Capítulo 3

2078 Words
Querido lector, lo difícil de vivir en un lugar donde no conoces ni a tu vecino, es que no hay planes para los fines de semana, después de mi atrevimiento de llamar a Carlos en medio de mi desesperación por no poder hacer algo adulto como cocinar, me empecé a ayudar de google para comprar y preparar cosas que pudiera hacer de forma segura. Sin contar que durante algunos días no le pude dirigir la palabra, me da mucha pena, esa noche en mi apartamento hicimos cosas intimas, perooo eso noooo, ni lo piensas no tendría sexo con él. Me gustaría llamarlo, ese chico tiene algo que llama mi atención, pero es un trabajador, y acá entre nos, es pobre. Ya me imagino los chismes en la prensa, las revistas y en todos lados si llegase a salir con él, aún no me persiguen los paparazzi, pero sé que es cuestión de días para que averigüen mi paradero y los tenga todo el día a las afueras del hotel esperando tomar una foto, y a mi padre le tocara intervenir e invertir en seguridad para ayudar a su pequeña e indefensa hija, así que lo mejor que puedo hacer con él es mantenerlo a distancia. Busco planes para el fin de semana y luego de perderme por horas en el universo que me da el internet me apunto sin dudarlo a una fiesta electrónica en una isla paradisiaca, es una suma significativa para mi nueva etapa de ahorro pero incluye comida, hospedaje y lo mejor: todo el licor que quiera tomar, así que la tarjeta de crédito hace su trabajo. Subo al yate, es normalito para los que tienen mis amigos o en el que acostumbraba a pasear con el único novio oficial que tuve en mis años de estudiante, pero creo que es lo mejor que se puede encontrar acá, lo recorro y veo a las personas, efectivamente todos son extranjeros igual que yo. Empiezo a tomar algo suave, hace mucho calor aún, pido una cerveza y estoy tomando el primer sorbo cuando una voz conocida me habla desde la espalda, y no puedo creer que alguien me conoce en el tercer mundo y giro lentamente para encontrarme con la persona que menos me quería volver a encontrar, por mí que se lo trague el mar. - No puedo creer lo que mis ojos ven, a la gran Blue Golman, sin las fieles secuaces que tiene como amigas, o más bien sus perritos falderos-. Camina hacia mí con paso resuelto y los brazos abiertos en señal de abrazo. - Hola Ethan, que milagro verte por acá, todo bien en tu granja. - Milagro nada, me escapo cada cierto tiempo, acá soy libre, nadie me conoce, aquí no soy el heredero Ethan Cargill, soy el tipo lindo que llega a gastar dinero y afortunadamente mi granja creciendo. - Me alegró mucho por ti, ahora si me lo permites voy a buscar algo que hacer lejos de ti. - Blue, sé que estás sola, sé que tu padre te envió hasta acá para darte una lección, así que yo soy lo mejor que tienes para entretenerte este fin de semana. - Gracias Ethan y me alegro que todos estén enterados de mis desgracias, pero creó que hay mejores cosas que hacer a bordo de esté yate. Ethan, se acuerdan del exnovio con yate que les hable hace un rato, pues ese mismo, su familia es la reina de las verduras enlatadas, lo interesante es que él, odia las verduras. Pero verlo acá me desconcierta, pensándolo bien, creo que prefería pasar el fin de semana sola encerrada en mi apartamento. Fuimos novios por 4 años, los dos últimos años de preparatoria y los dos primeros años de universidad, me acurdo que terminamos porque él quería tener más experiencias de vida, quería viajar, tomar y tener una vida sin control, libertad; en ese momento lloré y recrimine dejarme, luego lo entendí, porque yo también lo hice hasta que mi padre me paro los pies. Lo último que había sabido de él es que había asumido un cargo directivo en la empresa de su padre, pero en algún momento le tocará igual que a mí, asumir toda la carga. - Blue, sé que terminamos feo. - Terminamos no, tú me terminaste para viajar por el mundo, embriagarte e introducir tu amiguito a todas las que se te cruzarán. - Pero tú también lo has hecho Blue. Te ví en las portadas de las revistas y en las páginas internas y en todos lados, también te besaste con todos, no me juzgues a mí. - Está bien no te juzgo, los dos nos hemos divertido. Pero… ¿Qué haces aquí? - Sinceramente vengo regular, me gusta mucho, es un buen lugar para escapar, si supieras con quienes he coincidido, no me lo creerías. Me quedó pensando en lo que mi padre había dicho sobre que era un buen destino turístico y que seguramente haré las suma de dinero rápido, no sabía que muchos de los míos venían acá y eso significa una sola cosa, dólares. La rumba es espectacular, está al mismo nivel de Ibiza en verano, y el primer punto a favor, aquí es verano todo el año, así que se me ocurren unas cuantas ideas maravillosas que apuntó en el celular antes que el trago me las haga olvidar. Les hago una pequeña descripción de lo que recuerdo, porque no sé en que momento pase de la cerveza al whisky y después a otras cosas que ni me acuerdo, hasta el amanecer… bueno, esa parte viene después. El mar es azul claro, arena blanca, música de los mejores Dj’s, sonaba una y otra vez, comida deliciosa aunque algo grasienta, me deje llevar por la hermosura del lugar y me lance a nadar, pude hacer snorkel, se ven los pececitos de diferentes colores con poca profundidad. Me relaje en una hamaca, y después de mucho tiempo en verdad estaba feliz conmigo misma, sin aparentar, sin fotógrafos siguiéndome o mis amigas, solo yo y nadie más, bueno el molestó de mi exnovio orbitaba todo el tiempo alrededor mío, parecía que tuviese mi propio satélite, pero debo admitir que con ese bronceado se ve más sexy de cuando fuimos novios. No había habitaciones sino Glamping, esas pequeñas burbujas con una parte transparente para ver el cielo, para estar en el negocio hotelero desde que nací me sorprendí, son realmente cómodas y hermosas, tienen una cama y todo lo que necesito en una pequeña burbuja con techo de cristal, lo único malo es que el baño es compartido, me recuerda el intento de mochilera con mis amigas por Europa, fracasamos la primera noche en un pueblito de suiza. Intentamos dormir en una de esas habitaciones compartidas en donde los mochileros duermen en camarotes a cambio de unos cuantos centavos que incluyen una sopa caliente, a la mañana siguiente amanecimos en uno de los hoteles de mi familia desayunando huevos benedictinos y fondue. Pero por una noche, sobreviviré. A medida que la tarde caía, la música sonaba más fuerte, el licor hacia presencia y parece que no hubiese existido pandemia, eso es lo bueno de estar vacunada, porque tomábamos de la misma botella mientras el licor corría por la comisura de mi boca, el sublime sabor amargo entraba a mis venas, el mundo giraba. El ritmo se apoderó de mi cuerpo y al llegar al noche, me convertí en un ser que adoraba la fiesta como su mayor dios, baile y cante hasta que olvide quien era yo. Abrí los ojos con dificultad el sol entraban por todos los lugares, era como si viviera dentro de un diamante, todo estaba inundado con el mismo brillo, si no estuviera tan borracha, seria hermoso. Empiezo a hacer memoria de lo que hice anoche, hago lista mental: subí al yate, salude a Ethan, hice snorkel, baile, ingerí todo el licor que llego a mis manos, me bese con Ethan, caminamos hasta su… y yo soy la mujer más estúpida del mundo, tuve sexo con mi ex y para colmo ni siquiera me acuerdo. El pánico se apodera de mí, mi respiración se acelera y empiezo a sentir el palpitar acelerado, solo espero que por lo menos hubiese usado condón, con esa vida que lleva no me quiero contagiar de nada raro; me muevo en la cama para encontrarlo desnudo durmiendo en todo su esplendor, me pongo de pie de un brinco y busco la ropa que esta regada en el suelo, a medio vestir salgo de su glamping. Camino a paso resuelto hasta el mío, la sed me está matando, tomó toda el agua que encuentro en el camino, de la impresión se me pasó la borrachera, me baño en la ducha comunal y por más que intento no recuerdo nada entre que estaba bailando, él se me acerco y me beso, mis hormonas de abstinencia me traicionaron decidiéndome al final ir con él. Estoy desayunando en el buffet al aire libre, dejó que la brisa del mar limpie el mal momento que acabo de pasar, me refresque y me haga sentir mejor, faltan algunas horas para volver mientras veo las olas reventar en la orilla con su singular sonido tranquilizador, lejos del sonido electrónico de la rumba de anoche. Cuando Ethan se coloca frente a mí, obligándome a verlo. - ¿Por qué te fuiste así? - Porque ya no quiero nada contigo, gracias por lo de anoche, que de verdad ni me acuerdo. Y ahora por favor retírate que estoy viendo el mar. Él baja a mi altura poniéndose en cuclillas, me toma de la mano y me obliga a verle a los ojos. - Blue, volvamos, permíteme acompañarte en esta etapa. No puedo estar acá tiempo completo, como sabrás estoy dentro de la empresa con mi padre, pero para eso existen los aviones y tengo uno a mi disposición tiempo completo, además te podría ayudar, ser tu guía y apoyo. Y saben que fue lo peor, que caí redonda. Nos besamos y terminamos haciendo el amor en mi glamping, no puedo mentir, pero me hizo ver la luna, el sol y las estrellas. Me beso y acaricio cada centímetro de mi cuerpo, me chupo en los puntos exactos donde mi cuerpo estallaba de placer, me dejé llevar por cada una de sus embestida, gritos y jadeos incontrolables salían de mi garganta. Verlo arrodillado mientras me penetraba con el reflejo del sol sobre nuestros cuerpos, el movimiento de su tatuaje, un pez koi, a un costado de su tronco, tatuaje que jamás había visto pero me hipnotizaba, y sus abdominales. Definitivamente era el mejor domingo en años. Pero como todo lo bueno se acaba a la mañana siguiente el horroroso sonido del despertador volvió a sonar, amanecí en sus brazos y no puedo creer que hay algo más que buen sexo me mueva, siento algo o talvez mis sentimientos hacia él jamás se fueron y por esa razón nunca pude tener una relación normal, pero no estoy lista para admitirlo. Nos vestimos entre besos y caricias, buscamos las maletas en su hotel porque por los días que le quedan en la ciudad se quedará conmigo, llegamos a mi oficina agarrados de las manos, bronceados y felices. Un ramo de flores estaba en la mitad del escritorio con una nota, busco la mirada de Ethan, por un instante pensé que me las había enviado. Me niega con la cabeza lo que me obligó a acercarme a la nota anónima con una sola frase la cual mientras leía por algún extraño motivo me hizo pasar por mi cuerpo una serie de emociones, las cuáles me recorrieron alegría, emoción y miedo, ¿quién pudo haberlas enviado? “Me gustas mucho” - CARLOOOOS – grito. - Señorita Blue, dígame. - Que hacen esas flores aquí, las odio, por favor bótalas, las flores solo sirven para atraer moscos. - Si señorita. Las retiro y mientras salía de la oficina observo a Ethan, y puedo jurar que un atisbo de tristeza se atravesó en su mirada, para luego bajar la cabeza. - ¿Quién es él? – pregunta Ethan. - Uno de los trabajadores. - Ustedes dos ¿han tenido algo? - Noooooo como se te ocurre,¿porqué preguntas? - Nada, impresiones mías. - Y ahora ¿en que estábamos? Y por si las dudas, hicimos el amor en mi oficina, la cual está oficialmente inaugurada.
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