momento entiendo porque lo que hizo mí amiga, fue planeado, quería que él supieras quién era el que me había invitado a salir. ¿Por qué me hace esto? —Hola, soy Dylan —se presenta Dylan estirando la mano en forma de saludo. —Hola Mateo —corresponde al saludo. Veo como Dylan lo observa de arriba abajo molesto. —A Mateo —susurra —. ¿Sos compañero de las chicas? - pregunta. —Si entre este año. Vos venís a esta escuela? No te Vi nunca —lo mira con cara de intriga. —No yo ya terminé, hace tres años venía a esta escuela, ahora estoy en la facultad, estudio abogacia —explica Dylan, no entiendo porque le cuenta todo eso. —A mirá —le contesta Mateo restándole importancia a su comentario, y justo vienen su grupo de amigos, saluda con la mano para despedirse de nosotros y se va. El ambiente estuvo tenso, no entendimos esa conversación, nadie decía una palabra. —¿Viste qué lindo es? —le pregunta a Dylan Katy sarcástica. —No sé, a mí no me gustan los hombres, me gustan las mujeres —le dice irritado, Katy hace fuerza por no reírse en la cara, y no se porque lo hace. —¿Y que tiene que ver? A mí me gustan los hombres pero Scarlett Johansson me parece hermosa, a mi me parece muy lindo, y si le sigue insistiendo puede ser que a Beca le pueda llegar a interesar, viste cómo la miraba se nota que le gusta —declara en tono burlón, pero él está tan enojado que no lo nota. —No sé, Beca dijo que hay alguien más que le gusta —asegura, y pienso que nunca se dió cuenta que hablaba de él. —¿A sí y te dijo quien? —indaga Katy, burlándose de él, porque seguro recuerda la conversación entre él y yo, el día que lo describí, no debí mencionarle eso. ¿No se da cuenta que me está perjudicando? ¿Por qué hace esto? —No, no me quiso decir quién es —me mira buscando respuestas. —¿Pueden dejar de hablar de mí como si yo no estuviera? —decido intervenir, movimiento las manos para que me miren, y dejen de hablar del tema, pero parece que pasó una mosca porque hacen caso omiso y a mis palabras siguen hablando. —Bueno, pero no le hagas caso, porque él es un idiota —continua Katy, y me gustaría que las demás me ayuden en estos momentos, bueno sólo espero de Silvia que es la más sensata, porque Mica es igual que Katy. Y ya no aguanto más sus comentarios y quiero callarla, tengo miedo que hable de más. La miro de forma asesina, pero parece no dar resultado. —¿Ustedes lo conocen? —pregunta confundido Dylan, parece que está muy interesado en saber. —Sí —contestan al unísono. —¿Y porque es un idiota? —pregunta intrigado, y hubiese querido que nunca hubiese dicho esas palabras. La conozco y le va a decir lo que piensa de él. —Porque no se da cuenta de lo hermosa que es mí amiga. Es muy lento. No sé da cuenta que ella gusta de él —pensé que iba a ser peor, una calma me recorre, pero no dura mucho tiempo, porque el me mira molesto. —¿Por qué ellas saben y yo no? —pregunta confundido, no sé qué decir. ¿Será porque sos vos? No quiere que se entere. ¿Por qué llegamos a esta conversación!? —Porque solos los inteligentes pueden decifrarlo —responde seria Katy —, o porque sos muy tonto que no te das cuenta —suelta sarcástica —, sí es muy evidente, cuando te enteres no lo vas a poder creer —y es en ese instante que no aguanto más la situación, y como visto y considerado que mi mirada asesina no hice efecto, le pellizco el brazo para que cierre la bocota. —Basta Katy —espeto entre dientes manifestando mí molestía y por fin entiende que quiero que se calle. Reina unos segundos de silencio, y suena el timbre se entrada, me despido de mí amigo y entro enojada al salón, me siento en la silla y no le dirijo la palabra a este par de traidoras. —¿Qué pasa? —me pregunta cómo si no supiera del porqué estoy enojada. No se acuerda de todo lo que dijo? De pronto sufre de amnesia? —Estoy enojado —espeto molesta sin mirarla. —¿Por qué exactamente? Porque le dije corto, porque le dije que no se daba cuenta de quién te gustaba, o por otras cosa que le dije —¿es enserio? Por todo pero especialmente, porque hablo de la persona que supuestamente me gusta, si él sabe que ellas saben no va a dejar de preguntarme de quién se trata, y voy a tener que mentir y no soy buena en ello. —Sabes que va a seguir preguntando quién es, y no quiero que él sepa —confieso molesta. —Bueno, para mí defensa… —hace una pausa —Las chicas dijeron que ellas ya sabían —la miro y no puedo creer lo que me está diciendo, ella es la que inició todo, no puedo creer que se desentienda del problema del que me metió, levanta las manos en señal de rendición —, pero tenés razón y te pido disculpas. Pero permíteme que te diga algo, la última cosa y voy a tratar de no meterme más. —asiento qué más da —. ¿No crees que después de tanto tiempo, tiene que saber que es él? Para bien o para mal para seguir con tu vida, para darte la oportunidad de enamorarte. De voltear la página. No puedo enojarme con esta mujer aunque tenga razón con lo que me dice, porque creo que si me confieso se va a pudrir todo, porque no vamos a seguir siendo amigos, y lo único positivo sería que con el tiempo podría permitirme enamorarme. Pero. ¿Estoy listo para perderlo? No —No sé si estoy lista para eso —declaro nostálgica. Mis palabras parecen convencerla porque piensa unos minutos y suelta. —Disculpa tenés razón, yo no soy quien para meterme. Voy a tratar de no decirte más nada de él. Solo quiero que mi amiga esté bien —aclara y pone cara de cachorrito enfermo que hace que no pueda enojarme con ella, porque sé que si lo hizo es por algo, jamás lo haría para perjudicarme —. ¿Quedamos bien? — pregunta. —Quedamos bien — afirmo largando un suspiro y la abrazo. Hay veces que la quiero matar, especialmente cuando está Dylan, porque se porta de una manera irritante. Pero es mí amiga y la quiero. **** Hoy es el día de ir al cine, día miércoles, todos queremos ver una película de superhéroes, es el género en el que todos nos pusimos de acuerdo. Decidimos juntarnos todos en casa, y salir desde acá. Una vez todos reunidos, nos ponemos de acuerdo para ir en cada auto. En el auto de Marcelo, vamos Katy y yo, Sil y Mica van en el auto de Dylan. Dylan me pidió que Silvia vaya con él. Y estoy segura que esto está todo planeado para que Marcelo y yo vayamos juntos. Qué bueno que Katy vaya con nosotros, sería muy incómodo ir sola con mí amigo. Llegamos al cine y nos disponemos a hacer la fila para entrar a la sala, Dylan y Marcelo saludan a unos chicos que están unos metros delante nuestro, nos comentan que van con ellos a la facultad y estudian derecho también. Por fin es hora de ingresar a la sala, compramos pochoclos (palomitas), gaseosas, y algunos dulces. La película estuvo increíble. Decidimos ir a comer a un lugar de comidas rápidas. Una vez allí, elegimos una mesa Mica y Katy van al baño, y los chicos fueron hacer el pedido, converso con Silvia, y le tiro unas indirectas sobre Dylan, pero ella rueda los ojos, mostrando su molestía. Observo como Marcelo y Dylan se encuentran con los muchachos que en el cine habían saludado y se ponen a hablar, veo a las chicas que cuando salen del baño se quedan a pocos centímetros de dónde están los chicos, pero ellos no logran verlas, parece ser que ellas están escuchando lo que están hablando entre ellos. Cuando ellos llegan a la caja y hacen el pedido ellas vuelven con una sonrisa irónica y hablan entre ellas, son el mismo demonio. —Qué pasó que estaban escuchando conversaciones ajenas, parecen viejas chusmas —les dice Sil seria. —Mi amiga si escuchamos conversaciones ajenas, es porque nos incumbe —dice Mica y Katy se ríe —estamos recolectando datos —declara con ironía y reímos por su comentario. —A sí, entonces que se enteraron —pregunto interesada —, parecía algo muy importante, porque escuchaban muy atentas —les digo porque yo si soy chusma y quiero saber. Ellas hacen cara de intriga, y con ese gesto me dan a entender que no va a salir nada de sus bocas, no nos van a decir qué se enteraron, los chicos llegan con el pedido de la comida. Y acomodan lo que cada uno pidió. Mica y Katy cuchichean entre ellas, algo traman, cuando se juntan se potencian. —Ahí están sus compañeros, los que estaban en el cine —refiriéndose Mica a los compañeros de ellos. Ellos asienten sin decir nada, los chicos desde la caja nos miran con una sonrisa pícara, son tres. Con su pedido en mano, los amigos de Dylan, caminan hacia nuestro lado. Se acercan a nuestra mesa, se paran al lado y nos saludan. Iban a seguir caminando y son detenidos por Micaela. —¿Ustedes son amigos de los chicos? —Pregunta mí amiga. —Sí, vamos juntos a la facultad —dice el castaño. —A bueno si son amigos de ellos se pueden sentar con nosotros —los invita Katy. A Dylan no le agrada nada la idea, está molesto no quita la vista de la comida, no le parece buena idea. —¿No les molesta? —pregunta el rubio. Marcelo está de acuerdo, al parecer no le molesta la presencia de ellos, a diferencia de Dylan, que cuando ellos trajeron las sillas y la acomodaron, dejo de mirar el plato y dirigió su mirada a Katy disgustado, a lo cual a ella no le importó y se hizo la desentendida. Parece que no hay buena relación entre ellos. El rubio se sienta a mi lado, y los otros dos al lado de Katy y Mica. Se presentan, el rubio se llama Ian, el morocho Symón, y el castaño Andrés. Empezamos a comer, y a hablar de temas diversos, salió el tema de la carrera que ellos cursan y empiezan hacer chistes de abogados. Pasado los minutos veo a Dylan menos tenso, y hasta se ríe de los chistes que dicen Katy, Mica y los demás chicos. El rubio que se había sentado a mí lado, empieza a hablar conmigo. Al principio de como estuvo la película, que me pareció, de la reseña que había visto en internet. Me cuenta del porqué empezó a estudiar abogacía y yo le cuento del porque decidí estudiar medicina, estamos enfrascados en nuestra conversación que nos olvidamos de nuestro alrededor. —En la facultad nos veremos entonces —dice él con una sonrisa —, pero la verdad me gustaría verte antes. ¿Te puedo invitar a salir? —coquetea conmigo. Me sorprende que sea tan directo. —La verdad no salgo con desconocidos —me parece la respuesta más acertada. —Está bien, respeto eso, pero puedo asegurarte que no soy ningún pervertido —declara. _ No dije que lo seas, pero esa es la verdad.- me encojo de hombros. —Bueno, entonces qué te parece si nos conocemos. Hablemos por teléfono. Pásame tu número y cuando estés segura salimos —trata de convencerme. —No sos de esos acosadores que mandan mensajes raros, a altas horas de la noche —bromeó y largo una risa. —No, quédate tranquila, pero sí soy muy insistente con lo que me gusta —hace una sonrisa seductora. Y es ahí cuando pienso que me está tirando una indirecta, de pronto mis mejillas se sonrojan ante su atrevimiento, y siento una mirada perforandome, es Dylan con el ceño fruncido y los ojos entrecerrado. Miro a Ian que me dijo algo pero no logré entenderle. —¿Qué? —le pregunto. —Que me pases tu número así estamos en contacto —vuelve a repetir. Y accedo, se lo doy y él lo agenda —. Espero con ansias que salgas conmigo —dice en un tono seductor mirándome fijo a los ojos, eso hace que me ponga nerviosa. Salgo de nuestra burbuja cuando escucho a Dylan decir que nos tenemos que ir, yo lo saludo con un beso, a lo cual él besa la comisura de mis labios, dejándome aturdida por su acto, diciéndome que estaremos en contacto. —Te llamo para saber cómo llegaste —suelta el rubio y me guiña un ojo con picardía antes de irme, yo abro los ojos como plato ante su atrevimiento y me voy con mis amigos. Ya en el auto, Dylan maneja callado, Katy está en el asiento de atrás, cambiamos los lugares de los autos, Mica y Sil van con Marcelo porque sus casas quedan de paso. Hay un silencio sepulcral, silencio incómodo, hasta que Katy decide hablar y prefiero que no lo haga, porqué sé que va a enojar más a Dylan. Siento que hice algo malo, seguro es eso por cómo está él, pero no logro saber que es. —Parece que lo impresionaste a el rubio no paró de hablar con vos —dice mi amiga. —Sí es muy simpático —largo apenada. —¿Escuché mal o te invito a salir? - quiere saber. Veo como Dylan menea la cabeza y aprieta las manos en el volante. Señal que está molesto. —Sí, parece que quiere ser mi amigo —declaro. —Hasta yo me di cuenta que no quiere ser tu amigo Beca —interrumpe obvia —, te comía con la mirada. Y eso de llamarte para saber cómo llegaste es solo una excusa —rueda los ojos. ¡Por Dios está mujer no puede callarse! Llegamos a la casa de Katy y no pudo seguir dándome el sermón, se baja y saluda, y en son de burla dice. —Te llamo para saber cómo llegaste —bromea guiñandome un ojo, y se va, es tan pesada cuando quiere. Dylan no dijo nada desde que salimos del local de comidas, ya no aguanto el silencio. —¿Qué te pasa? —inquiero. —Nada —suelta sin mas, vamos nos conocemos mucho ese tono es que hice algo que a él no le gustó. —Vamos decime qué es lo que te molestó —insisto. Llegamos a su casa estaciona el auto en el garaje, salgo del auto, me estoy yendo a mi casa molesta, su actitud de chiquilín cuando está molesto es insoportable. —¿Te parece lindo lo que hiciste? —me giro y lo encuentro parado con una mano en el auto y la otra en la cintura, eso actitud demuestra lo molesto que está. —¿Qué hice? —le pregunto porque no sé qué le molestó. —A bueno, no te hagas la desentendida —eleva la voz. —No me hago la desentendida, no se según vos que hice —yo también hablo fuerte. —Ian es un idiota y un mujeriego. Y no dejaba de coquetear con vos —manifiesta irritado. —Yo sólo hablé con él —aclaro. —Y le diste tu número —Evidencia molesto. —Sí se lo dí. ¿No puedo hacer nuevos amigos? —interrogo. —Él no te quiere como amiga Beca. A veces sueles ser tan ingenua —chasquea la lengua frustrado. —¿Me decís que soy una tonta? —ya me harto. —Lo pareces a veces, sí —declara. Se está pasando. No me tiene que hablar así. —Te estás pasando —digo molesta. —Además pensá cómo se sintió mi amigo, al ver ese teatrito tuyo —espeto irritado. —No sé de qué hablas —me ofendo ante sus palabras. —Sabes lo que Marcelo siente por vos. ¿ No crees que se sintió mal al ver ese coqueteo entre ustedes? —suelta molesto. —Primero yo no coqueteo con nadie, y segundo no creo que a Marcelo le importe — espeto. —¡Qué no le importa! Sí que le importas, a mí me parece que a vos no te importa nadie —me hieren sus palabras. —Me importa porque él es mi amigo, solo eso, si él siente otra cosa yo lo lamento. Solo hablé con Ian —declaro. —La idea era pasarla entre nosotros —articula. —Y a mi que me decís, yo no los invite, los invito Katy porque son tus amigos —y esto se fue de control nos estamos gritando mucho como nunca. —Él solamente es mi compañero de facultad, yo no tengo amigos como él —aclara molesto. —Bueno como sea —quiero terminar está discusión sin sentido. —No puedo creer que le diste tu número, faltaba que te vayas con él. —suelta irritado. Y ahí es cuando se desubicó completamente, lo miro furiosa, si las miradas mataran Dylan, estaría muerto, aunque mis manos quieren tener ese privilegio. Y me voy sin decir una palabra, lo dejo parado en el garaje. Su cara de arrepentimiento demuestra que metió la pata hasta el fondo. Y sabe que cuando me voy sin decir una sóla palabra, es porque estoy muy encabronado. _____ Si quieren saber los verdaderos motivos de Katy los invito a su historia 'mi reflejo" que está aquí.
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