-Yun-Oigan, vamos a cambiar ya de tema, es mucha información por hoy. Y si pensamos nombres para los bebés.
-Ian-Ni siquiera sabemos lo que van a ser.
-Yun-No importa, buscamos para ambos sexos.
-Bueno, yo había pensado en ponerles un nombre de aquí y un nombre chino.
-Ryo-Buena idea,¿tienes algo en mente?
-Pues si son niñas Idaira Ling e Iraya Lei y si son niños, Ayoze Ming y Aythami Kang.
-Ian-A mi me gustan, ¿a ustedes?
-Si.
-Atid-¿Y qué piensan hacer cuando volvamos a China?
-Pues seguir todo con normalidad.
-Ryo-Si, lo que no entiendo es por qué los Yakuza tenían esas fotos guardadas.
-Tampoco las tenían lo que se dice guardadas, el álbum estaba tirado detrás de un armario y lleno de polvo.
-Ian-¿Habían más fotos aparte de esas?
-Sí, pero no me fijé. También había otro álbum pero ese no me dió tiempo a mirarlo porque me desmayé.
-Ryo-Es verdad, que pena que no lo maté.
-¿A quién?
-Ryo-El día que te secuestraron, te metieron en una habitación y todo ese rollo que ya sabes, a nosotros también nos encerraron pero yo logré soltarme. Cuando estaba buscando tu habitación encontré a uno de los ayudantes de los Yakuza intentando abrir la puerta para ya tú sabes, así que no me lo pensé dos veces y le disparé sin llegar a matarlo. Después los demás también lograron soltarse y nos escapamos.
-Así que fuiste tú quien disparó. Muchas gracias.- Digo y le doy un gran abrazo.
Una semana después todos estaban en el avión rumbo a China.
Ya en el aeropuerto…
-Acerina-¿Tienen todas sus cosas? Cómo dejen algo vuelven ustedes solos a buscarla.
-Tenemos todo.
Sin más que decir se dirigieron a la mansión pero al llegar se encontraron con una sorpresa.
Todo estaba tirado, había sangre por todos lados, pero no se veía ningún cuerpo. Se asentaron un poco más y vieron a dos personas.
-Acerina-Disculpen,¿quiénes son ustedes?
-Somos empleados de la mejor empresa de limpieza de China. El señor Wang nos contrató y nos pidió que les diéramos esto, es la llave de una mansión cerca de Beijing.
-Yun-Muchas gracias.
No se creían lo que estaba pasando, pero no había tiempo que perder y se pusieron en marcha.
Después de casi cuatro horas por fin llegaron a Beijing y pudieron encontrar su nuevo hogar.
-Acerina-¡Qué bonita!Es más grande que la otra.-No esperó más y se tiró al sofá.
-Atid-Acerina,-Dijo con el tono que usaría un niño cuando quiere algo.- haznos algo de comer, por favor.
-Acerina-No, me da pereza. Tienen algo llamado manos que sirve para hacer las cosas ustedes.
-Atid-Es que tú cocinas rico.
-Acerina-Ya te dije que no, no seas pesado.
-Atid-Ian, haznos algo de comer.
-Ian-¿Y por qué yo?
-Atid-Porque eres el mayor y tienes que cuidar de tus hermanitos.
-Ian-Si, si, como digas. Yo cocinaré pero voy a hacer lo que yo quiera…
Tres meses después
Narra Yun
Hoy Acerina tuvo otra ecografía y ya le dijeron el sexo de los bebés.
-Ian-¿Qué les dijeron?
-Acerina-Nos dijeron que estaba todo bien, tienen un tamaño y un peso adecuado. Además, ya sabemos que van a ser.
-Ryo-Hagan sus apuestas.
-Ian-Yo digo que van a ser niñas.
-Atid-Yo que van a ser un niño y una niña.
-Ryo-Van a ser dos niños.
-Pues yo digo que…
-Ryo-Tú no cuentas porque ya lo sabes.
-No, Acerina no quiso decirme. Así que yo digo que van a ser un niño y una niña también.
-Atid-¿Quién acertó?
-Acerina-Ian. Son dos niñas.
-Ian-Tomaaaa. Eso les pasa por no confiar en mí.-Dijo con superioridad.
El resto del día transcurrió con tranquilidad y no se dieron cuenta de que ya se estaba haciendo de noche.
Narra Acerina
-Oigan, qué quieren para cenar.
-Yun- Ryo, Atid y yo tenemos que salir pero Ian se queda, pregúntale a él.
-Bueno, vayan con cuidado. Los amo.
-Nosotros también.
Y mientras veía cómo los chicos se iban, Acerina sintió unas manos rodeando su cintura por encima de su vientre.
-Ian…
-¿Cuál es mi recompensa por haber ganado la apuesta?-Dijo empezando a dejar besos por mi cuello.
-Yo no fui la que empezó la apuesta, eso lo tienes que hablar con Ryo.
-Pero yo te quiero a ti.
-Mmh~ Ian, por favor…
-De acuerdo. No te voy a obligar a nada, obviamente, pero yo también necesito atención.
-Vale, entonces dime qué quieres.
-Nada, mejor olvida todo esto. -Termina de decir y se va al piso de arriba sin siquiera darme la opción de hablar.
Narra Ian
Me fui para arriba sin darle la oportunidad de hablar. En realidad no estoy enfadado, eso sería muy estúpido de mi parte. Ella está embarazada de casi seis meses y de gemelas, es normal que esté cansada. La verdad es que estaba demasiado duro y no quería que Acerina me viera en este estado.
Me doy una ducha con agua fría pero ni eso logra bajar mi erección. Me siento en la cama desnudo y empiezo a hacer pequeños movimientos circulares sobre mi m*****o para seguidamente acelerar. Escucho que tocan la puerta y recuerdo que no le puse seguro, en eso veo a Acerina entrar por la puerta y dirigirse hacia mi.
-¿Necesitas ayuda?
Sin darme tiempo a nada se arrodilla frente a mi y se mete mí m*****o en la boca. No me aguanto y suelto un leve gemido cuando empieza a hacer movimientos envolventes con su lengua.
-Joder, sí, más rápido-Sujeto su cabeza guiando lo movimientos sintiendo como toco su garganta.
-Ya no aguanto más-Suelto demasiado agitado y termino por correrme en su boca, lo cual ella recibe gustosa y se lo traga todo.
Le ayudo a levantarse y la beso con amor y ternura.
-Eso fue increíble. Te amo.
-¿Enserio te gustó?
-Si,¿por qué no debería?
-Es que fue mi primera vez haciendo esto.
-La mía también.
-Si, claro.
-Es enserio, nunca me habían hecho una. Ya sabes la historia con la madre de Mattia, sólo fue una noche y estábamos borrachos. La otra pareja que tuve decía que eso no era bueno porque comemos por la boca, como si no nos laváramos los dientes. Y después llegaste tú.
- Que bonito. Espero que ya hayas cobrado tu recompensa, voy a hacerle el biberón a Ian, ¿quieres algo?
-Te quiero a ti, dije en mi mente.-No, no quiero nada. Tú quédate aquí, yo le hago el biberón a Ian que para eso es mi hijo.
Ah, y por cierto, todo lo que te dije es verdad.
Te amo.