De pronto todo el lugar se volvió un caos, la gente que estaba alrededor corría despavorida con miedo a salir heridos, el sujeto que tenía al niño caminaba despacio con el al mismo tiempo que los guardaespaldas del Dios griego le apuntaban con sus armas.
—Sum el tipo se va a llevar al niño, hay que llamar a la policía.
—No! esto se haría un caos, quédate aquí.
—Summer que diablos haces no te hagas la heroína. No es nuestro problema.
No le hice caso camine sin ser vista, no sin antes analizar la situación, notando que muy cerca había una camioneta que estaba esperando al tipo, actúe rápido y me acerque hasta la camioneta para mi fortuna el tipo del interior no me vio.
Aguarde un minuto en lo que él secuestrador llegaba con el niño, podía ver cómo los guardaespaldas le decían al tipo que soltará al niño y el arma, que no tenía escapatoria.
—No cometas una locura deja esa arma suelta al menor y entrégate.
El supuesto guardaespaldas del niño, le decía al secuestrador quien no tenía ni las más mínimas intenciones de soltar al pequeño y entregarse.
—PAPI!!! TENGO MIEDO.
Podía ver cómo temblaba de miedo, un escalofrío recorrió todo mi cuerpo y un instinto de protección se instalo en mi, era aún más fuerte que cuando cuido a otra persona y no se porque pero mi objetivo es que él pequeño no salga herido.
—Tranquilo campeón todo va estar bien.
—No se acerquen o le vuelo la cabeza.
Dejo de escuchar a las personas y me enfoco en mi objetivo, y como si de una película se tratara golpeó al sujeto por la espalda logrando que tire el arma y suelte al niño, corro hasta el pequeño y lo pongo detrás de mi.
—Estas bien.
—Si señorita, solo tengo miedo.
—Tranquilo, ya estás a salvó.
Le digo al pequeño, volteo a ver al sujeto quien trata de tomar su arma, camino hasta el y lo golpeó para dejarlo inmóvil al mismo tiempo que sale el sujeto de la camioneta y logra subirlo abandonado el lugar, varios hombres salen tras ellos, yo regreso al lado del niño que no dejaba de llorar. Me arrodillé para quedar a su altura y darle un abrazo en señal de consuelo
—Ya no llores todo está bien, ya no te va hacer daño.
—Gracias, por salvarme del señor malo.
—Hijo!!!
Él Dios griego llega y se arrodilla abrazando a su hijo, al mismo tiempo que él hombre que se supone que debe de cuidarlo. Me molesta mucho porque trae cara de que hicieron su trabajo.
—Qué diablos te pasa. En qué estabas pensando dejando solo al pequeño y al cuidado de un inepto.
—Qué le pasa a usted por qué me empuja.
EL papá del niño se levanta con su hijo en brazos.
—Muchas gracias por lo que hizo por mi hijo, no sabe cuánto se lo agradezco, le salvó la vida. Pero no me vuelva a empujar, lo que pasó no fue mi culpa o de su guardaespaldas .
—Quizá si no fue su culpa pero si del tipo que lo cuida, si se puede decir que lo cuida.
Volteo a ver al baboso del guardaespaldas que me está fulminando con la mirada, no se porque si no dije una mentira.
—Y no me agradezca, no podía dejar que se llevarán al pequeño.
Le doy una sonrisa al pequeño y camino hasta donde está mi amiga no sin antes decirle un amor de cosas a esos dos.
—Señor.
—Si.
—Esto se pudo haber evitado si su guardaespaldas no hubiera estado coqueteando con una mujer y usted metido en el celular, debe de cuidar los detalles, no siempre habrá alguien que evite realmente este tipo de situación.
Dicho esto me doy media vuelta y salgo del lugar en compañía de Joselyn quien aun no creé en lo que acaba de pasar.
Enzio.
Llegó al hotel donde me estoy quedando, mi hijo se durmió en el camino, después de lo sucedido no quiso que me separara de él. Lo acuesto en su cama y camino hasta la sala del la habitación.
—Qué fue lo que pasó.
Me dice Carson mi mejor amigo y jefe de seguridad,
—Es precisamente lo que quiero saber cómo demonios sabían que estábamos en Milán.
—Lo más seguro es que nos estaban siguiendo.
—Todo fue tan rápido, recibí una llamada de mi asistente, me distraje por un momento, cuando ese tipo apareció y saco su arma le apunto en la cabeza a Nick, por un momento pensé que lo mataría o se lo llevaría.
—Ese era el objetivo.
—Ya sabes quién es la chica que evito que se llevaran a mi hijo.
—Si y déjame decirte que es muy buena en lo que hace, y también que tenia razón cuando te dijo que Gideon no estaba cuidando a mi sobrino.
Dejo mi copa de whisky y me pongo al lado de Carson quien me muestra el video de seguridad del centro comercial donde se puede ver cómo el guardaespaldas de mi hijo se pone a platicar con una mujer descuidándolo por completo.
—Dime quien es ella.
—Su nombre es Summer Valentine hija del dueño de Vinos Casa Blanca, tiene veinticuatro años, esta graduada de la academia naval, fue una de las mejores de su año, estuvo en las fuerzas especiales de la marina, sabe diferentes artes marciales, estuvo en control de tácticas y en misiones las cuales supongo fueron peligrosas porque están selladas además de que recibió la medalla por su participación en la amenaza a de Corea, en este momento trabaja para una agencia de seguridad, una de las mejores de Milán. Déjame decirte que es una mujer muy hermosa y extraordinaria si dejaría que me cuidará.
Por alguna extraña razón sus palabras me molestaban y mucho.
—La quiero para mí
Mi amigo levanto una ceja y dibujo una sonrisa pícara.
—Vaya es la primera vez que te escucho hablar así de una mujer en años.
—No me veas así, no es lo que piensas, la quiero para que cuide a Nicolás.
—Eso sería genial, pero no sabemos si tiene trabajo, necesito contactar a Owen Miller para ver qué podemos hacer.
—Haz lo que tengas que hacer, ofrécele triplicar su sueldo, pero la quiero trabajando para la seguridad de Nicolás.
—Perfecto dame unas horas. Antes de irme dime qué vamos hacer con Gideon.
—Despídelo.
—Estas seguro.
—Si, gente como el no me sirve.
—De acuerdo.
Carson sale del pent-house al tiempo que Sabrina llega continuando sus caderas sensualmente.
—La ciudad de Milán es un paraíso.
Me dice sentándose en mis piernas.
—Dóndee demonios estabas.
Hago un movimiento para que se baje, no quiero que entre Nick y nos vea.
—Te pedí permiso para salir a recorrer la ciudad y acabo de llegar.
Se cruza de brazos y comienza a hacer gestos como de niña pequeña, eso es algo que me desespera. Vuelve a sentarse en mis piernas y comienza a mover su trasero sobre mi pene.
—Aquí no Sabrina Nick puede despertar y no quiero que nos vea.
—Creo que ya deberías de decirle que estamos juntos para que así me vea más que su simple niñera.
Sabrina es la niñera de Nicolás desde hace dos años y llevamos casi un año teniendo sexo sin compromiso, lleva ya tiempo pidiendo que hagamos formal lo que supuestamente tenemos, es buena en la cama pero no tanto para que la haga más que mi amante.
—Sabrina ya hablamos al respecto.
Le digo mientras hago se levante de mi, como dije no quiero que mi hijo nos vea y piense que estoy con su niñera.
—Ya se aún no quieres nada formal solo te sirvo para satisfacerte.
—Es lo único que te puedo ofrecer, si no quieres eso será mejor que…..
—No, no , no. Con eso estoy bien.
—Mejor dime, porque estás de malas, algo salió mal con tus negocios.
—No, lo que pasa es que quisieron secuestrar a Nick.
—Que? No puede ser, dime el niño está bien.
Me dice tocándose el pecho, ella quiere mucho a mi hijo y el a ella, a veces eso me conmueve mucho, Nicolás no ha tenido una figura materna desde la muerte de mi esposa, Sabrina es como una madre para el.
No lo voy a negar ese tipo de actitudes hacen que piense en formalizar con ella, pero siento que no podría amarla como se merece, mi amigo dice que a pesar de estos años aún sigo enamorado de Madeleine porque aún llevo puesto el anillo de matrimonio y que por eso me cierro a la posibilidad de volver a amar, también que Sabrina no es lo que aparenta y que es mejor que no la tome enserio.
—El está bien, por fortuna los secuestradores no pudieron llevárselo.
—Gideon lo impidió.
Me dice como si estuviera sorprendida quizás sepa de algo que yo no. No lo sé en este momento no quiero debatir.
—No, fue otro guardaespaldas que se encontraba en un mismo centro comercial gracias a eso no se lo puedo llevar.
—Vaya! que bueno que todo esté bien.
Ella se pone a mis espaldas y comienza a masajear mis hombros, trato de relajarme pero no puedo, la tomo de la mano para que se siente en el escritorio, me levanto y con mis piernas abro las de ella, rápidamente comienza a quitarme la ropa y yo a ella y cuando estoy a punto de penetrarla la imagen de aquella mujer viene en mi mente me sobresalto y me aparto de Sabrina.
—Qué sucede porque paras hice algo mal
—No, disculpa tú hiciste nada solo soy yo que estoy cansado será mejor que te vayas a tu cuarto mañana tenemos un día largo.
Tome mi ropa y comencé a vestirme salí de mi despacho y me encerré mi recámara no sé qué diablos esté pasando conmigo ni por qué la imagen de aquella guardaespaldas se vino a mi mente pero tengo que averiguarlo.