MERSIN
El sobre tambaleaba en su regazo.
Podía abrirlo ahora o simplemente esperar. La ansiedad la estaba superando, pero la guardó en su bolso con el objetivo de atenderlo cuando volviera y no estuviera metida en esta situación. Cuando el avión aterrizó en el ya conocido Mersin y el auto emprendió su camino hacia la ciudad, no pudo evitar sentir un malestar en el estómago. ¿Qué encontraría? No le gustaban los velorios, porque le recordaban siempre que sus familiares no tuvieron derecho a una despedida moralmente aceptable. Ya no se enfrascaba en la razón, solo en que pudieron haberlo tenido todo y eligieron tener nada.
—¿Cómo están las cosas aquí Ahmet?
—Lo ultimo que escuché, es que estaban tensas. La muerte de Andar Celik puso en alerta a sus más cercanos y aunque el cuerpo de Ok
