Pasé toda la hora pensando en el chico amante del planeta. Esperaba que no siguiera siendo aterrador cuando tuviéramos esa dichosa clase juntos. Jamás me había percatado de su belleza hasta hoy, ¿será realmente alumno de esta universidad o solo es un extraño que decidió entrar porque le pareció divertido? Mi mente seguía en constantes pensamientos, últimamente era lo que más hacía y gracias a eso a veces me dolía la cabeza. ¿Tan idiota soy para tener dolor de cabeza por pensar demasiado? Entré a mi siguiente clase avisándole a Liana. —Bueno, sí tenemos a la chica que no quiere a su planeta —con esto puedo estar segura que no era un rarito que entró por diversión. Enseñé mi mejor sonrisa al escuchar la voz grave del chico, me di la vuelta y él estaba sonriendo de lado; algo que realmente