Vulgar chismoso

1933 Words

ZOE El elevador de la oficina nunca había sido mi lugar favorito. Demasiada gente, demasiadas miradas, demasiadas preocupacieones de oficina mezclado con café. Esa mañana iba con los pies todavía lastimados por las ampollas y mis zapatillas en penitencia en mi bolsa de mano, porque me había puesto unos tenis para andar por casi tres horas para llegar, el elevador se convirtió en el escenario de mi sentencia. Justo cuando corrí hacia las puertas antes de que se cerraran, choqué de frente contra un pecho duro, envuelto en una tela suave, fina, y con un perfume que me había perseguido en mis sueños más húmedos. — Ay, por favor. —Murmuré, llevándome la mano a la frente. Bajé la vista y vi el saco n***o, la corbata impecable, y esos malditos zapatos que brillaban como espejos. Nikolai Fost

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