Estaba aún más agradecida después de nuestra primera ronda de amor y los muchos orgasmos que le había proporcionado. Jadeaba, pero sonreía ampliamente.
No está mal para una noche de entre semana.
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El lunes, me alegré de ver a Taylor llegar al trabajo con sus pantalones nuevos y ceñidos y sus brillantes tacones negros. La blusa que llevaba era nueva y no la había visto. Fue de compras sola el fin de semana. Se le veía el escote. ¡Joder, sí! Taylor tenía un pecho espectacular... ¡y unas tetas increíbles! ¿Por qué había estado ocultando todos sus atractivos?
Además, por primera vez vi su cabello brillante recogido en un moño, en lugar de un moño o una coleta modificada. Taylor también llevaba maquillaje, aunque un poco exagerado, en mi opinión. Tuve una idea e hice algunas llamadas durante un par de descansos por la mañana. Durante el almuerzo, fuimos a una tienda especializada en maquillaje llamada Blue Mercury.
Taylor se sentó en un taburete en la tienda, y una de las maquilladoras y yo criticamos su nuevo look. Le quitaron parte del maquillaje, y Anne, nuestra maquilladora, le aplicó nuevos retoques en los ojos, las cejas y las mejillas. Los cambios fueron sorprendentes al sumarlos. Anne nos explicaba constantemente cómo usar y aplicar el maquillaje, los tonos de piel de Taylor, los colores, los contrastes y más. Todo estaba adaptado al tono y la textura de la piel de Taylor.
Llegué primero a la caja y cargué $350 en maquillaje para Taylor a mi tarjeta de crédito. Parecía disgustada, pero aceptó sin rechistar. Taylor protestó. Le expliqué que si quería convertirse en alguien a quien yo considerara candidata a novia, entonces yo era quien iba a gastar el dinero en ella para que así fuera. Discutimos y ella perdió, pero en cierto modo ganó.
Al salir de la tienda, todos los hombres que nos cruzábamos en la calle se giraban para mirar a Taylor. Era guapísima, pero con un aire natural. Intentaba recordar toda la terminología que Anne usaba mientras corría de un lado a otro haciendo magia con misteriosos químicos de colores. Al entrar en nuestro edificio, llamé la atención de Taylor a todos sus admiradores. Ella lo había notado, pero no sabía qué hacer.
Taylor, hiciste exactamente lo correcto. Mantuviste la cabeza alta con orgullo y seguiste caminando y hablándome con determinación. ¿Qué habría pasado si estuvieras sola y un hombre te detuviera y te invitara a tomar un café o una copa con él?
Taylor me miró con la mirada perdida. Nunca imaginó esa posibilidad.
Me reí. - Tengo que explicarte las frases para ligar, las respuestas y tus opciones. Piensa en tus respuestas como un espectro que va desde un rotundo «no» hasta un rotundo «sí». Hablaremos más después de que trabajemos en serio. -
Le di un abrazo cortés en el ascensor y volvimos a los escritorios.
Estuvimos bastante ocupados los siguientes días, así que no tuve tiempo de prepararme mucho hasta que terminé los "diez casos difíciles" que Harrison me había dado. Cabe destacar, como supe una semana después, que a Gordon Vega le retiraron la oferta de trabajo. Nunca sabría por qué ni quién lo acusó de ser un completo impostor.
El viernes le trajeron flores a Taylor al trabajo. Era un ramo muy considerado y la tarjeta decía: «Solo pensando en ti. Gracias por estar en mi vida. TB». Escuché al repartidor y a ella gritar de alegría al saber que eran para ella. Pude oír cómo quitaban el envoltorio y demás antes de ir a la puerta de mi oficina a ver qué pasaba. Estaba leyendo la tarjeta.
Hoy se veía muy elegante. Llevaba una falda a cuadros que le llegaba hasta la mitad del muslo y una blusa bastante ajustada que marcaba su figura. Llevaba tacones otra vez, lo que hacía que sus piernas se vieran muy bien formadas. Estaba realmente atractiva.
Ella me miró y dijo. - Recibí flores... de TB. - Su mirada sugería que aún no había descubierto quién era 'TB'.
Sonreí y le tiré un beso. Dije. - Mmm. ¿Un novio temporal, eh?-
Se le encendió la luz sobre la cabeza. Taylor corrió a través del espacio que nos separaba y me abrazó. Me agarró, pero se apartó. "Muchas gracias. Nunca antes me habían regalado flores". Estaba a punto de llorar, y era evidente que estaba muy emocionada por el acontecimiento.
Dije con sinceridad. - Yo también quise decir cada palabra de la tarjeta. - La abracé.
* * * * *
El viernes por la noche, tuve una cita con Katie Ferguson, una antigua clienta del departamento de recursos humanos que había cambiado de trabajo a una empresa local. Estaba divorciada y estaba cachonda. La cena consistió en una pizza tardía que nos trajeron a mi apartamento después de dos horas de sexo. Katie abrió la puerta desnuda y con tacones. Parecía encantada de enseñarle sus productos al repartidor de dieciocho años.
Katie se quedó el fin de semana, y yo estaba hecho un desastre el lunes por la mañana cuando se fue después de "un último polvo".
* * * * *
El lunes fue un día ajetreado, pero invité a Taylor a una cena informal. Terminamos en un pequeño bistró de mi barrio. Parecía muy contenta de ser mi acompañante.
Después de tomarnos unas copas, me preguntó. - Quiero saber cómo haces el amor con dos mujeres en tu cama a la vez. Me dijiste que hace un par de fines de semana estuviste con Mónica y su mejor amiga. ¿Cómo lo hiciste?-
Intenté pensar en la mejor respuesta. Empecé. - Emocionalmente, tengo que repartir mi afecto entre dos mujeres, y procurar que ninguna sienta celos de la otra. - Las dos mujeres lo hicieron un poco más fácil, además, Mónica había organizado el trío, así que Macy no parecía molesta en absoluto cuando estaba con Mónica.
A ver, nos turnábamos. Yo hacía una y luego la otra. A veces, estaban juntas y yo alternaba entre ellas en la misma ronda, metiéndolas en una y luego en la otra, una y otra vez. En ese caso, también podía meterle el dedo a la chica con la que no me estaba acostando para mantenerla nerviosa.
Otra forma de hacerlo era que yo me tumbaba boca arriba y una de ellas metía mi polla dentro y empezaba a meneársela. La otra se montaba sobre mi cabeza para que le comiera el coño. Una vez, nos corrimos todas a la vez. Es raro, pero muy agradable.
-Por último, una de ellas se tumbaba boca arriba, la otra se subía a su cara para que la lamiera mientras yo me follaba a la que estaba en decúbito supino. -
Taylor jadeó. - ¡Eran mejores amigos!-
Me encogí de hombros. - ¿Y qué? Les gustaba tener sexo y parecían muy bien juntos. Cuando yo descansaba, jugaban juntos sexualmente. Era muy estimulante verlos, debo añadir.-
Vi a Taylor sonrojarse.
-Taylor ¿por qué te sonrojas?-
-El lenguaje, los términos y la situación. No estoy acostumbrado a ellos.-
Lo pensé un momento y le dije. - Esta noche, cuando llegues a casa, quiero que veas porno. En concreto, quiero que veas un par de vídeos cortos donde dos hombres se follan a una jovencita guapa. Quiero que pienses que eres tú. Mañana cenaremos y quiero que me cuentes lo sucedido como si hubieras sido tú y que hubieras disfrutado cada segundo. Quiero que uses términos gráficos y groseros. Eso también se llama 'hablar sucio'. Quiero que aprendas el vocabulario y también a contar una historia corta con esos términos. -
Taylor parecía avergonzado pero prometió hacerlo.
Durante la cena, Taylor me habló de su infancia en un suburbio de Rochester. Le pregunté sobre sus estudios e incluso sobre sus trabajos de verano. Me hizo hablar de mi infancia en Long Island, la universidad y, luego, por qué elegí Boston.
Después de cenar, acompañé a Taylor a mi piso de soltero. Era toda una mirada al entrar. Tenía casi el triple de metros cuadrados que ella, y la decoración y los muebles estaban mejor coordinados. Incluso me acosté con la decoradora en la sala después de que terminara con el apartamento. Desde entonces somos amigos con derechos.
Le enseñé el lugar a Taylor. Observó la cama king size, incluso bajó las sábanas para observar el color y la textura. La invité a explorar los cajones de la mesita de noche. Sacó los vibradores, el lubricante y un par de juguetes sexuales que a veces uso con mis visitas.
Taylor curioseó un poco en mi baño, e incluso se fijó en mi colección de cepillos de dientes nuevos para visitas. Simplemente señaló y sonrió ante la idea. Le pareció bien.
De vuelta en la sala, ella echó un vistazo a cada libro de mi estantería y luego curioseó en mi cocina. Mientras lo hacía, decidí provocarla. Le dije. - El fin de semana pasado, me follé a una chica llamada Katie mientras estaba tumbada justo donde tienes la mano en esa encimera. -
Taylor apartó la mano de la encimera como si le ardiese. Luego examinó la zona, pero solo era una encimera limpia y bonita. Me reí a carcajadas y al final ella también.
Pedí un Uber para llevar a Taylor a su casa y la despedí en la acera con un abrazo cariñoso pero casto.