Elmud no intervino en el intercambio familiar. Simplemente esperó a que Pyro terminara de despacharse antes de que ambos comenzaran a caminar hacia la pista de baile con pasos decididos. Elgon los observó alejarse mientras hacía una mueca en sus labios, negando con la cabeza mientras Ignis suspiraba con resignación.
—Nunca cambian —murmuró la Elfa, volviendo su atención a sus hijos.
—Esto no terminará bien —murmuró la madre de Clara y Darío, aunque había humor en su voz.
—Creo que Elmud tiene sentimientos por Abigail, pero le da vergüenza afrontarlo porque la diferencia de edad es colosal —dijo Elgon suspirando.
—No lo sé, Elmud no tenía pareja ni en nuestro tiempo, quizás solo la quiere y ya —contestó Ignis viendo como los dos Elfos iban a donde estaban las princesas.
Pyro alcanzó la
