Una lágrima rodo por mi mejilla y la aparte rápidamente con el dorso de mi mano, creí haber visto un poco de tristeza en sus ojos, suspiro - Alice … - extendió su mano para volver a tomarme del brazo pero me aparte - no te atrevas a tocarme - me giré, fui por mis cosas y salí de ese lugar, hoy agradezco que papá tenga un guardaespaldas detrás mío todo el tiempo, apenas salí él se acercó rápido a mi - está bien - el frío viento golpeó mi rostro, lo vi y suspire - vaya hora a la que apareces - era el joven Arthur, lo lamento - ve por el auto, quiero irme de este lugar - espere un momento aquí ya lo traen - gracias Subí al auto y una vez ahí pude llorar como una niña pequeña, Arthur lastimó mi orgullo como nunca y eso no voy a perdonárselo. Llegué a casa y fui directo a mi

