RIAD, ARABIA SAUDITA. Mierda. Mierda. Mierda. Su hermano estaba fuera de línea. Habia llegado a sus oídos una escandalosa noticia en la que deseaba no pensar. Era fría y recordó un comentario de su hermano en una de sus llamadas. No importa lo que pase en Estambul, ustedes deben continuar. Samir entendía mas que ella su identidad, su persona y todo lo que tenía que ver con el mundo al que pertenecía, así que, si tenían algo claro, era que, en cualquier momento, podía llegar a sus oídos la fatídica noticia de que su hermano mayor estaba muerto. Aunque siempre lo estuvo ¿No? Kirina pasó las manos por su cabello. Todo se habia detenido a su alrededor y Samir no parecía estar dispuesto a despertar. Ella no abandonaba el hospital y en un intento desesperado por ganar tiempo, pidió a

