—Franco, tranquilo, solo quiero que me deje en paz, nada más.
—Y lo hará, tú confía en mí, deja que me encargue. ¿En qué hospital estas? Envíame la dirección, apenas llegue iré hasta allá.
—De acuerdo, ya te la envió y perdóname por haberte evitado.
—No te preocupes, estas perdonada, lo hago porque te quiero a pesar de que no me hagas caso cuando te doy consejos. Te quiero mi otra mitad.
—Y yo a ti—colgué la llamada y le envié la dirección donde me encontraba. A partir de allí mi semblante era otro, el hablar con Franco me reanimo, por esto salí de la sala privada donde me encontraba, con ello al instante varias personas me miraron, ante eso solo evitaba sus reacciones para dirigirme hasta donde estaba Clara.
—Amiga, tu padre reacciono afortunadamente, tu madre está con él, guar
