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Tenias bastantes cosas en claro.
La primera era que estaba totalmente y estúpidamente, enamorada del orgulloso y pretensioso Thomas. La segunda cosa que tenía en mente, era que a pesar de que mi cuna y mi familia me unan a Daniel, nunca lo podre ver de la forma que él quiere que lo vea. Y tercera y última, no le dejaría el camino fácil a Mary Anne, a pesar de ser una de mis mejores amigas.
Era muy temprano en la mañana mientras miraba hacía mi venta desde la cama, viendo como la fuente del jardín principal se prendía justamente a las seis de la mañana. Y al mismo tiempo que se activo la fuente, pude ver entrar a Mary Anne mientras conducía un carrito de comida.
–Buenos días, bella durmiente. –Me dice la joven animada y con su voz melodiosa.
–Buen día. –Le sonreí para levantar
