Con los brazos cruzados, el ceño fruncido y cara de desaprobación me mira Katy. Mientras que Mica lo hace con los ojos abiertos, y cara de sorpresa.
Les acabo de contar lo hermoso que la pasé anoche ( lo digo sarcásticamente).
Estamos en la cocina de mi casa sentadas tomando mate.
—Y bueno… digan algo —inquiero.
—No sabía que Silvia sentía eso por él, la verdad —declara Mica con una mueca con la boca de sorpresa.
—Yo tampoco solo que… está bien. ¿No?. Digo es lo que acordamos, es nuestra regla. ¿No? —mi voz suena baja.
—¿Y qué pensás? —Mica me devuelve el mate para que siga cebando.
Suspiro —que tengo que apoyarlos, después de todo son mis amigos.
Quedamos en un silencio sepulcral, ellas me miran, mientras sigo cebando mates.
—No tenés que fingir con nosotras, no está Sil acá,
