Seraphina había llevado a Keith y Thane hasta las caballerizas del palacio, aprovechando que tenían tiempo antes del torneo. La rubia caminaba con un entusiasmo que le costaba ocultarlo mientras sus hermanos la seguían con expresiones cautelosas. El olor a heno fresco y cuero llenaba el espacio amplio, y el sonido ocasional de algún caballo moviéndose en su compartimento creaba una atmósfera tranquila que contrastaba con la tensión que todos sentían ante lo que vendría. —Miren —dijo Seraphina deteniéndose frente a uno de los compartimentos y señalando hacia el interior con una sonrisa, esa era la yegua de David—. Ese es un caballo de especie Flare. Keith y Thane se acercaron, observando al animal con atención. Era una yegua hermosa de pelaje castaño claro que brillaba bajo la luz filtrad

