—Ruzgar… Kerem lanzó una frase con un tono de advertencia a ver sus ojos asesinos a punto de abalanzarse en dirección del hombre. El Meclis siempre sacaba la peor parte. Odiaba hablar con ellos, pero como todo el tiempo, le eran sumamente necesarios para mantener el poder. —Jamás se ha condenado a nadie inocente al Ölum. Todos los que han besado las llamas han tenido una fuerte razón para hacerlo—espetó con ironía—. Algunos han decidido apuñalar por la espalda y otros, jugar a manipular ciertas circunstancias como si fueran Dios. He dado mi veredicto al respecto y a menos que exista una replica por parte del Mudur será aplicado en Bodrum como toda traidora merece. Todo el mundo volteó en dirección de Kerem, esperando que se pronunciara al respecto, pero como era de esperarse, no tenía

