Capítulo Vl. Rescatada

1351 Words
Narra el líder de los Yakuza Salí de la habitación y me dirigí al patio trasero, donde mis hombres me estaban esperando. Les había ordenado secuestrar al hijo de Ian y a su guardaespaldas. -Pero bueno, mira a quién tenemos aquí.-Dije con una sonrisa arrogante. Wei Yi sólo me miró con asco. Es evidente que me quiere muerto. -¿Dónde está Mattia? Más te vale no haberlo matado. -¿O si no qué?¿Me vas a matar tú? Podré ser todo lo que ustedes quieran, pero nunca le haría nada a un niño. Mattia está seguro, la cuidadora se encarga de él. Decido ir a verlo y por el camino se me ocurre una idea. Llego hasta la habitación y veo a Mattia jugando con la cuidadora. -Me lo voy a llevar. - No esperé una respuesta y lo cogí. Este niño es hermoso. Sus ojos son grandes y azules gracias a su parte occidental y a la vez rasgados por su herencia oriental. Llegamos a la habitación donde tenía encerrada a Acerina. Al entrar la chica actuaba un poco raro, como si hubiese hecho algo pero no quisiese que me enterase. No vi nada fuera de lugar por lo que no le di mucha importancia. Mattia, quién no dejaba de llorar, se calmó en cuanto vió a Acerina. -¿Qué hace Mattia aquí?- Preguntó confundida. -Lo secuestré. -¿Enserio?No me digas, no me había dado cuenta. Me refiero a por qué lo secuestraste. -Porque así tenía más oportunidades de que ellos vinieran. -¿Me lo das?-Dijo señalando al niño. -Claro que sí. Estaba esperando a que me lo pidieras. Está empezando a oler un poco mal. -¿Le han cambiado los pañales? -No. -Entonces explicame como quieres que huela bien. Tráeme todo para poder cambiarlo. -Tú a mi no me vas a dar órdenes. -Bien, tendré que usar esto- Dijo señalando unas sábanas carísimas. -Ni se te ocurra. Ahora te traigo todo. Después de haberle llevado todo a Acerina fue a ver a Wei Yi. Llego y me encuentro con todos mis hombres en el piso y la silla en la que se suponía debía estar el guardaespaldas vacía. -Malditos inútiles. Solo tenían que vigilar a una persona y ni eso saben hacer. Narra Wei Yi Después de reducir a todos los hombres de Yamato salí de aquella casa. Debo encontrar a los Wang. No se donde están Mattia y Acerina, pero entrar a buscarlos yo solo sería muy peligroso. Iba caminando cuando divisé tres camionetas negras entrar a la casa de los Yakuza. Los hermanos deben estar en alguna de ellas. Salí corriendo, necesitaba refuerzos para ayudarles. Narra Atid La camioneta que nos disparaba consiguió alcanzarnos. De ella salieron cinco hombres. -Salgan de ahí y súbanse a la camioneta. Hicimos lo que nos dijeron. Un paso en falso y estábamos muertos. Llegamos a una gran casa. Estaba situada en lo más profundo de Hailufeng, el lugar más peligroso de China. Entramos por la parte trasera, nos bajaron y nos amarraron a una silla. En eso vemos entrar a Yamato, el líder. Ian no espera a nada y habla. -¿Dónde están mi hijo y Acerina?- Dice con notable enfado. -Quien sabe, alomejor ya no están con nosotros.- Dijo con una sonrisa. -Serás… -Shhh, no hace falta que lo digas. Pero para que estés tranquilo, tu hijo está vivo. -¿Y Acerina? -Bueno…, ella no me daba lo que yo quería, así que no tuve más remedio . Miré hacia mis hermanos y ví lo nunca visto, Yun estaba llorando. Él nunca había llorado por nada ni por nadie, y cuando digo nunca es NUNCA. Narra Acerina Después de cambiarle el pañal a Mattia lo acosté y seguí buscando información. ¿Cómo es posible que se parezcan tanto? Debe de haber una explicación para todo esto. Mi mente empieza a sacar conclusiones cuando algo viene a mi mente. No, eso no es posible, ¿o sí? Unos gritos me sacan de mis pensamientos. Parece que vienen desde fuera. Intento salir de la habitación pero esta está cerrada con llave. Arriba de la cama hay una pequeña ventana que da al patio trasero por lo que decido asomarme y lo que veo me sorprende, los hermanos estaban atados a una silla y el líder de los Yakuza estaba en frente de ellos. ¿Qué está pasando aquí? Ellos de verdad vinieron a por mi. Empleo todas mis fuerzas para abrir la ventana pero la maldita no se abre. Me doy por vencida y decido acostarme un rato con Mattia. Estaba plácidamente dormida cuando un fuerte ruido me despierta. Es como si alguien se hubiese tropezado. Segundos después unos pasos se oyeron y Mattia comenzó a llorar. Los pasos se acercaban cada vez más. De repente paran y el pomo de la puerta empieza a moverse, alguien está intentando abrirla. Mattia seguía llorando y yo estaba que me moría. El pomo dejó de moverse y seguidamente se oyó un disparo. En ese momento todo mi cuerpo se sintió débil y me desmayé. Desperté en una cama que no conocía. Me giré para despertar a Mattia pero él ya no estaba. Empezé a entrar en pánico, no sabía donde estaba y había perdido ha Mattia. Me levanto y me dirijo hacia la puerta sin muchas esperanzas, pero para mi sorpresa estaba abierta. Salgo cuidadosamente y veo las escaleras de la casa de los Wang. Bajo al primer piso y voy directa a la habitación de Mattia donde lo encuentro durmiendo. Me tranquilizo y voy a la cocina,¿cómo habré llegado hasta aquí? Escucho la puerta de la entrada abrirse y todas mis dudas se resuelven. Veo entrar a los hermanos, 1,2,3, falta uno. -¿Dónde está Ian? -Buenos días a ti también. Está en su habitación descansando, él fue quien nos salvó.- Dijo Ryo. -¿Cuál es su habitación? -Vamos, te llevamos. Subimos las escaleras, pasamos mi habitación y seguimos hasta llegar a una puerta de metal. Siempre pensé que era un almacén o algo así, pero cuando Ryo puso un código la puerta se abrió dejando ver cuatro puertas. Caminamos hasta la segunda de ellas, la abrimos y vi a Ian en la cama. Me acerco a él y me doy cuenta de que está lleno de heridas. -¿Por qué no le han curado? -No se deja, dice que le duele y no quiere que nadie lo toque.- Dijo Atid. -No me importa. Si se le infecta puede acabar en un hospital, o en algo peor. Tráeme el botiquín. Atid y Ryo se fueron a por el botiquín, mientras Yun y yo intentábamos quitarle la ropa a Ian. Al quitarle la camiseta quedamos impactados, tenía todo el torso lleno de heridas bastante preocupantes. Ryo y Atid trajeron el botiquín y empecé por limpiarle las heridas. Ian, quién hasta ese momento había estado dormido, empezó a quejarse. -Quédate quieto, te voy a hacer daño. -No quiero que me toquen. Quiero estar con Acerina. -Creo que está soñando.-Habló Ryo. -Ian, despierta. Soy yo, Acerina. Abrió los ojos lentamente y me miró. -Acerina… -Shhh, ya, estate tranquilo. Te voy a curar, no te muevas, no quiero hacerte daño . Terminé de curarle las heridas y le puse un vendaje. -Descansa. Voy a hacerte una sopa, ahora vuelvo. Me levanto pero siento que una mano agarra la mía.-No te vayas. Quédate conmigo. -Pero tú tienes que descansar. -Pues descansa conmigo. -Quédate con él. Nosotros hacemos la comida. Sin más remedio me acosté con él. Lo abracé y se quedó dormido. Me desperté y ya era de noche. Bajé a la cocina y encontré a los chicos preparando la cena. -¿Qué están preparando? -Comida.-Dice Atid -Ay, que gracioso. –No le hagas caso. Siéntate, ahora te pongo tu plato. -Gracias. No me dio tiempo a darle una probada cuando tuve que salir corriendo al baño. -¿Qué pasó? Sé que no somos los mejores cocineros, pero tampoco puede estar tan mala. -No, no es eso. Es que me dieron náuseas…
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD