Encontrándome sola en la habitación mientras desempacaba el recuerdo de Pierre nuevamente se apoderaba de mi mente. —¿Porque todavía te recuerdo? Han pasado seis años y aun estas en mi mente —cada vez que lo recordaba mi corazón se agitaba más de lo normal, era como si mi mente y mi corazón se dieran la mano y decidieran recordármelo a cada momento. —¡Llegue! Envíe con el mensajero la comida de tu madre, ya con eso tenemos todo cubierto —mencionaba a la vez que abría la caja de la pizza para empezar a comer. —Gracias Clara por ayudar a mi madre todo este tiempo. —Ni lo digas, además eres una mala amiga, nunca le hablaste a tus padres sobre mí. No te imaginas lo difícil que fue ganarme su confianza. —Lo lamento, en ese tiempo tenia otro pensamiento, nunca les hablaba de nada,