ESTAMBUL Venganza. Tan dulce, como peligrosa. Ruzgar lanzó sobre la mesa ciertos dados de manera metafórica. Debía pensar con inteligencia el camino correcto, para la dañina venganza que estaba maquilando en su malévola cabeza, pero antes de poder cumplir con la defensa de su adorada hermana menor, hubo alguien que terminó delante de él aquella noche y que llegó de manera inesperada. Era jodidamente escurridizo y cuando pisó Estambul, creyó que le tratarían con mucha diplomacia, sin embargo, el Güven no trataba así, a nadie. Zurab Zhengelia habia sido llevado a la ciudad para dar explicaciones sobre el atentado que sus hombres cometieron a cambio de una enorme suma de dinero. Todo aquel que quería verlo, debía dar con el precio, sin embargo, en cuanto estuvo en suelo turco, los buenos

