SEXO DE UNA SOLA NOCHE

1024 Words
El hombre solo mueve su licor de un lado a otro, fijando su mirada en el líquido, nota como el bartender sirviendo los tragos de los demás clientes del "Club Venus" . Suspira bebiendo de un solo trago ese líquido que le quema la garganta. La música resuen en sus oídos. Mariano es un hombre serio, reservado con una vida demasiado privada y muy aburrida, por esa razón fue que tomó la decisión de unirse a éste club; debido al contrato de confidencialidad. De esta manera no expone su trabajo a un riesgo mayor. Además prefiere una música relajada a una demasiado fuerte. De su bolsillo del pantalón, saca su cartera, para dejar la propina sobre la tabla, antes de bajarse de su asiento, su mirada se detiene en una de las trabajadoras, quién lleva puesto el vestido color carmesí de éste lugar. "Típico uniforme del club" piensa. La observa detenidamente a sus curvas, la joven rubia de ojos verdes, alta y con piernas esculturales contonea sus caderas, lo cuál permite que sus curvas luzcan más. Por su parte la chica lo observa por medio del rabillo de su ojo. Toma el pedido de cervezas para alejarse mientras contonea su cuerpo. Desea provocarlo y obtiene resultado, Mariano fija y la sigue con su mirada. Puede notar como deja el pedido en la mesa dónde se encuentran personas con mascaras de conejo. No le sorprende en este lugar cualquier fetiche no es visto como algo malo. Se acerca a la mujer, la toma de su delgado brazo, la chica lo observa pestañando. El corazón del hombre palpita con fuerza, la excitación se hace presente en su pene. -Me gustaría pasar un rato con usted.- comenta con la voz ronca, debido a la excitación. -De acuerdo- la chica rubia muerde seductoramente sus labios. Puede sentir su v****a mojarse. Se acerca al gerente para comentarle la situación; todos los empleados deben comentar la situación con el gerente, de lo contrario seran sancionados. Mariano mantiene fija su vista en la mujer, quién se quita su gafete y se lo entrega a su jefe, el cuál solo asiente y se retira de ahí. Mariana la joven rubia le hace un ademán con su dedo índice, entiende a lo que se refiere. Se acerca y busca su mano,dejándose llevar por ella. Sus pies se dirigen a una de las habitaciones especiales para los empleados. La puerta se abre automáticamente, para cerrarse justo después de que ellos se adentran. Comienzan a besarse, el hombre la toma del cuello sin parar de besarla, mientras que su mano libre se dirige al trasero de la mujer. Lo azota varias veces en cuánto escucha los gemidos de la mujer; ella dirige su mano al pene del hombre, puede sentir que esta duro tal cuál una roca. Se gira para despojarse de vestido, puede sentir la suavidad de la la seda de su uniforme recorrer su cuerpo. Su cuerpo se encuentra cubierto en una lenceria roja con arnés incluido al igual que piedras de imitación. Sin pensarlo dos veces Mariano se desprende rápidamente de su estorboza ropa. La rubia se arrodila para meter el duro pene en su boca, comienza a succionar con fuerza. Mariano toma su cabello en una cola de caballo y comienza a marcar los movimientos con su cadera. Baja su mirada y se encuentra con los ojos avellanas. La habitación se llena de gemidos Mariana no para de disfrutar el momento, no le importa que su boca duela, ella quiere pasar solo una noche de placer. Mariano la levanta para tomarla de los muslos, ella enrolla sus piernas a la cadera del hombre apuesto y fuerte. La deja sobre la cama y besa sus labios, cuello, pechos, abdomen, sus piernas, sus muslos hasta encontrarse con sus labios rosados. Los abre para comenzar a lamer, chupar y succionar. La mujer se retuerce de placer; sus gemidos de placer se hacen presentes. Unos minutos más tarde el hombre siente un chorro de placer provenir de la mujer, la cuál tiembla por lo sucedido. El hombre saca del bolsillo de su pantalón un preservativo, lo abre y lo coloca en su pene erecto. La comienza a penetrar lentamente, juega con la entrada de su v****a rosada, cuando menos lo espera la penetra con fuerza. Mariana coloca sus piernas sobre los hombros del hombre.. Mariano se inclina y comienza a lamer el cuello de la joven, después se dirige a los pezones rosados, los retuerce, lame y muerde suavemente. La chica se pone en cuatro, y puede sentir más placer de esa manera, sus cuerpos se encuentran sudados. Ya ni siquiera sienten el aire acondicionado. El olor a sexo se hace presente en la habitación. El hombre sale del interior de la rubia, se dirige al closet y saca un latigo. -Haz lo que quieras-comenta la chica sin ningun problema. Sigue en cuatro. La rubia chilla de emoción al sentir el juguete s****l sobre sus nalgas. Mariano comienza a notar como el color rojo se expande en la piel de las nalgas blancas de la mujer. Muerde con fuerza su trasero y se aleja para decir: -¡Eres una sádica! - -¿Eso es malo?-pregunta enarcando una de sus cejas. -Eso lo hace más emocionante-comenta mientras sigue con los látigos en el trasero de la mujer. -Continúa-comenta mientras se muerde los labios para no gritar debido a lo excitada que se encuentra. - ¡Pegame más duro! Dos minutos y varios latigazos después, el hombre la toma de las caderas para penetrarla con fuerza. Realizan varias poses hasta que ambos llegan a su órgasmo. Mientras Mariana descansa, Mariano se retira el preservativo para desecharlo, lo ata en un nudo y lo tira. Se acerca a la cama y nota el trasero rojo de la mujer. Ella le entrega un bote con un aceite. El entiende su mensaje. Aplica el aceite en las blancas nalgas de la mujer. Realiza un masaje en las nalgas. La mujer solo sonríe y le da las gracias. Ambos se besan y se visten rápidamente para salir de la habitación. De todas formas fue sexo de una solo noche.

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