Max salió e hizo algunas llamadas para comprobar que se pudiese pedir la orden y pidió algunos favores. Drake se despidió con un beso en mis labios antes de ir a entrenar y mis hermanas me dejaron para ir a comprar cosas con el abuelo/tío Sebas. Estaba por dormirme cuando ala habitación entraron Odessa y Onix, junto con mi mamá la cual parecía un sargento. Las dos mujeres traían unos regalitos para los bebés, les di las gracias y ella me felicitaron lo que pocos habían hecho. —¿Escucharon la noticia? —pregunté y mis amigas asintieron. —Dos niños y una niña. —Tu papá se lo ha contado hasta los guardas. —Sí, todo el hospital y tooodas nuestras familias lo saben —contestó mi mamá. —Estoy feliz de tener una nieta, no saben lo que la voy a consentir. —Una nieta y dos nietos. —Tus he