(7) Sabía que había tomado una decisión riesgosa y sabía que no había pensado bien las cosas, pero mientras me planchaban mi cabellera café rojiza no dejaba de pensar, que estaba tomando una decisión incorrecta, pero sabía que no podía decirlo a los cuatro vientos, era demasiado orgullosa para admitir, que me había equivocado. Y para deleitar los ojos de mi acompañante, estaba usando un vestido rojo entallado, mientras lucia unos tacones finos, pero con el tacón bajo, ya que quería poder caminar bien. Y mientras me miraba en el espejo de mi tocador, podía ver que Mary Anne me observaba, ya que era ella la que me estaba peinando. –¡Estas bien, dilo! –recorrí mi pequeño sillón hacía atrás, para poder ver a Mary Anne a los ojos. Sabía que tenía muchas cosas que preguntar y decirme, así que

