Fue una maravillosa celebración, creo que no había pasado un día tan feliz como el de esa noche, Howl estuvo hasta el anochecer, ayudo a mis padres a recoger las cosas, incluso llevo cajas de vuelta a mi casa, volvimos cerca de las nueve de la noche, mi madre estaba ya cansada así que lo mejor fue regresar.
— Gracias por la ayuda, Howl — le dijo mi madre—, quédate a cenar
— ¿No es una molestia? — pregunto él.
— Para nada, entra muchacho— le insto mi padre al darle una palmada en la espalda.
Yo me conduje a la cocina para ayudar a mi padre con la comida, cuando mi madre se encontraba ya cansada, era mi papá el que cocinaba para nosotros, mis hermanos ayudaban a Howl a guardar las mesas en la cochera, en el acto le iban contando sobre algunas otras festividades, también le comentaban sobre cosas que me gustaban, que cosas no.
— Son muy pocas cosas las que no le gustan— exclamo riendo bajo— a diferencia de mí, que soy como un niño mimado
— Eso es porque vives en un ambiente diferente— le dije cuando fui a buscarlos a la cochera— es completamente normal, pero no te preocupes, yo te voy a consentir.
— Eso me hará mas mimado — me respondió tomándome de la cintura.
— Vamos, es hora de cenar
Tome su mano, mis hermanos se adelantaron al comedor, Howl se detuvo en el camino ya que su teléfono había comenzado a sonar, voltee a verlo y solo note la cara de desagrado que se formaba en su rostro, baje los ojos a la pantalla del móvil solo note que decía “papá”, me sorprendió que no respondiera.
— ¿Era tu papá? — pregunte
— Si, pero no quiero hablar con él — su tono de voz cambio.
— ¿Está todo bien? — le mire preocupada.
— Te contare cuando terminemos de cenar — aseguro.
Besé cortamente sus labios, luego nos sentamos a cenar, la comida transcurrió de forma muy tranquila, mi padre y Howl hablaban mucho, nunca vi a mi padre platicar tanto con alguno de mis novios, normalmente les traba de forma fea y no los dejaba entrar a casa, pero con Howl la cosa ha ido muy diferente, supongo que se dio cuenta que no es alguien peligroso.
Al terminar salimos de casa para esperar al chofer de Howl, no le gustaba manejar de noche ya que tenía problemas de visión y aunque usaba lentes de contacto, igualmente prefería no conducir, nos sentamos en una banca de la parada de autobuses para poder hablar.
— No tengo una buena relación con mi padre.
— Note eso, pero no entiendo por qué.
— Él es muy controlador conmigo, como soy el mayor, quiere que sea el hijo perfecto — comenzó a decirme—. Siempre quiere que este a su disposición, que lo acompañe a jugar golf al club y yo odio el golf, es tan aburrido, además de eso cada vez que nos vemos comienza con el mismo tema de siempre, que ya debo casarme, que cuando voy a sentar cabeza, que vaya a citas con las hijas de sus amigos aburridos.
— ¿Crees que me aceptaría? — pregunte con temor.
— Honestamente, no lo sé— respondió volteando a verme— pero tampoco me importa si lo hace o no, yo no planeo separarme de ti.
— Promete que no vamos a dejar que nos separen — pedí tomando su mano
— Te lo prometo, mi Violet
Me sentía triste por saber una parte de la vida de Howl, al menos en lo que a su padre se refiere, yo solo he visto al famoso señor Wood una vez, era mi primera semana de trabajo y apareció en la cocina para verificar que todo funcionaba correctamente, en ese momento me dio mucho miedo, tiene una cara de pocos amigos, es apuesto, eso no voy a negarlo, pero se le nota la sangre pesada.
El chofer no tardo tanto, nos despedimos de un beso y me dijo que estaría en mi casa a primera hora para que pudiéramos ir de paseo en yate por la mañana, afirme, esperaba ansiosa la cita.
Cuando volví a casa, solo recibí buenos comentarios de parte de mis hermanos y mis padres sobre Howl, todos estuvieron de acuerdo de que éramos muy diferentes, pero que nos veíamos bien juntos, además de que se podía notar que yo de verdad le importaba a él, me sentí muy aliviada de saber su opinión, uno siempre quiere tener la aprobación de la familia, aunque digan que no, porque si en el camino hay problemas por lo menos sabes que tu familia te apoyara. Esa noche dormí muy feliz.
— Violet, ven a desayunar — me llamo mi mamá
— Voy, mamá ¿Dónde esta mi bolso azul? — pregunte desde mi habitación
— Esta en mi closet, arriba, lo guarde ahí.
Fui a buscarlo al cuarto de mi madre, al encontrarlo volví para terminar de guardar lo necesario, debajo de la ropa me puse un bikini rojo, una de mis primas me lo había regalado, antes de ponerme la camisa me acomode bien los pechos, no tengo un busto enorme, estoy dentro de lo normal, ni mucho ni poco, pero ese traje de baño me resaltaba muy bien mis atributos, me sentía sexi, quería estarlo para Howl, cuando acabe de vestirme Sali a la cocina para sentarme a tomar el desayuno.
— ¿A dónde irán?
— Vamos a dar un paseo en yate — le comenté, mi madre se sorprendió— me comento anoche que los invito a ustedes.
— Si, pero primero vayan ustedes, además tu papá trabaja hoy — respondió.
— Llegare temprano, mañana tengo que trabajar.
— Con cuidado, hija.
Me despedí cuando escuche el timbre de la puerta, debía ser Howl, tome mi bolso, bese la mejilla de mi mamá, abrí la puerta encontrándome con Cesar.
— Mis hermanos no están — dije.
— Te vine a buscar a ti — quería entrar, pero lo detuve— ¿vas a salir?
— Si, voy a salir con mi novio
— ¿Ese blanquito? Oye Violet, entiendo que quieras darme celos, pero creo que exageraste esta vez — me eche a reír.
— ¿Darte celos? — pregunte entre risas— Que ego tan grande tienes, Cesar, lo que tuvimos se acabo hace mucho, ahora vete.
— No me voy a ir — se plantó ahí en la entrada, molesto—
— Mi novia te dijo que te vayas — Howl apareció justo detrás de él.
— Tu no te metas, esto es entre ella y yo — volteo a verlo con molestia—, ella es mía, blanquito, yo fui su primer hombre — se señalo orgulloso, yo lo quería matar.
— ¿Crees que desistiré solo por eso? — Howl tuvo que calmarse—, tú podrás haber sido el primero, pero yo seré el ultimo y único hombre de su vida.
Cesar no tuvo nada para responder ante lo que Howl dijo, yo cerré la puerta al tomar la mano de mi novio, nos fuimos dejando a un muy enojado Cesar, me gusto saber que a Howl no le importa si yo estuve con otro hombre antes de él, debo admitir que me daba temor lo que pudiera pensar al darse cuenta de que yo no era virgen, pero me sorprendió.
— Lo siento, por eso — dije cuando ya íbamos en el auto.
— No tienes que hacerlo, es solo un hombre celoso — comenzó a decir— además, no sé qué pensó que diría cuando me dijo que fue tu primero, no estamos en el siglo pasado que juzgaba a las mujeres por eso.
— Me gusta que pienses así — confesé—
— Mi amor, nunca pensare nada malo, además yo tampoco era virgen cuando estuvimos juntos, lo que importa es que estamos juntos.
Asentí muy feliz a sus palabras. En cuestión de minutos llegamos a la playa, aparco el auto en una zona muy linda, no había llegado a ese lugar antes, se notaba por todos lados que era el estacionamiento de los yates de los ricos, al bajar me sentí muy fuera de lugar, había mujeres bonitas contoneando sus cuerpos, algunas saludaban a Howl, me sentí celosa, no lo negare, tampoco lo oculte.
— ¿Cuándo nos llevaras en el Yate, Howl? — una de ellas le coqueteaba de forma descarada a Howl.
— No creo que eso sea posible, vengo con mi novia — dijo sujetándome la mano, ellas me vieron de arriba abajo.
— No te conocíamos esos gustos tan…simples — dijeron las dos a burla.
— Me gustan las mujeres naturales — dijo él con firmeza, ellas le vieron feo—. Si me disculpan.
Retomamos nuestro camino, Howl beso mi mejilla, yo estaba haciendo una especie de puchero y cuando recibí el beso solo lo miré feo.
— No te pongas celosa, mi amor, solo tengo ojos para ti — dijo cuando subíamos al yate.
— Ellas me vieron feo — respondí.
— Son unas envidiosas, porque tu eres mil veces más hermosa que ellas
Me condujo a un sofá, me hizo sentarme, no perdía el tiempo porque me estaba quitando la ropa, empecé a reír ante eso porque se colocó encima mío y yo muy gustosa me recosté.
— No vas a contentarme con sexo— le dije volviendo a mi tono berrinchudo.
— Lo puedo intentar, además me contuve todo el camino — sus manos recorrían mis pechos y bajaban a mis piernas— Y ese bikini que tienes puesto me esta volviendo loco — me miraba con unos ojos que me derretía.
— ¿No nos verán aquí?
— Vamos al camarote, no quiero que nadie mas admire tu cuerpo, mas que yo
Me cargo con tanta facilidad que me sentí como una pluma, iba riendo en el camino, me sentía como en las nubes, lo que no me di cuenta es que alguien tomaba fotos de nuestra cita, con no muy buenas intenciones.