(…) Las semanas fluyeron con mucha rapidez. Antes de que Elif pudiera darse cuenta, el calendario marcó que cuatro semanas habían pasado, un mes completo. Un silencioso mes donde la casa pareció quedar envuelta en penumbras. Ruzgar se negó a recibir visitas de gente del exterior y todo el mundo parecía estar tenso después de lo ocurrido. Lo único que Elif sabía al respecto, era que no se había encontrado al culpable. Los muertos no dieron pistas y eso estresaba a Ahmet. Tenía semanas sin salir a tomar el sol y pensó que tomar un poco de aire le haría bien. Sus prendas eran pulcras, casi aburridas y su cabello estaba suelto con despreocupación, porque así se sentía, se sentía sin emociones o ganas de nada y eso era bueno, al menos no quería golpear su cabeza contra la pared. Estaba suma

