Siempre fuiste tú

Capitulo; 2 Declaracion.

Voy camino a la escuela, no puedo creer lo rápido que va pasando el tiempo, ya van tres semanas que comenzaron las clases, pienso en lo que hablé ayer con Marcelo, últimamente no quiero cruzarme con él, cuando está en casa de Dylan no voy, trato de ni siquiera pasar por enfrente del taller para no encontrarlo, pero ayer tuve que ir a comprar, y lo encontré, no podía salir corriendo, sé que soy una cobarde por no querer hablar con él, por no querer enfrentarlo, pero perder a personas importantes en mi vida es algo que no puedo permitir, pero ya no puedo seguir evitando. Otra vez me pidió para salir a algún lado, y yo tratando de eludir la situación, que hice, le dije que había quedado con las chicas, tengo claro sus sentimientos hacia mí, Dylan me lo dejó bien claro el día que hablamos, y por eso, no quiero estar sola con él, yo lo quiero sólo como amigos, pero temo que después que se me declare, puedo perderlo. Solo espero que Dylan no lo esté alentando, que no le haya dado falsas expectativas de que podía pasar algo entre nosotros, había sido clara con él.

Estoy llegando a una esquina y veo que el chico nuevo, Mateo, está recostado en una pared con una mano en el bolsillo y en la otra mano tiene el celular mirándolo y escribiendo algo, nunca lo había visto por acá. Pasó por delante de él, y le hago un gesto moviendo la cabeza en forma de saludo, él se acomoda como si me estuviera esperando, y pienso que es lo único que me falta. Con suficiente cosas tengo que lidiar para agregarle algo más.

—Hola, te estaba esperando —ay maldición, mis sospechas eran ciertas.

—Hola, ¿y para qué? —sueno más dura de lo que quiero.

—Necesito hablar con vos. ¿ Puede ser a la salida? —pregunta nervioso. Porque no habla ahora y listo.

—No puede ser ahora, decime lo que tenés que decirme —presiono.

—Es que, me va a tomar un poco de tiempo, y ya estamos sobre la hora. Te acompaño hasta tu casa y en el camino hablamos —trata de convencerme.

Ya tengo un montón de cosas en la cabeza, algunas quería arreglarlas sacarlas de encima, no quiero que me acompañe, quería que las diga y ya, pero bueno por lo visto no iba a ceder.

—Bueno, esperemos a la salida, pero me lo decís por el camino —aclaro resignada..

Me preocupa Katy, se que le gusta, que le gusta mucho en verdad, tengo que decirle que me habló, porque si veía que me iba con él sin avisar, eso sí le iba a molestar, porque todos en el salón de clases sabían que esto tarde o temprano iba a pasar.

Dentro del salón de clases, veo de reojo, que me sigue mirando, y habla con Lía, Laura y Karla, las tres chifladas, como le decimos nosotras, las tres idiotas del curso, son malas habladas, prepotentes, hacen bromas pesadas, siempre tratan de hacer pasar vergüenza a las personas, Y cuando pueden le hacen la vida imposible a Katy. Cuando está Silvia ni se les acercan, ni la molestan, así nos hicimos amigas de ella. El primer año del secundario, del primer día de clases Katy había ido al baño sola, no me acuerdo porque Mica y yo no la pudimos acompañar, porque ese trío, desde la primaria la molestan, ese día la acorralaron y empezaron a empujarla y a llamarla gorda, justo Silvia estaba entrando al baño, las ve y defiende a Katy. Así la conocimos y nos hicimos amigas y no nos separamos más.

Me molesta que el chico nuevo este con ese grupo, porque no sé porqué nos odian tanto, en especial a Katy, no sé qué le dirán de nosotras, lo que digan de mí me tiene sin cuidado, pero de Katy, sí me importa porque a ella le gusta mucho, y puede ser influenciado.

—¿Que pasa? —pregunta Katy que está sentada a mi lado me saca de mis pensamientos.

—Después hablamos —le digo y justo llega el profesor.

Ya en el receso, en la cafetería del colegio, lugar que adoptamos como nuestro, sentadas en una mesa, les cuento a las chicas, lo que pasó, con Marcelo y el chico nuevo. Discuto con Katy porque ella quiere que le dé una oportunidad a Mateo, sabiendo que a ella le gusta, sé de nuestra tonta regla, si ellas quieren hacerlo que lo haga o cualquiera de ellas, ya está hablado, es verdad crecimos pensando eso, todo porque en el primer año de la primaria nos gustaba a todo el salón el mismo chico, teníamos seis años, ya crecimos, ella es mi amiga.

Tengo tantas cosas en la cabeza que me molesto por todo, entiendo lo que ella dice, ella es fuerte mucho más que yo, sabe lo que siento por Dylan, algún día él se va a enterar y voy a terminar con el corazón roto, y no quiere eso, no quiero perder a mí amigo. No sé cómo hace Katy para ser tan fuerte con los problemas que tiene, y siempre se culpa de todo, y está dispuesta a sacrificarse por sus amigas, por todas por igual. Pero con tantas cosas en mi cabeza por algún lado tengo que explotar, y está mal, lo sé, pero igual me la agarro con ella.

Llegó al salón y ahí están las chifladas, al ratito llega Katy parece que me seguía los pasos. Entra y Laura hace el sonido de un cerdo, que inmadura, siempre se lo hace cuando Katy está cerca, mí amiga no les da importancia, como si no hubiese escuchado nada, se sienta a mi lado y me mira.

—Perdón —manifiesta con cara de arrepentimiento.

—Katy, esa regla es una estupidez, la respeto, de verdad, pero yo no puedo. Si ustedes quieren hacerla háganlo, por mí no hay problema. Y si fuera para olvidar a Dylan. ¿No creés que hay muchos hombres para hacerlo? Justo tengo que agarrar el chico que le gusta a mi amiga? —le aclaro.

—Vos sabes lo que pienso, a mí solo me gusta, mucho es verdad no voy a mentir, pero no estoy enamorada, uno se enamora de la persona de cómo te trata, y sé, que por eso te enamoraste vos del corto, pero ese amor no es correspondido según tus palabras, y no quiero que la pases mal, si te lastima tendré que pegarle —soltamos una carcajada.

—Sé lo que pensás y sabes lo que yo pienso, y mi respuesta es no —explico para convencerla para que deje de presionar a salir con alguien más.

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Al terminar el día escolar, estoy despidiendo a las chicas y veo que Mateo, me está esperando apoyado en la pared, las chicas me hacen un gesto, por cierto nada disimulado señalándole a él, yo ruedo los ojos, y voy hacia Mateo.

Ésto es incómodo de verdad que lo es. Caminamos un par de cuadras en total silencio, que el aire se cortaba con un cuchillo, y tenía que preguntar algo cualquier tontería para salir de este mal rato, no quería ser tan brusca y que me diga lo que me tenía que decir, aunque era lo que prefería ya quería estar en mi casa, con esto finalizado.

—¿Te estás adaptando bien a la nueva escuela? —le pregunto, acuérdense que soy muy cobarde.

—Si son buenos los del curso, me llevo bien con Lía, Laura y Karla —hace una sonrisa.

—¡Qué bueno! —digo sarcásticamente, pero él no lo entiende.

Yo no le voy a decir nada cómo son esas tres arpías que se de cuenta solo, no hay que hablar de los que no están, cada uno tiene derecho a conocer a la persona y sacar sus propias conclusiones.

—Bueno, que me quería decir —le pregunto —, me dijiste que me querías decir algo —y veo como se tensiona y se pone nervioso, no sé de dónde me salió la valentía pero quería terminar con esto rápido.

Se pasa la mano por la nuca mostrando su nerviosismo.

—Uf está mañana parecía buena idea, que difícil, como empezar —duda sonríe nervioso.

—¿Qué te parece por el principio? —larga una risa nerviosa, y reconozco que no está siendo tan difícil apurar a las personas a hablar. Así se siente Micaela y Katy, buena técnica relajante.

Suspira y dice —Bueno, desde que entré a la escuela y te vi me gustaste, me pareces muy linda.

—Gracias —le digo incómoda me ponen así los halagos.

Era obvio que esto iba hacer así, busco las palabras para no hacerlo sentir mal, no quería eso, después de todo lo tenía que ver todos los días en la escuela no quería que me odie.

—Gracias de verdad —continúo —. Pero estoy enamorada de alguien más... Hace tiempo de hecho, y no puedo pensar en nadie más —le confieso.

—Pero me asegure que no tenías novio —Afirma confundido.

—Sí es verdad no tengo, pero no quita que no esté enamorada, es no correspondido la verdad. pero, ¿quién manda en el corazón? No es mentira ni una excusa para rechazarte, lo prometo, es la verdad. —explico.

—Aunque temía este rechazó, tenía que arriesgarme —dice con una mueca de sonrisa.

No sé si me creyó o no, pero era la pura verdad mis ojos solo miran a una sola persona y mi corazón solo late por él.

Ya en casa pienso, más bien espero que Mateo esté bien, Para mi no es fácil rechazar a las personas, quizás para algunas personas lo sea, sé lo que es sentirse rechazado por la persona que te gusta.

Pienso en la conversación con Katy, se que a ella solo le gusta Mateo, que si en algún extraño momento saldría con él a ella no le molestaría, es más llegarían a ser amigos, pero no me sentiría cómoda por varias razones. No me siento atraída por él, a mi amiga le gusta que es lo más importante, y no puedo sacarme a Dylan de la cabeza, me encantaría que por arte de magia dejar de amarlo, que fuera fácil como cuando uno se saca una piedra del zapato cuando le molesta, así de fácil. Y él es así como una piedra, este sentimiento se siente así, una molestia, ya no quiero sentir mariposas cuando estoy con él, no quiero pensar en él de ese modo, no quiero cada día que pasa sentirme más enamorada, porque tuve que fijarme en mi mejor amigo. Esto es una porquería.

Las chicas me dicen que le diga todo de una vez, pero si él no siente nada por mi sería arruinar todo y terminar nuestra amistad, él es muy importante para mí. Por otro lado, si le digo y me rechaza nos alejaremos, y este sentimiento se apagaría de apoco.

Juro que he intentado varias veces alejarme, dejar de pasar tiempo con él, pero por alguna razón siempre terminamos juntos, es como un imán, menuda porquería lo que estoy pensando.

Un mensaje hace que salga de mis pensamientos, es el grupo que tenemos con las chicas.

Katy: Horrible como te fue con Mateo, me muero de curiosidad.

Mica : Yo también.

Sil: y yo.

Yo : Yo estoy bien, no se preocupen, no era un pervertido, no me mato, no me violó, llegué sana y salva a casa, gracias por preguntar se que están muy preocupadas por mí.

Katy: dejá de hacerte la víctima. Matar a besos eso te iba hacer. Aunque lo de violar quizás sí.

Yo: Ay Dios, mi mamá trabaja hasta tarde hoy. Si quieren venir, hacemos el trabajo de física. Así manga de chusmas les cuento todo con lujo de detalles.

Todas se apuntaron, entonces me apuro a comer y ordenar para cuando vengan mis amigas.

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Ya todas en casa tomando mates les cuento todo lo ocurrido con Mateo, ellas atentas me escuchan, Katy menea la cabeza y me imagino lo que piensa que como le dije que no. Las demás solo me miran.

Después de contarle todo nos dispusimos a hacer el trabajo.

—Como odio está materia no entiendo nada —dice Katy.

—Pero si te están saliendo bien —la consuela Mica, me mira y articula —. Ahora que me doy cuenta no está tu vecino, está el taller cerrado —comenta extrañada.

—Hoy empieza la facultad —Aclaro.

—Claro ellos empiezan un mes más tarde —recuerda Sil.

—Bueno dejemos de hablar de ese cortito y terminemos con el trabajo —dice Katy.

Terminamos de hacer el trabajo de física y seguíamos tomando mates, Katy es adicta a esto. Seguimos hablando de temas sin importancia.

Después de un rato mis amigas, se tenían que ir, y estábamos en el portón de mi casa, cuando Dylan se acerca. Veo como Silvia lo ve y se tensa.

—Hola —saluda a todas con un beso.

—¿Hey corto como estás? —pregunta Katy, él la mira negando con la cabeza.

—Bien enana y vos —lo de enana lo enfatiza.

—Me encanta que me digan enana — expresa sarcástica —, es lo que más me gusta de mí. Porque las petisas podemos ser muy malas. ¡Viste que el veneno viene en frasco chico! Ho pará … —hace que piensa —, que tratabas de molestarme —se burla.

—Estoy totalmente de acuerdo con vos, si sos una enana maldita —, y se ríe, estos no pueden estar si no se pelean.

—Prefiero ser enana maldita pero con cerebro que alto y cortito de mente como algunos —se hace la pensativa y larga —, como vos por ejemplo —y larga una carcajada.

—Así que empezaste la facultad -—le digo para cambiar de tema.

—Sí fui a ver mis horarios. Me tengo que organizar, con el trabajo y el estudio. Y ¿cuándo vamos al cine chicas? Beca dijo que ya arreglaron para ir —recuerda.

—Y podemos ir cuando den una película de dibujitos, y que la expliquen, para menores de seis, así la podés entender —se burla Katy.

—Ja ja ja que graciosa me duele el estómago de tanto reírme —habla Dylan sarcástico tocándose el estómago —, como estamos hoy, qué pasó el médico te dió la noticia de que no ibas a crecer más —la molesta.

—No, me dijo que me iba a encontrar con un cortito —responde.

—Sí cuando quieran vamos al cine —cambio de tema.

—¿Quienes van? —pregunta Mica.

—Los de siempre, nosotros cinco y Marcelo —declara.

—Podemos llevar a alguien más —interviene Katy.

—¿A qué enano de circo vas a llevar? —Dylan se ríe de su propio chiste, y es ahí cuando veo la cara de venganza de Katy, oh no, qué va a decir.

Muestra una sonrisa burlona y suelta —Yo no Beca —Me mira —, podés llevar a Mateo — no pensé que iba a largar eso. ¿Qué le hice yo? Se que lo hace solo para fastidiarlo sabe lo sobreprotector que es conmigo.

—¿Quién es Mateo? —pregunta parando de golpe de reírse, Katy logra su cometido.

—¿Qué no le dijiste a tu amigo sobre Mateo? —le susurro que se calle apretándole el brazo, ella se suelta y dice —. Es el chico nuevo que gusta de ella y que hoy le pidió salir. Ella es muy linda y quedó embobado con ella —pone carita de satisfacción.

—No me dijiste que hay un chico nuevo en tu clase —dice un poco confundido.

—A no, pensé que te lo había dicho —digo y quiero matar a mi amiga, y si las miradas mataran estaría tres metros bajo tierra.

El la mira nuevamente a ella y dice.

—Me parece que no da, mejor vayamos los de siempre — manifiesta.

—Porqué, si cuando vos salías con la cheta la llevabas a todos lados, y nosotras tuvimos que aguantarla —recuerda Mica.

—Ahora es diferente —declara.

—¿Por qué es diferente?—quiere saber Katy.

—Porque Marcelo no se sentiría cómodo con alguien que no conoce —manifiesta.

—Sí claro Marcelo, él es un nene que no sabe hacer sociales —dice Katy sarcásticamente —, pobrecito ¿no?.

—Bueno vamos o no ? —digo para salir de esta discusión sin sentido.

—Sí, dale el miércoles, avísale a Marcelo —dice Sil.

—Entonces vamos lo de siempre —dice él con una sonrisa contento de haberle ganado a Katy.

Terminamos de arreglar la salida al cine, y las chicas se van. Dejándome sola con Dylan, que seguro está molesto queriendo saber quién es Mateo, ahora voy a tener que aguantar su sermón.

Y como lo imaginaba, mis amigas se van cada una a su casa y Dylan entra a casa atrás mío. Ahora tengo que escuchar sus preguntas.

—No me contaste del tal Mateo —dice Dylan con los brazos cruzados.

—No te conté porque no hay nada que contar —le resto importancia.

—Katy dijo que te pidió para salir, eso no es nada que contar para vos. ¿Ese es el chico que me dijiste el otro día que te gusta? —pero porque suena tan molesto esto de ser tan sobreprotector me está empezando a molestar.

—No , no es él —suelto.

—Pero habló con vos, son amigos, están saliendo. ¿Quién es? —larga una pregunta tras otra sin dejarme responder.

—Nadie —digo cansada.

—Como nadie —imita mi voz —, no me vengas con nadie. Si Katy dijo que gusta de vos y te pidió para salir. Eso no suena como un nadie —suena molesto.

—Bueno sí eso — largo para no discutir.

—¿Eso qué? —inquiere.

—Que es un compañero nuestro y que le gusto, y me pidió para salir —explico.

—¿Salir a dónde? —frunce el ceño.

—Que me pidió a que sea su novia —digo obvia tomando un vaso para servirme agua.

—Y vos ¿qué le dijiste? —pregunta con el ceño fruncido.

—¡Qué no! Que le voy a decir —declaro.

—Está bien —dice más calmado.

—Y a vos que te preocupa tanto, ya tengo edad para salir con alguien —le digo molesta.

—Me preocupa, sí, porque sos mi hermanita, y los chicos de ahora van demasiado rápido, y vos sos muy inocente, te pueden engañar y propasarse —ruedo los ojos, otra vez con eso de que soy su hermanita esas palabras suena como que me están pateando los ovarios.

—No me van a violar quédate tranquilo, se defenderme sola —espeto molesta.

—No lo sé, no sé, hay cada uno. Me preocupo por vos. Y me preocupa Marcelo que está loco por vos y no quiero verlo mal —manifiesta.

—Si es por eso lo lamento, porque yo no voy a salir con él, es mi amigo también, y tampoco quiero verlo mal, pero eso no quiere decir que vaya a salir con él, por lastima. Además algún día voy a estar con alguien, no voy a ser monja —manifiesto.

—Bueno pero para eso falta —se acerca a mi y dice —, ¿me vas a decir quién te tiene loquita? —pregunta dudoso.

Vos idiota quisiera gritarle.

—Después dicen que las mujeres somos chusmas —ruedo los ojos —. Te lo describo si querés —me hago la pensativa lo observó de arriba abajo y paso a describirlo me alejo de él y me siento —, es alto, el color de pelo castaño oscuro, ojos color almendra, de físico está muy bien.

—Bueno, bueno tampoco tantos detalles - dice fastidioso - La verdad no me suena.

Tiene razón Katy, no se da cuenta de nada , ni aunque le ponga una foto suya reaccionaria.

—Igual eso no es lo más importante, lo que más me gusta de él es que es trabajador, atento, bueno conmigo, se preocupa por todos, y es un buen chico — describo con una sonrisa en mis labios.

—Si es así hasta yo me enamoro. ¿Y por qué no estás con él? —dice frunciendo el ceño.

—Porque no me ve de esa manera, no sabe de mis sentimientos —digo con cara de pena.

—Bueno entonces es un tonto por no verte, porque sos buena. Y muy linda —declara.

—¿De verdad pensás eso de mi? —digo levantándome de la silla y acercándome a él, si piensa eso tal vez sea mi oportunidad y le diga todo de una maldita vez.

—Si sabés que pienso eso, por esa razón no quiero que te lastimen, porque sos mi hermanita, y yo prometí protegerte. Sos parte de mi familia —me abraza.

Y es ahí cuando manda todo al tacho y esas ganas de decirle la verdad se desvanecen. Y mi corazón recibe una patada. Me alejo de él porque siento que desde dónde está, puede escuchar como mi corazón se rompe. Porque me dice esas cosas, no quiero ser su hermanita.

Él se va porque un cliente vino a buscar una moto. Dejándome triste, no quiero ser su hermana.

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