La diabla y el lobo

Capitulo 1

Katrina

Aquí me encuentro oyendo como mis padres, mis hermanos y mis ''amigos'' me esta cantando cumpleaños, pues hoy hago un siglo desde que vine a la vida como un demonio, algo que por cierto odio. Ser demonio significa tener que alimentarme del miedo de las personas o de los animales y también de su alma, algo que odio con todo mi ser, diría que con mi corazón pero este no empezara a latir hasta que encuentre a mi vida, es decir la persona que la Diosa Luna elija para que ame por toda mi vida pero esta persona parece que no quiere aparecer. Mi padre encontró a mi madre con dieciocho años, mi hermano Mijail con veinte y mi hermano Kail con dieciséis. He llegado a creer que no voy a tener la mía y muchas personas se han ofrecido a casarse conmigo pero con un siglo de edad y con la apariencia de una persona de diecisiete todavía tengo la esperanza de encontrarla, nunca es demasiado tarde, además mi padre parece encantado con esto. Aunque para mi padre todo lo que haga esta bien, aunque voy al revés de todos los demonios, ellos atacan a las personas y a otros seres sobrenaturales y entiendo que la necesitan pero también se pueden atacar animales aunque ellos consideran a los hombres-lobo como animales. En cambio yo siempre intento ayudar a cualquiera sin importar quien es pero los hombres-lobo son rehaces y yo quisiera que esa enemistad entre las razas desaparezca, el odio entre estas dos razas es incluso mayor que el de hombres-lobo y vampiros. Terminan de cantar y reparten el pastel para las más de treinta personas que nos encontramos aquí, algo bastante pequeño teniendo en cuenta que soy la heredera pero mañana me voy de viaje fuera del país con mi instituto de pijos humanos pues el de demonios ya lo termine y quise ver como era vivir con ellos. Por eso cuando regrese se hará una fiesta más grande.

Gracias por todo.- digo mirando a mis ''amigos'' con una sonrisa falsa y a mi familia con una sonrisa de verdad, para mi ellos lo son todo.- Pero mañana he de despertar temprano para ir al viaje con los humanos.

Pero hermanita, nosotros no dormimos.- ¡ mierda!, algunas veces pienso que Mijail me odia, pues siempre trata de que me haga daño o de que lo pase mal de alguna manera.

Ya, igual debo hacer algunas cosas y era una forma sutil de pedir que me dejéis sola pero gracias hermano.- Mijail me sonríe y todos se van.

Cuando me cerciono de que nadie queda por el palacio, salgo de el y voy hacia la laguna de la Diosa Luna para pedirle que mande pronto a mi vida, estoy desesperada por encontrarla, pues aunque todavía soy joven, necesito de su apoyo. Me arriesgo mucho al ir allí ,pues esta en territorio de lobos pero si voy como un demonio y no como una humana, no me harán nada, pues todas las manadas de Rusia conocen a la hija de Dimitri Nóvicov. Dejo mi mascara de humana, mis ojos siguen siendo los mismos , al igual que mi pelo pero mi piel se torna más pálida, mis uñas se convierten en unas largas garras negras, y al ser una princesa heredera, de mi espalda salen un par de alas negras, parecidas a las de los ángeles, la diferencia es el color. Estoy ya en la laguna, me arrodillo y hago lo único que un demonio no se atrevería ha hacer nada, llorar, lloro por la impotencia de no poder decidir, pues siempre se espera de mi que haga lo correcto por mi posición, lloro porque en momento de debilidad creo en verdad en las palabras de Mijail, de que cuando encuentre a mi vida, este me rechace por mi aspecto frágil, a pesar de que no soy nada frágil. Lloro hasta que una pequeña mano se pone en mi hombro, por el olor se que es una cachorra, una loba de no más de diez años. No entiendo porque hace esto, aunque no estemos en guerra, a los niños en las escuelas se les enseña a odiar a los demonios y en las nuestras a odiar a los lobos y a pesar de eso parece que esta niña y yo no aprendimos esa lección. Me giro y la veo, es morena, su pelo es largo y castaño, sus ojos que están llenos de lagrimas son de color café, es una niña preciosa y no entiendo porque llora.

Me... me he perdido y unos cazadores me persiguen.- con esas palabras parece que ha llamado la atención de estos cazadores que salen con una sonrisa surcando en sus labios. Tomo a la niña en brazos y nos cubro con mis alas para protegerla a ella y a mi de las flechas que los cazadores nos lanzan. Cuando estas cesan , nos descubro, duele como los mil demonios las flechas clavadas en mis alas , pues son como si fueran unos brazos más, pero no dejo que ellos vean mi dolor. Nunca odiare a los cazadores , pues hay seres sobrenaturales descontrolados que merecen morir pero también deberían saber que existen otros que no son así y más atacar a una niña tan pequeña.

Me meto en sus mentes y aunque detesto hacerlo, la niña es más importante; reproduzco en su mente sus mayores miedos, no es necesario que los mire para esto.

Soy Katrina y esta a salvo, ¿ dime cuál es tu manada?- la pequeña se acerca a mi y me hace agacharme para decírmelo.

Soy Sonja y mi papá es el Alfa Duriel.- ¡ mierda! Conozco a esa manada y solo espero que no me maten.

Tomo a Sonja y me elevo al cielo sintiendo todavía dolor en mis alas y se que tardaran en sanar pero no voy a dejar que maten a una niña y se que Duriel debe de estar pasándolo realmente mal. Se lo que adora a su hija menor. Me dirijo hacia su manada y al llegar, algunos guardias intentan apartarme de su lado pero Sonja los hace a un lado y pide que nos lleven con su padre.

Al llegar a su despacho Sonja entra sin llamar tirando de mi y al entrar sus dos hermanos que tienen mi edad y sus padres están allí, Sonja me suelta y va a abrazar a su madre, yo sigo en mitad de la sala ante la atenta mirada de sus hermanos, cuando siento que las piernas me fallan y caigo sangrando por mis alas. Sonja se separa de su madre y corre hacia mi.

No te preocupes por mi ,pequeña se curaran, ahora debes de estar con tus padres y yo debo de estar en mi casa.- Guardo mis alas con mucho dolor pero no lo muestro.

Gracias por salvarme de los cazadores.- le sonrió, les hago una reverencia a los Alfas y me voy.