Capitulo; 4 Hacer las pases.

3426 Words
Anoche después de la discusión que tuve con Dylan, no pude dormir nada, sus palabras rondaron mi cabeza. Salgo de casa para ir a la escuela, de reojo veo que el taller de Dylan está cerrado, hoy tenía facultad, menos mal porque todavía sigo enojada con él, no quería verlo, va a tener que hacer un gran esfuerzo para que lo perdone, como se le ocurre pensar eso de mi, que le pasa, se supone que es mi amigo que me conoce. Ni que hubiese salido con muchos chicos. Con ninguno en realidad. No quiero verlo, sé que por lo general no puedo estar mucho tiempo enojada con él, la paso mal, pero esta vez se pasó de la raya. Llego al colegio y ya están Sil y Mica, hablan de la salida de anoche de lo bien que la pasaron, si supieran que mi noche no terminó nada bien. Quiero preguntarle a Sil como le fue con Dylan, pero no quiero saber nada de él. —Estuve hablando con Symón por w******p anoche, cuando volví del cine —suelta Mica. —¡Cómo le vas a dar tu número a un desconocido, estás loca! —espeta Sil molesta. —Es la única manera de hacer amigos nuevos, amiga —se encoge de hombros —. Además si empieza a acosarme lo bloqueo, o lo denuncio —dice con tono burlón. —No solo a Mica la ví muy emocionada, a vos Beca el rubio no se alejó de tu lado y no paraba de hablarte —suelta Silvia, ella cree que no debemos hablar con extraños. —Sí, bueno cuando llegue a casa estuve hablando con Ian también —le digo restándole importancia. —¡Están locas!? —articula molesta. _¿Qué tiene de malo? —se defiende Mica con aparente inocencia —, son muy divertidos. —¿Por qué hacen eso?, no los conocen —explica Silvia tratando de hacernos entrar en razón. —Bueno, si son abusadores o pervertidos lo denunciamos y listo —vuelve a recordar para que Sil se enoje —, además el tal Symón tiene novia, por eso acepté darle mí número. Me parece que sabes lo que pienso con respecto a las relaciones amorosas —rueda los ojos. Sil siempre trataba de cuidarnos, para mí gusto es demasiado miedosa no le gusta hacer amigos nuevos. Como si los de siempre no te decepcionaran. Por lo menos los nuevos lo hacen sin querer porque no te conocen. —¿Y a ti como te fue con Dylan?, digo pasaron toda el rato hablando —continua Mica rodando los ojos —. Muy divertido no, o ya están saliendo. Sil suspira fuerte, y niega con la cabeza, pero no dice nada, yo trago grueso, no me importa, no me importa ni él, ni si le dijo algo, si están saliendo, no me im-por-ta, es un idiota, anoche se comportó como tal. Pero ella no dice nada ni niega ni asevera. Suena el timbre de entrada, y nos parece raro que Katy no llegue, siempre llega sobre la hora, pero llega, segura se quedó dormida por la salida de anoche, salir entre semana no es buena idea sobre todo cuando al otro día hay clases. Pero quién nos quita lo bailado. Llegamos al salón de clases, nos sentamos y llega Katy, su cara demuestra que no está bien, seguro algo pasó en su casa, su cara demuestra molestia y mal humor, pero no ese humor cuando duerme mal, es esa carita de que algo malo pasó. No vamos a preguntar nada, todas sabemos que tiene problemas en su casa y cuando esté lista hablará sabe que puede contar con nosotras, y que respetamos su tiempo. Ella es admirable aunque tiene problemas en su casa tiene una actitud positiva, es bromista, ve el lado bueno de todo, es buena amiga, es alegre. Obviamente los problemas le afectan pero no al grado de deprimirse. No deja que le roben la alegría. Cuando mi papá murió ella estuvo ahí para mí, a pesar de sus problemas. Todos mis amigos estuvieron incluído Dylan. También sabemos que su humor es su mecanismo de defensa para hacerse la dura para esconder sus sentimientos. La situación la tiene cansada, se le nota, su padre no es mal tipo, pero cuando se alcoholiza, cambia totalmente. Viene el profesor y empieza la clase. Llega la hora del receso, y vamos a la cafetería, la encargada del lugar siempre le tiene preparado a Katy el agua caliente para el mate. Nosotros nos acomodamos en una mesa, y ella busca el agua. Estando todas nos sentamos en la mesa de la cafetería y tomamos mate, nadie dice nada, es raro porque por lo general nos peleamos para hablar. Hasta que el silencio es interrumpido. —Parece que fue una mala noche —interroga Sil con voz apenada, ella solo asiente parece que todavía no es tiempo de hablar. —¿Qué paso con Dylan? Anoche parecía, furioso —Dijo Katy, para cambiar de tema. —Es un idiota, me trató de cualquiera, solo porque le di mí número a Ian —manifiesto enojada. Ellas me miraron con los ojos como plato, nunca me refiero a él de ese modo. Era evidente que lo que me dijo me dolió. —¿En serio? Que mal —dice Mica negando con la cabeza. —Seguro lo dijo enojado, no le des importancia —dice Sil defendiéndolo, y era obvio que iba a estar de acuerdo, si son iguales. Dylan solo tiene un amigo y es Marcelo lo conoció en primaria y no se separaron más, y a mí y mis amigas, que las conoció gracias a mí, después es reacio a nuevas amistades. Sé que a ella le gusta Dylan, pero me confunde, porque las veces que le dije lo que él sentía por ella, me decía que ella no sentía lo mismo, y que si él preguntaba le diga que no había agua. Pero la forma que lo defiende evidencia otra cosa. —¿Y lo tengo que disculpar sin más? Ni loca, está vez se pasó de la raya, soy su amiga me conoce. ¿Cómo puede pensar eso de mí? —expreso enojada. —Y aunque esté enojado, no le da derecho de tratarla de esa forma, cada uno tiene sus propios problemas, no por eso nos vamos desquitando con los demás. Los otros no tienen la culpa de nuestras desgracias —explica Mica molesta. —Siempre dije que es un idiota, pero bueno, se que lo hace para cuidarte, no es excusa cómo dijo Mica, pero estoy segura que está totalmente arrepentido —habla Katy, y nos asombra por lo general no lo defiende. —Que ella lo defienda lo entiendo, pero que vos lo hagas me parece totalmente raro —declaro confundida. —Tengo mis razones —exoluca, que sabe que yo no. —¿Qué razones? —indago —, además deberían de estar de mí lado. ¿Acaso no son mis amigas!? —Y lo estoy, solo que quiere cuidarte, se notaba que ese par no se llevan bien. Y en cuanto a las razones, algún día te lo voy a decir te lo aseguró, pero por ahora no estoy totalmente segura —asegura Katy. No había notado la incomodidad entre Dylan e Ian, pero me preguntaba de que no estaba segura mí amiga, entrecierro los ojos porque me intrigaba qué me ocultaba. —Te aseguro que todo es por tu bien —me aseguro, y no podía contradecir su lógica decidí esperar hasta que me lo diga, si no lo decía era por algo. Katy decidió contarnos su noche, lo que había pasado al llegar a su casa del cine. Nosotras solo la escuchamos, porque no queríamos seguir lastimándola, no queríamos opinar. Era su familia, solo le dijimos que contaba con nosotras para lo que necesitará como debía ser, sus amigas. Ella se levanta para ir al baño y nosotras mientras acomodamos las cosas para ir al aula estaba por sonar el timbre para volver. Tiramos la yerba del mate y lo lavamos. Al llegar no había llegado Katy, y eso era raro nosotras nos habíamos tardado lo suficiente como para que ella llegase. Notamos que no estaban las chifladas tampoco. Y con eso tuvimos un mal presentimiento. —Che, no la habrán agarrado las chifladas? —interroga Sil con dudas —Con lo loca que está hoy, me preocuparía por ellas, ya la veo arrastradas por el pasillo —dice Mica y nos largamos a carcajadas. Entonces llega Katy un poco despeinada y muy molesta, se sienta y pone la cabeza entre sus manos. Nosotras nos miramos preocupadas preguntándonos qué le habrá pasado. *** Estoy llegando a casa y veo que el taller está abierto. Marcelo está a fuera con jeans y una camisa a cuadros, le queda muy bien, si no estarías enamorada de Dylan él sería un buen partido, es un buen chico, es amable trabajador, me siento mal por no poder corresponderle, sólo le puedo ofrecerle mi amistad. Levanto la mano en muestra de saludo él me corresponde, y veo que de la casa de Dylan sale un chico castaño que se me hace conocido y una rubia con cuerpo de modelo que nunca ví en mi vida, y también Dylan, miro rápido para otro lado y entro a casa. Sé que me estoy comportando como una chiquilina, pero estoy muy enojada con él, y no quiero darle ni el saludo. Al entrar a casa, voy a la cocina, mamá está haciendo el almuerzo, me sorprende verla en casa, la saludo, y voy a mi habitación a cambiarme el uniforme. Mientras me estoy cambiando suena el celular, en la pantalla veo el nombre de Ian, ayer cuándo llegué del cine habíamos estado mensajeando y me preguntó cómo había llegado a casa, obviamente no le conté mi discusión con Dylan. Ian: ¿Hola preciosa? Ese apodo no me lo puso ayer. —Hola —respondo cortante. —¿Cómo fue tu día? —Bien ¿y el tuyo? —Bien, estuve pensando en ti, todo el día –vaya que directo pienso – no sabía que vos y Dylan eran vecinos. —Si, vivimos uno al lado del otro. Nos conocemos desde siempre —le explico poniendo el teléfono entre el hombro y la oreja porque me estaba colocando el pantalón. —Pensaste lo que te dije anoche. Lo de salir conmigo? —pregunta animado. _ Ya te dije que no salgo con desconocidos —suelto. —Bueno pero ya no lo somos, estuvimos hablando anoche —trata de convencerme. —Mmmmm, eso no te hace alguien conocido, además no sé si salir con vos, te estás comportando como un acosador —bromeo largando una sonrisa. —Ya te dije que soy un buen chico, no soy ningún acosador. Para probarlo y que te quedes tranquila, salgamos con alguien más, yo con un amigo y vos con una amiga. ¿Qué te parece? —trata de convencerme. No es mala idea, pero aunque estoy enojada con él idiota de mi vecino, solo quiero salir con él, no puedo pensar en nadie más. —Ian, yo solo quiero ser tu amiga —soy sincera, no quiero malos entendidos. —Auch, tus palabras me rompen el corazón —dramatiza. —Lo siento, pero es lo único que puedo ofrecerte. —Seamos amigos por ahora —remarca las últimas dos palabras —, el tiempo dirá. Sigue en pie mi invitación para que salgamos como amigos, y con alguna amiga tuya...... solo como amigos —énfatisa las últimas tres palabras, pero no me convence después de su declaración. —Mmm, después hablamos. —Estaré esperando tu mensaje preciosa —me tira un beso. Termino de hablar con Ian y voy a la cocina para ver si mamá necesita ayuda. —No esperaba que estés en casa —le digo. —Si querés me voy —bromea. —No, me encanta llegar de la escuela y encontrarte —le doy beso y la abrazo —¿Qué estás cocinando? —Empanadas. —¡Qué rico! ¿Necesitas que te ayude con algo? —me ofrezco y me remango las mangas de mí camisa para lavarme las manos. —Bueno, que te parece si buscas de la casa de Norma el palo de amasar que la última vez que comimos juntos lo lleve y no lo traje —propone. Maldición!! Norma es la mamá de Dylan. Que mal, no quiero ir a esa casa, si voy, lo tendré que ver, y si me atiende él, voy a tener que hablarle y no quiero dirigirle la palabra, pero no puedo protestar me ofrecí a ayudar. Quizás se fueron porque cuando entré a casa estaban saliendo. Eso me anima a ir. Llego a casa de mi vecino y golpeó la puerta de atrás que da a la cocina, por lo general paso directamente, pero llamo porque sé qué, si hago esto me va a atender su mamá. Y bingo me abre la puerta ella. —Hola Norma —beso su mejilla. —Hola, Beca, hace rato no te veo, te extrañé —me dice y me da un abrazo a lo cual correspondo, Norma es cómo una madre para mí. —Yo también te extrañé mucho —confirmo. —Me tenés que venir a visitar más seguido — exige. —Sí tenés razón, es que al empezar la escuela tengo mucha tarea, pero te prometo que voy a venir más seguido —levanto mi mano en forma de promesa. —Bueno eso espero. Pero a esta hora se me hace que estás buscando algo. —Sí, mamá dijo que el otro día olvidó el palo de amasar. Está haciendo empanadas y viste que ella hace también la masa y las quiere estirar. —Mmmm, que rico, quiero algunas decile, pero no sé dónde lo puse —busca con la mirada —pasa así lo busco tranquila. Yo todavía estaba parada en la entrada, no quería pasar por las dudas, pero fue tanta su insistencia que no me quedó otra. Me ofrece asiento mientras ella busca, me siento en la silla, y en eso siento que alguien se para atrás mío, no logro ver quién es porque estoy de espaldas, pero logro deducirlo por el aroma de su colonia que ingresan a mis fosas nasales, y hacen que me tense porque como dije antes no quería verlo. Siempre la suerte a mí favor, pienso sarcásticamente. —Hola —me dice, a lo que yo me hago la que no lo escuché —Hola —repite más fuerte y yo no respondo nada, mostrando mi enojo. Al ver la tensión Norma no tiene mejor idea que dejarnos solos, diciendo que quizás lo guardó en otro lado. ¡¡maldición!! Me levanto de la silla para salir disparada hacia mi casa, doy dos pasos para irme pero él me detiene agarrándome la mano, haciéndo que me de vuelta para mirarlo. Con el ceño fruncido y la mandíbula apretadas. —¿Qué? —le pregunto molesta y me suelto de su agarre. —Quiero hablar con vos por favor —y lo siento apenado, hace un suspiro y sigue diciendo —, lo siento mucho, me comporte como un tonto y te dije cosas muy feas, por favor discúlpame. —Creo que sos un idiota — largo enojada —, me dolió mucho lo que me dijiste, sos mi amigo se supone que me conoces —mí tono sonó duro, demostrando mí enojada, pero no grite porque no quería que me escuchará Norma. —Lo sé, lo sé, tenés razón en todo lo que decís, por eso te pido disculpas, no tengo excusa… Pero sos mi hermanita, te quiero proteger, no quiero que te lastimen, y él no es un buen tipo. Yo le prometí a tu papá que te iba a cuidar y eso quiero hacer. Sé que dije que lo iba hacer sufrir, que no lo iba a perdonar tan fácil, pero no puedo, juro que no puedo. Con sólo una mirada hace que mí mundo se mueva. Cuando me habla así que me quiere cuidar hace que se revuelva algo en mi, que aunque esté enojada y quiera matarlo, en un segundo me hace amarlo más. No quiero que me proteja como una hermana, pero si quiero que me cuide. Sé que sus métodos son pocos ortodoxos, pero creo que es la única manera que sabe hacerlo. —Si me querés y me querés cuidar. ¿ No lo podés hacer de otra forma sin lastimarme, sin tratarme mal? —explico más calmada. —Soy un bruto, te prometo que voy a cambiar. Me perdonas —vuelve a repetir apenado en forma de suplica. —Si tonto, pero nunca más me hables así —se acerca y me abraza fuerte, por dios como lo extrañé parece que hace años que no hablo con él, odio que tenga ese poder sobre mi. ¿Por qué lo amo tanto? Poco a poco se me va el enojo que tengo, y también lo abrazo. En eso siento un carraspeó, que hace que nos separemos y es la rubia con cuerpo de modelo que ví temprano. Se acerca y le pasa la mano por el brazo coqueteándole, yo lo miro confundida. —Hola soy Vanessa —se presenta con un tono molesto como si estaría abrazando a su novio. —Hola soy Beca —respondo confundida. —Ella es mi mejor amiga Beca, y ella una compañera de la facultad —nos presenta y se queda parada observándonos —. Estoy hablando algo muy importante —le aclara invitándole a que se retire. —Sólo vine a buscar agua - dice pero no hace ningún movimiento en buscarla, Dylan al ver que se quedó ahí parada, busca un vaso le sirve agua y se lo da, lo hace tan rápido que no me di cuenta. Ella agarra el vaso de agua acariciándole la mano. —Gracias, y apúrate que ya te extraño —le dice y le guiña un ojo. Lo miro sorprendida con los ojos abiertos, no sé en qué momento consiguió novia, pienso. Y la rubia se va moviendo las caderas como si estuviera en una pasarela desfilando. La rubia además de tener cuerpo de modelo es alta y es muy hermosa tengo que admitir. —Después hablamos, no quiero que tengas problema con tu novia —le digo escondiendo mi dolor, porque si se comportó así, marcando su territorio es obvio que algo tienen. —No es mi novia, te lo hubiera contado primero como hago siempre. Es solo una compañera de carrera, que vino hacer un trabajo como los demás —y eso es cierto, siempre me entero de todas sus psicópatas novias primero que los demás —. Entonces, ¿Estamos bien? —pregunta con su carita de perrito mojado y haciendo puchero. Suspiro profundo —Sí estamos bien, no puedo estar enojada con vos —pone esa cara que me lo quiero comer a besos. —Odio estar mal con vos, anoche no pude dormir casi, si no hubiese tenido que ir a la facultad tan temprano, habría ido temprano a tu casa a disculparme, pero tenía miedo que tu mamá me saque corriendo. Esas palabras me ponen tan feliz, que le importe me pone feliz. Me vuelve a abrazar yo respondo a su abrazo, y viene Norma con el palo de amasar, parece ser que sí lo tenía en otro lado, y ahí recuerdo a qué había ido a esa casa, mi mamá va a matarme por la tardanza. Norma me da el palacio de amasar y se va dejándonos solos otra vez. —Que sea la última vez que me hablas así —repito amenazándolo con el palo, él levanta las dos manos en forma de rendición. —Sí te lo prometo —en eso se asoma un chico castaño, que se me hace conocido, es Andrés el chico del cine. —Hola —saluda yo le respondo y sigue diciendo —disculpen que los moleste, pero hay algo que tenés que ver —le dice a Dylan señalando la sala. —Disculpame tengo que hacer un trabajo con los chicos, gracias por hablar conmigo —me da un beso y se va. Yo me despido de Norma que justo había vuelto, y me voy a mi casa a ayudar a mi mamá a hacer la comida. Feliz de haber arreglado las cosas con Dylan. _____________
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD