Capítulo 3

2213 Words
Paso de estar muy contenta, a estar nuevamente fúrica. —¡Ahss! ¡Pero es que definitivamente este no es mi día!, —le digo a Liam con un tono muy serio y de disgusto. —Discúlpame Liam, pero ¿sabes lo que te conté del estacionamiento?, bueno fue el ¡imbécil! que está aquí sentado, y como comprenderás no puedo quedarme. —Oye amor, ¡por favor espérate!, de seguro habrá una explicación para lo que hizo, —me dice viendo a Rogelio y haciéndole señas con los ojos, para que diga algo. Me enfurezco más, «¿y porque Liam se pone de su parte? Antes me había dicho que me defendería» pensé. Ahora no solo estoy molesta con el idiota este, sino también con Liam. estoy a punto de darles la espalda e irme. Escucho a Rogelio que dice: —¡Espera!, no tienes que irte, —levantándose de su asiento y tratando de tocar mi brazo. Lo miro y el continua. —creo que te debo unas disculpas, iba muy apresurado, necesitaba llegar a tiempo. Tienes razón, no debí comportarme como lo hice. No tienes que irte de esta manera, de verdad lo siento, quédate con nosotros. Yo me quedo viéndolo a la cara, observando sus ojos color café claro y pienso dentro de mí, «su mirada me desconcentra», trato de no distraerme de lo que en verdad importa y le respondo. —¡Pues no, lo siento!, debiste pedirme disculpas cuando estaba allá abajo, cuando me dejaste hablando sola como si fuera una loca, no me pareció lo que me hiciste. —Me dan ganas de llorar, «no, no, no, no ¡No! Puedes llorar, cálmate, aquí no» pienso, de repente siento que Liam se levanta, me toma por el brazo y me dice susurrándome en la oreja. —Por favor Allison, no grites, todo el mundo te está viendo. —lo que me hace voltear mi cara hacia los lados y observar a mi alrededor. Hay varias personas viéndome y hablando entre ellos. Le respondo viéndolo a la cara nuevamente. —¡BUENO!, ¡Y ESO A MI QUE ME IMPORTA!, ¡que se enteren! Que este “señor” estuvo a punto de chocarme, y que tu como ¡MI NO-VIO! no me estas defendiendo. —«Lo que me faltaba, aparte de que no me defiende, Liam se avergüenza de mi». Estoy a punto de echarle la malteada encima a Liam en el momento en que Rogelio habla. —Por favor, cálmate, está bien, no debí portarme de esa manera, pero no es culpa de Liam. Allison de verdad lo siento mucho. Soy un idiota, un patán, un imbécil, todo lo que quieras decirme, ¡Perdóname! —desvió la mirada hacia Samantha, quien esta allí sentada sin tomar cartas en el asunto, no quiero que vea que vea mi rostro; ya que una lagrima está a punto de salir, pero respiro profundo para tranquilizarme. Rogelio al ver mi postura me dice. —¡Es más!, si alguien debe irse soy yo. —le aparta su silla y dispuesto a irse le digo tragándome todo mi orgullo, porque soy una chica muy madura— Está bien, me quedare, ¡pero no por ti!, sino porque quiero pasar un rato con mi novio, la verdad he tenido un día pésimo como para también tener que lidiar contigo. Estoy a punto de sentarme al lado de Liam cuando Rogelio me dice. —Permíteme regalarte otro pedazo de torta de chocolate cómo forma de disculparme contigo. ¡Por favor! Yo le respondo, —ya tengo un trozo, —alzando la mano para mostrarle el trozo de torta, pero cuando veo mi mano solo tengo el plato vacío, de la molestia que tenía no me di cuenta que se me había caído mi torta, «era el pedazo más grande”. Y le digo. —¡Gracias! pero no acepto que me compres nada, yo tengo dinero y yo misma me compro mis cosas. Y tú puedes hacer lo que te venga en gana. Volteo a ver a Liam, este intenta darme un beso en la mejilla, el cual rechazo, estoy muy molesta con él. Sin embargo, me calmo un poco, aunque luego hablaré con Liam sobre la postura que tomo al no defenderme, pero lo haré cuando estemos a solas. Me levanto y compro otra torta, pero más pequeña, ya que el pedazo más grande fue el que se me cayó, regreso a la mesa y me siento al lado de Samantha, y entablo una conversación con ella. Tratando de no prestarle mucha atención a Rogelio, el cual me clava la mirada como si yo pareciera bicho raro, lo que me hace sentir incómoda, pienso «porque me ve tanto» y le volteo los ojos. Lo ignoro y continúo hablando con Samantha, es una chica muy chévere, me cae súper bien, estudia diseño gráfico por lo que le hago muchas preguntas, y me olvidó de que Rogelio está allí, el solo habla con Liam sobre unos proyectos de arquitectura. De vez en cuando lo miro por el rabillo de mi ojo, y agudizo mi oído para tratar de escuchar lo que ellos hablan, sin dejar de prestarle atención a Samantha, lo que se me hace muy difícil. Al pasar una media hora Rogelio se tiene que ir, se despide de todos. Cuando se para a mi lado me dice: —Allison, fue un placer conocerte, y nuevamente te pido disculpas por lo que pasó, espero no me guardes rencor. Esta situación no refleja lo que soy en realidad. —¿Un completo idiota? —le respondo con tono sarcástico y mirándolo fijamente. El solo me ve, se ríe y se va. Dentro de mi pienso, «Yo espero no volverte a ver más nunca más». Me quedo con Liam y Samantha unas horas más. Hablamos de todo un poco. Intercambiamos nuestros números de teléfono Samantha y yo, y quedamos en encontrarnos un día en su casa, ella me quiere enseñar unas propuestas de diseño en las que está trabajando, ya que una compañía de jugos le ha pedido un prospecto para su imagen y quiere que yo le dé mi opinión. Bajamos juntos al estacionamiento, Liam busca besarme, pero enseguida le hago la cobra, no quiero besarlo, aún estoy muy molesta. Le pido que me siga en su carro porque yo llevaré a Samantha, la cual vive un poco alejada del centro comercial. Una vez en el carro, enseguida enciendo el reproductor para colocar música, eso siempre me relaja cuando estoy molesta o estresada. En el camino Samantha y yo hablamos. —Yo te había visto un par de veces, pero no sabía que eras novia de Liam, él nunca lo había comentado. ¿Y cuánto tiempo llevas con él? Yo un poco sorprendida de que él no le comentará que era su novia le respondo. —Bueno llevamos un tiempo juntos, nueve meses para ser exactos. Quería preguntarle sobre el tal Rogelio, pero de seguro lo tomaría mal de mi parte, así que no le dije nada. —¿A si?, ¿Nueve meses?, —me dice Samantha con tono de sorpresa. Ese tono en que me ha respondido no me ha gustado, así que le pregunto —Si ¿porque te sorprende? —Por nada —me responde ella, como hubiese algo que no me quiere decir. Y cambiando de conversación me dice. —Rogelio es un chico bueno, aunque un poco impulsivo. A él no le importa la opinión de los demás. el hace lo que hace y ya. —toma una pausa como recordando algo y continua —pero si algo bueno tiene, es que va a estar allí a tu lado si lo necesitas, a pesar de todo lo que ha pasado, es un buen amigo. Me intriga eso de “a pesar de todo lo que ha pasado” pero a la vez pienso «Buen amigo, mis cojones, espero no toparme con él nunca más». Ya estamos cerca de su casa, quedamos en vernos la próxima semana. Ya sé dónde vive y podré llegar sola. Nos despedimos, le envió un mensaje a Liam para decirle que me acompañe a mi casa y el acepta. Llegando, estacionó el carro dentro de la casa y salgo a hablar seriamente con Liam, «me debe una explicación» el intenta abrazarme, pero lo rechazo dándole un leve empujan. Este se hace el fuerte y me abraza sin mi consentimiento y me dice mientras yo trato de zafarme. —Se que estás molesta amor, pero él es un viejo amigo desde la infancia, teníamos mucho tiempo sin vernos, y sabía que te pediría disculpas, así que no teníamos que seguir peleando. Aunque tu no lo creas, es muy buena persona. Ya luego hablaré con él. —Yo lo veo con un poco de molestia la cual se refleja claramente en mi rostro y le digo: —No te perdonare, el que te hayas puesto de su parte. —y arrugo el entrecejo, quedándome quieta entre sus brazos. —¿Seguro que no me perdonaras? —me dice mientras pone su cara de borrego a medio morir y haciendo pucheros. —eso me causa gracia sacándome una media sonrisa. Pero el continua y con una voz tierna me dice. —Anda, perdóname ¿Sí? —me quedo viendo esa carita, pero no cederé a sus encantos. El empieza a darme besitos por toda la cara, y me rio soltándome de él. —¡Ya! ¡Basta! ¡Liam! —y continúo riéndome. Nos quedamos viéndonos en silencio y cruzando nuestras miradas, él me dice con una voz muy dulce. —Te quiero. —me Hala por el brazo y me atrae a él. No me da tiempo de esquivarlo cuando de pronto me arranca un beso y sin darme cuenta estamos comiéndonos nuestros labios. Siento como la rabia, de hace un momento, se va de mí. Y se me olvida todo aquello que ha pasado. Coloco mis manos por encima de su cuello y le doy un leve mordisco en su labio inferior, este deja de besarme y le digo. —¡Te lo mereces! Lo único que te pediré es que, no me vuelvas a invitar a estar contigo, si el estará allí. Liam asienta con su cabeza, mientras sus labios buscan nuevamente los míos, pero esta vez lo rechazo diciendo. —¡Estas castigado! —¡Ah! ¿Sí? —me abraza y me levanta del suelo, dándome vueltas, lo que hace que me ría. Él sabe qué hacer cuando estoy molesta. Para y colocándome en el suelo me llena de besos la cara nuevamente. Ya no puedo estar molesta con él. Me ve y deseando mis labios con sus ojos me dice. —¡Qué lástima! Extrañare esos lindos y deliciosos labios toda la noche. —¡Pues!, con eso aprenderás para la próxima vez. —beso la punta de su nariz y nos despedimos. Él se monta en su carro, pero espera a que yo entre a mi casa para irse. Cuando entro, veo que mis padres están muy acaramelados en el sofá de la casa. Están abrazados, mi madre tiene sus piernas montadas encima de las de mi padre, y este le hace mimos. Pero que lindos se ven los dos, después de Treinta años de matrimonio y que aún sigan siendo como novios. Eso en encanta, cuando me case me gustaría que mi esposo fuese como mi padre, detallista, amoroso, todo un caballero con mi madre, pareciera que siempre están de luna de miel. Corro y me lanzo encima de ellos. Todos nos reímos, luego ellos se apartan y me dejan un lugar en medio de los dos. —Hay chicos llegó el mal tercio, me hubiesen avisado y me llegó más tarde —me río, mi madre me abraza y mi padre me ofrece una copa de vino de la que están tomando, la cual rechazo diciendo. —Gracias papá, pero no voy a ser la lamparita brillante aquí, además debo acostarme a descansar, ya que mañana Rommy traerá a Sophie, —recordando que Sophie no me dejara dormir en cuanto llegue continuo— y ya saben cómo es cuando ella viene —Rommy es mi hermana, ella es madre soltera pero luchadora, todo lo que tiene lo ha conseguido con mucho esfuerzo, mi sobrina tiene ocho años, pero a pesar de su edad, es muy madura. Ella y yo la pasamos muy bien. Cuando estoy con ella, soy otra niña, por eso le encanta venir a pasar tiempo conmigo. Me levanto para irme, pero antes de subir las escaleras les digo. —Acuérdense de que tienen un cuarto, no quiero bajar y ver cosas bochornosas, ¡ehhh! —Mis padres se ríen, y me mandan derechito a mi cuarto. Una vez allí, me desvisto, tomo un baño de agua caliente, lo que hace que me relaje. Me quedo el cuello tensionado gracias al estúpido de Rogelio, el solo recordarlo hace que me moleste otra vez. Ya lista para ir a dormir, me acuesto en mi cama y me pongo los audífonos del teléfono para escuchar música y no pensar más en todo lo sucedida. Esta empieza a oírse cada segundo más baja y más baja.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD